Hoy he quedado solo como un diablo
por eso soñaremos
hasta encontrar mi viejo papalote
y una sola muchacha
que llene con su magia mis abismos.
Es muy triste
disfrazarse en la fiesta humana
y barajar la suerte
como si fuera la mueca de un suicida.
Busqué un Paraíso en la ciudad
y en cada enigma
hallé puertas cerradas
gente que dibuja a ciegas
los más finos trigales
para ocultar su rabia y su ambición
y fui alejándome de las calles
que iban a la mañana
en una música vacía como la espuma.
Con qué ansiedad se despierta
cuando la madrugada es una pesadilla
y el mar no nos pertenece como ayer
porque temblamos
al borde de cualquier precipicio
e intentamos tejer de nuevo las
raíces...
Autor: Agustín Labrada Aguilera.
Chetumal, Quintana Roo, México.