CHARLES CHAPLIN: MITO FUNDAMENTAL DEL
CINE
“Ese hombrecillo… es, en cierto modo, el
héroe de nuestro tiempo. Expresa una realidad viviente y resume el idealismo
limitado de los hombres de hoy. Ante todo, Charlot debe esforzarse por vivir, y
para eso es preciso que entre en lucha con todas las fuerzas sociales”.
Phillipe Soupault, en la revista “Europe”.
Actor, director, guionista, productor y
compositor. Se da como un hecho que Charles Spencer Chaplin ha sido el más
importante actor y el más extraordinario icono producido por el mundo del cine
durante el más de medio siglo que estuvo en activo, en cuya filmografía abundan
las obras maestras, auténticas joyas llenas de imaginación y brillantez, que le
han hecho ocupar uno de los lugares privilegiados de la historia del cine.
Nacido en Londres, hijo de un cantante
de vodevil y de una actriz de teatro, su infancia fue muy desdichada; pronto
vio a su padre morir alcoholizado y a su madre enferma trabajando duramente
para sacar adelante a su hermano Sydney y a él mismo. Su única opción era el
teatro, ya a la edad de dieciséis años actúa en el William Gillette's West.
Luego se unió a la revista de music hall de Fred Karno apareciendo en los
sketches Mummingbirds y Harlequinade in Black and White. Cuando la troupe va de
gira por Estados Unidos, en 1912, Chaplin conoce al productor de cine Mack
Sennett y firmó un contrato con su compañía, la célebre Keystone Company.
Chaplin creó a Charlot gracias a Mark Sennet y su gran imaginación e inventiva.
Su primer film para Sennet fue “Ganarse
la vida” (1914), pero fue con “Aventuras extraordinarias de Mabel” (1914) y
“Kid Auto Races at Venice” (1914) que Chaplin demostró su gran habilidad para
comunicarse con el público. Además de actuar comenzó a dirigir los films que
protagonizaba, y fue con “Caught in the Rain” (1914) que la relación con
Sennett comenzó a romperse debido a los diferentes estilos de actuar y entender
la producción.
Chaplin revolucionó el mundo de la
comedia, introduciendo elementos melodramáticos en un medio acostumbrado a los
gags de golpe y pastelazo y las persecuciones sin fin. Como director se rebeló
contra el montaje técnico del director D. W. Griffith introduciendo la
"Comedia de Espacio" en la que interactuaba con otros objetos en la
puesta en escena.
En 1915, ya el público lo había
entronizado y lo había elevado de estrella del celuloide a figura mítica. De
esa fecha a 1925, no solo significó su período de mayor popularidad sino
también la creación de sus propios trabajos como realizador independiente. Sus
grandes éxitos son de esta época “Charlot, portero de banco” (1915), “El
vagabundo” (1915), “Charlot, tramoyista de cine” (1916), “The Ring” (1916),
“Charlot en la calle de la tranquilidad” (1917), “The Cure” (1917), “Charlot emigrante”
(1917), “El aventurero (1917), etc. que se caracterizaron por, la sátira y el
sentimentalismo, además de introducir en algunos de ellos un elemento novedoso:
el final infeliz. Con la First National realizó Vida de perro (1918), Armas al
hombro (1918), El chico (1921), con el niño Jackie Coogan, que acabó por
convertir a Charlot en uno de los íconos, no ya del cine, sino de la historia.
En 1919, junto a las estrellas Douglas
Fairbanks y Mary Pickford y el director D.W. Griffith formó la United Artists,
estrenándose con “Una mujer de París” (1923). Con las siguientes producciones
fue realizando diversos estudios o experimentos que consiguieron gran éxito en
la audiencia como en “El circo” (1928) donde investigó la naturaleza de la
comedia; “Luces de la ciudad” (1931) donde realiza un tragicómico estudio sobre
la dura vida de las ciudades, y “Tiempos modernos” (1936) donde retrata, en
clave de humor, los complicados nuevos tiempos en la era industrial. Esta es la
última vez que aparece su personaje Charlot. Su canto de cisne dentro de la
industria de Hollywood fue “El gran dictador” (1940), su primera película
completamente sonora, en la que satiriza la figura de Adolfo Hitler, de forma
casi premonitoria a lo que pronto ocurriría históricamente. Pero fue con su
tardía “Monsieur Verdoux” (1947), una comedia sobre un hombre que mata a sus
mujeres, donde alcanzó la maestría en la dirección.
Su trabajo artístico estaba destinado a
un público popular, que se sentía identificado con la figura de Charlot. Naturalmente,
como buen comediante, su trabajo siempre estuvo apegado a la crítica social, a
la denuncia de los excesos del poder, el rencor social contra el despotismo y
siempre reflejaba una compleja e irreverente relación con la autoridad y los
símbolos del poder autoritario. De tendencia ideológica acusada hacia la
izquierda, no fue militante activo, aunque se le acusó de pertenecer al Partido
Comunista y es posible que fuera reclutado alguna vez, como muchos
intelectuales lo fueron en esa época y mas aun cuando se trataba de oponerse al
fascismo.
La vida personal de Chaplin no fue tan
exitosa como su vida artística ya que se vio envuelta en diversos escándalos
que minaron su popularidad y restringieron sus producciones. Tuvo problemas con
el Comité de Actividades Antiamericanas, y en general con los tribunales
norteamericanos. Por un lado, debido a sus ideas progresistas, exhibidas
públicamente en todos sus cortometrajes y en muchas de sus películas, como
Tiempos modernos o El gran dictador, hizo que se buscara cualquier excusa para
meterlo en la cárcel.
Le acusaron basándose en una absurda
serie de "pruebas": en un mitin, había dicho que debería de abrirse
un nuevo frente contra los Nazis en la Segunda Guerra Mundial, por lo que le
acusaron de comunista; participó en un acto de solidaridad con Rusia en San
Francisco, e intervino en un acto sobre arte ruso en Nueva York; Su película
Monsieur Verdoux, fue otra de las excusas para justificar esta persecución, ya
que en ella establecía un paralelismo entre los crímenes del protagonista, y
los de las grandes potencias en período de entreguerras.
El Comité… presionó a la fiscalía para
que deportaran a Chaplin, porque según ellos: “su vida en Hollywood contribuye
a destruir la fibra moral de América". Fue llamado a testificar en el
Comité en varias ocasiones, pero no se presentó a ninguna. Al mismo tiempo, le
estaban acosando los Veteranos de Guerra Católicos, una asociación
reaccionaria, que le acusaba de haber escrito una carta a Pablo Picasso,
peligroso comunista para ellos, y un senador llegó a decir que "el
comportamiento de Chaplin se aproximaba peligrosamente a la traición".
Ante esto, Chaplin se autoexilió en Suiza.
Chaplin vivió y sufrió su, época. Fue
congruente. Jamás fue “apolítico”. Pero no fue militante, ni abanderó causas
perdidas (privilegio del artista). El macartismo fue una cruel y despiadada
persecución en contra de los artistas e intelectuales estadounidenses y de todo
el mundo. Chaplin fue reivindicado gracias a su genio y a su voluntad, que nunca
doblegó.
Autor: Rafael Fernández Pineda. Cancún,
Quintana Roo. México.