CONOCIMIENTO Y CULTURA HACKER: ¿RELACIÓN ÚTIL O NOSIVA?

 

 

El desarrollo de las nuevas tecnologías de la información y comunicación ha marcado un hito en las formas de comunicación a escala local y global, pues ahora bajo el discurso de la inmediatez, instantaneidad y veracidad la sociedad mundial ha aceptado a este sistema informacional tecnológico como la vía de interacción por excelencia, ya que este escenario digital ha contribuido a que el conocimiento tenga una transformación en sus formas de producción, distribución y circulación, puesto que con una mayor accesibilidad multinodal, el conocimiento no tiene una vertiente única, sino que son muchas personas que producen este conocimiento a cada instante, tal como lo explicaría Pierre Lévy con su concepto de inteligencia colectiva. Claro que una gran parte de este conocimiento no estará 100% verificado y abalado, es decir que si bien es cierto que ahora más personas pueden ser el origen del conocimiento, eso no quiere decir que aquel cúmulo de aportes tendrá una veracidad comprobada.

No obstante, la rapidez con la que se difunde este conocimiento es realmente asombrosa, pues en la actualidad, gracias al desarrollo de redes interconectadas, podemos publicar una noticia y en cuestión de segundos, tener una réplica masiva de aquello, tal como sucede en las redes sociales, que se caracterizan por lo inmediato y exclusividad de sus contenidos, a pesar de no tener confirmaciones verídicas en ciertas ocasiones. No acusamos de falso a todo contenido que se publica en este espacio, sino que hacemos una reflexión en torno a la forma en que se da este proceso.

Ahora bien, habría que hacer otra puntualización en cuanto a internet y otros dispositivos tecnológicos que han permitido acceder al conocimiento a un mayor número de personas, gracias a una interacción en tiempo real, sin embargo, en el cyber espacio han surgido comunidades virtuales que han facilitado que el conocimiento tenga una mayor fluidez y esté al alcance de muchos, tal como sucede con “[…] los hackers y las comunidades contraculturales, que se convirtieron en la palanca de la transición hacia una nueva forma de sociedad: la sociedad red —y con ella, hacia una nueva economía”[1]

 Para entender mejor esta acepción habría que entender a la cultura hacker*[2] y sus alcances, ya que ha jugado un papel muy relevante en su rol de facilitador de acceso a información y paquetes informáticos que han socializado el conocimiento. En otras palabras, los hackers han fungido como elementos difusores de conocimiento e información, permitiendo que contenidos de diversa índole se dispersen a mayor escala y a mayor velocidad.

En definitiva, el advenimiento de las NTCI’S es un fenómeno que ha transformado el modelo mundial de producción del conocimiento el cual: “[…] Se subdivide en dos tipos: un sistema social de producción de conocimientos y el proceso de globalización de los sistemas de investigación. El primer tipo ha establecido nuevas normas y reglas para la producción de conocimiento, entre ellas la diversificación de la investigación, el predominio y expansión de la investigación centrada en los problemas, se han desvanecido las barreras entre investigación básica y aplicada, la preservación y fortalecimiento de la investigación básica y el dominio de la investigación especializada.

Respecto del segundo tipo, este “ha generado en los países desarrollados una fuerte tendencia a desplazar la investigación de nuestras universidades y concentrarlas en centros gubernamentales y en los institutos, centros y laboratorios industriales; situación que puede extenderse a mediano plazo a América Latina y a los países en desarrollo” y además ha motivado una creciente apertura e interacción de los sistemas de investigación con base en un modelo emergente de ciencia”[3]

 

Es d/aecir, que el desarrollo de las TICS y la intervención de varios actores de la sociedad red han incidido para que el conocimiento tenga varios puntos de partida, muchas visiones, varios detractores, diversas vías de circulación, diferentes formas de producción, que van desde los más cotidianos a través del uso de un móvil, hasta procesos reales de investigación que se valen de una amplia gama de vías para ser socializados en tiempo real y a escala mundial; es este fenómeno el que ha contribuido indirectamente a la comercialización de estas tecnologías (tablets y Smartphones, entre otros), lo que ha devenido en la mercantilización de tecnologías y del conocimiento, puesto que ahora se trata de producir conocimiento a manera de mercancía, de tal forma que los consumidores tengan la necesidad de estar informados y para lo cual deben adquirir los dispositivos que les permitan insertarse en esta dinamia consumista, que no solo vende tecnología, conocimiento, sino que además comercializa un estatus.

[1] Castells, Manuel, La Galaxia internet, Barcelona, Plaza & Janes Editores, 2001, Pág. 9.

[2] Un valor fundamental de la cultura hacker es la libertad. Libertad para crear, para absorber los conocimientos disponibles y libertad para redistribuir dichos conocimientos en la forma y en el canal elegidos por el hacker. Por este motivo, Richard Stallman, fundador del movimiento por el software libre, se convirtió en uno de los símbolos de la cultura hacker, en http://ictconsequences.net/uoc/sociedadinformacion/2008/12/11/la-cultura-hacker-es-inteligencia/

[3] Bustos Farías Eduardo, El nuevo modelo mundial de producción del conocimiento en http://www.colparmex.org/Revista/Art7/33.htm#_ftnref1

 

Autor: Lcdo. Lenin Alejandro Carrera Oña. Quito, Ecuador.

alejokyl@hotmail.es

 

 

 

Regresar.

 

 



[1] Castells, Manuel, La Galaxia internet, Barcelona, Plaza & Janes Editores, 2001, Pág. 9.

[2] Un valor fundamental de la cultura hacker es la libertad. Libertad para crear, para absorber los conocimientos disponibles y libertad para redistribuir dichos conocimientos en la forma y en el canal elegidos por el hacker. Por este motivo, Richard Stallman, fundador del movimiento por el software libre, se convirtió en uno de los símbolos de la cultura hacker, en http://ictconsequences.net/uoc/sociedadinformacion/2008/12/11/la-cultura-hacker-es-inteligencia/

[3] Bustos Farías Eduardo, El nuevo modelo mundial de producción del conocimiento en http://www.colparmex.org/Revista/Art7/33.htm#_ftnref1