CON LA LUNA
AUSENTE .
El arroyo se llama De las piedras,un nombre
común para un curso de agua clara que
nace en un cerro y después de serpentear por las praderas y hondonadas deja sus
aguas en uno de sus hermanos mayores,un arroyo mas caudaloso.
Desde su
nacimiento va dejando a su paso su canto claro,ahora entre cantos rodados,mas
adelante en la ondonada aquel espejo de aguas quietas y profundas que muchos llamaban : la Laguna,luego en
complicidad con el viento dejaba oír su música con los juncos meciéndose,mas
allá los sauces,luego aquel remanso donde se veía brillar con los rayos del sol
las escamas de los muchos peces.
El lugar de
pesca de todos los lugareños era aquel donde la piedra grande señalaba aquel
espejo profundo,en la orilla opuesta crecían con fuerza la vegetación
subacuática,pero el lugar era amplio y muchos los peces.
Todos pescaban
allí,solo que a media voz se decía: no se puede ir cuando la luna no alumbra…
En la colina
estaba la casa de Don José
Arellanos,que con su esposa y su
pequeño hijo Francisco vivían la
mayor parte del tiempo.
Francisco
creció y las visitas se espaciaron,es que ahora Francisco concurría a la
universidad.
El joben se
hizo hombre,decían que era entomólogo,taxidermista,que se interesaba en la
vidade los insectos,que cuidaba de las mariposas,y muchas actividades se le
atribuían a aquel hombre joben,fuerte,amable pero distante.
Su vida era
normal,cuando de la escuela se le pide colaboración,concurre prudente y amable
para enseñar y mostrar a los alumnos sobre los ciclos de vida y utilidad de los
insectos de los cuales generalmente
poco se sabe.
Al llegar la
primavera la vegetación subacuática emergía y el gran espejo lucía armonioso
aquella enredadera de lanceoladas hojas verdes que bajo el sol lucían su verde
brillante,luego aquellas flores amarillas con el centro rojo,tan rojo como un
corazón que vive y late .
Los mas viejos
decían a media voz aquella historia que nadie finalmente oía,solo se entendía
que cuando la luna no alumbra no te acerques…
Aquel día
Francisco había trabajado mucho en sus tareas,el sol estaba fuerte aquel día…
Al
anochecer,con algo de cansancio Francisco toma su arnés de pesca y se dirige al
sitio de siempre,aquel que la gran
piedra señala.
Lanza sus
líneas y se recuesta en elpasto mullido,su espalda le agradece aquel descanso;
talvez adormilado,le parece oír un dulce canto,se dice para si: debe ser el viento en el juncal…
Siente que la
línea tira,y atento se apresta a recoger su trofeo.Fue una falsa alarma,queda
atento,las estrellas no alumbran suficiente,le parece ver un movimiento en la
acuática enredadera,no da importancia…
Nuevamente se
tiende en el pasto fresco,y de nuevo la línea tira ,se incorpora…nueva falsa
alarma; escucha con mas claridad el dulce canto,no puede creer lo que sus ojos
ven: las flores amarillas son ahora una rubia cabellera,y su rojo centro una
bvoca sensual que emite el dulce canto…se agitan las verdes hojas,parecen tener
un corazón que late,late…cada vez con mas fuerza…Francisco se dice debo estar alucinando…quiere
ponerse de pie y retirarse,pero la voz está mas cerca,el cabello ondula con la
brisa,el pecho que late emerge…ella lo llama por su nombre…
Hace dos días
que los lugareños no ven a Francisco,luego alguien encuentra su arnés de pesca…
Las conjeturas
y relatos a media voz son ahora mas frecuentes…
Don José
Arellanos no acepta leyendas,pero su hijo ha
desaparecido,y él va ha encontrarlo!
Elmmovimiento
es inusual,vienen periodistas,gente de mas lejos, y aquellas máquinas tan enormes
nunca bistas en el lugar…
Son muchoslos
hombres…Don José eestá al frente,comienzan los trabajos,hombres con equipos
especiales,son los buzos,los hombres ranas,comienza el trabajo de la retro …es
difícil sacar aquella maraña verde,es como si las ramas que flotan vinieran del centro mismo de la tierra.YA va
un día entero de trabajo y parece que la vegetación se multiplica…al fin pueden
los hombres ranas bajar a las profundidades,y con reflectores y mas ayuda técnica
pueden comenzar el lento ascenso de aquello tan pesado,tegido y enredado que es
difícil saber que oculta.
Parecen
guardadas con esmero,son muchas,mas de veinte,tegidas con lazos diferentes y
formas caprichosas cada una de las pesadas formas vanalcanzando la
superficie…cada una contiene el esqueleto de un hombre fuerte y joben…
Las mujeres se
hacen la señal de la cruz,los hombres se quitan el sombrero…los mas viejos
dicen a media voz:nunca te acerques cuadno la luna no alumbra.
Autora: Marie Díaz.
Montevideo, Uruguay.