CYRANO DE
BERGERAC
Ficha técnica
Año: EEUU,
1950.
Dirección:
Michael Gordon
Guión: Carl
Foreman, basado en Cyrano de Bergerac de Edmond Rostand.
Intérpretes: José Ferrer, Mala Powers, William Prince
Producción:
Stanley Kramer
Fotografía:
Franz Planer
Montaje: Harry
W. Gerstad
Música: Dmitri
Tiomkin
Sinopsis:
Cyrano es un
poeta y espadachín que expresa su amor por la bella Roxane por boca de
Christian, el apuesto soldado a quien ella ama. Jactancioso y fanfarrón, de
genio vivo pero a la vez ingenioso e irónico, noble y orgulloso, sobresaliente
con la espada y brillantemente locuaz, Cyrano a su vez esconde una herida
secreta que le atormenta una y otra vez. Su agudo sentido del ridículo, el no
considerarse bien parecido, y su impredecible susceptibilidad le han negado su
sueño de sentirse amado por la más deslumbrante y delicada de las mujeres,
Roxane. Ya que su amada quiere a otro, ayudará a su rival escribiendo para él
apasionadas cartas de amor. Y esa será su más dura batalla, la más cruel que
jamás haya luchado, sacrificio consciente y engaño sublime el ser correspondido
su amor a través de otro.
Comentario:
“Érase un
hombre a una nariz pegado, érase una nariz superlativa, érase una nariz sayón y
escriba, érase un peje espada muy barbado. Era un reloj de sol mal encarado,
érase una alquitara pensativa, érase un elefante boca arriba, era Ovidio Nasón
más narizado. Érase un espolón de una galera, érase una pirámide de Egipto, las
doce Tribus de narices era. Érase un naricísimo infinito, muchísimo nariz,
nariz tan fiera que en la cara de Anás fuera delito”.
Estos
populares versos de Quevedo, que nos hacían aprender de memoria en el colegio,
podrían definir el semblante de Cyrano de Bergerac. Éste fue un guerrero y
poeta, que vivió enamorado de su prima, pero nunca se atreve a confesarlo,
atormentado por su aspecto físico. Cuando otro joven se enamora de la chica,
Cyrano le ayudará con sus versos a conquistarla. Pero la guerra con España hará
que la comedia se transforme en tragedia.
Se han hecho
varias versiones de esta famosísima (y genial) obra de Edmond Rostand, la mas
conocida, actualmente, es la que dirigió Jean Paul Rappeneau en 1990. Con una
magnífica banda sonora y, sobre todo, un excepcional Gerard Depardieu. Pero la
versión que veremos este lunes, es “el Cyrano de José Ferrer”, y es conocida
así, gracias a que el actor obtuvo el Oscar por su interpretación y a que por
muchos años nadie había intentado volver a llevarla a la pantalla grande
–aunque es muy común su representación en teatro- quizá atemorizados por la
leyenda de Ferrer… hasta que llegó Depardieu.
Esta versión,
tampoco no es la primera para el cine pero la mayoría de ellas se encuentran
perdidas o es materialmente imposible conseguirlas. Afortunadamente hemos
podido conseguirla en copia original y, gracias a la nueva tecnología, contamos
con una edición re-masterizada y de óptima calidad.
El Cyrano es
una gran película que supera su condición de teatro-poesía, filmada con un
espíritu romántico, el que predominaba en el “Star System” de los 50’s, no
exenta de talento creativo de parte del director Michael Gordon, y con gran
pasión dramática por los actores, -extraídos del teatro todos ellos-
ingredientes con los que se resuelven, con el lenguaje del cine, los momentos
más intensos de la obra (el duelo inicial, la seducción bajo el balcón, el
final y la muerte del Cyrano, etc.).
Este ciclo de
“Las grandes pasiones en el cine” -que fue sugerido por algunos participantes
del Cine Club-, pretende hacer una somera indagación de lo que, en el argot
cinematográfico se conoce como: “el lenguaje”. Término volátil e indefinible
para muchos, pero que podríamos resumir en dos de sus componentes básicos: La
historia que será narrada por medio de los actores; y la secuencia de imágenes
que el director utiliza para darnos su muy particular y emotiva interpretación
de dicha historia. Es así que nuestro amigo director se convierte en “Autor” de
una historia que transciende la literatura (ficción, documento histórico,
investigación científica o especulativa, etc.) de la que fue extraída y se
transforma en un producto del séptimo arte.
Como veremos,
los grandes (y pequeños) romances, las pasiones y tragedias históricas y
mitológicas ejemplifican de singular manera las muchas formas y posibilidades
del lenguaje que el cine crea para expresarse. Y lo que es más importante: la
cualidad del cine de emitir diferentes puntos de vista y visiones sobre una
misma historia, un acontecimiento histórico, un suceso alegórico de realidad y
dentro de su relatividad- hacer el rescate y ensayar a definir los valores y
conceptos de la existencia humana que todo arte genera.
Autor: Rafael
Fernández Pineda. Cancún, Quintana Roo. México.