CENTENARIO DEL DÍA INTERNACIONAL DE LA
MUJER
La historia del 8 de marzo está
jaloneada por hechos disímiles que evidencian un escenario más complejo y
profuso en acontecimientos marcados por la Primera Guerra Mundial, la
Revolución Rusa, la lucha por el sufragio femenino, las pugnas entre
socialistas y sufragistas, y el creciente auge del sindicalismo femenino en las
primeras décadas del siglo XX en Europa, Estados Unidos y Latinoamérica.
, este colosal esfuerzo que ha realizado
el género femenino les ha permitido alcanzar el sitial que hoy ostentan,
conquista que ha logrado la mujer, tras siglos, de valor y sacrificio. Y si a
este cuadro aquí presentado que refleja el estado de discriminación que ha
padecido el común de mujeres a través de la historia de la humanidad, ¿cómo
imaginar entonces la situación de la mujer ciega a lo largo de todo este
tiempo?
Se ha dicho más de una vez, que estas
féminas cargan con el pesado fardo de una triple discriminación: ser ciega,
mujer y pobre. Y, si les toca pertenecer a etnias todavía marginadas, una más.
Al conmemorarse cien años de la
proclamación del Día Internacional de la Mujer, pues fue un 8 de marzo de 1910,
cuando en Dinamarca, Copenhague, se realiza la Segunda Conferencia
Internacional de Mujeres Socialistas donde se presenta una propuesta del
Partido Socialista norteamericano, a través de sus delegadas Lena Morrow Lewis
y May Wood Simons, de establecer el Día Internacional de la Mujer. Esta
propuesta es apoyada por Clara Zetkin. La resolución final indica que,
"siguiendo el ejemplo de las mujeres norteamericanas", se dedicará el
ocho de marzo como día especial a las mujeres para promover el sufragio entre
las obreras, entre otras reivindicaciones.
Tras los avatares devenidos de movimientos
tiflológicos mundiales en especial de América Latina, al fundarse la Unión
Latinoamericana de Ciegos y al consolidarse la misma, las mujeres ciegas han
luchado por sus espacios y contribuir de manera objetiva y decidida al
desarrollo de la causa de todos los no videntes del sub-continente al que
también ellas pertenecen.
A partir del inicio de esta nueva fase
que como gremio les ha tocado vivir, han tomado conciencia asociativa, y
asumiendo el papel y la cuota de responsabilidad que les corresponde en el
desarrollo como mujeres, y de toda la causa tiflológica en general, desde las
fundadoras, hasta las que poco a poco se han sumado al movimiento, convencidas
de que solo unidas podrán alcanzar las metas y objetivos que se han propuesto
conquistar y puntualmente el espacio que históricamente se les ha negado y,
lograr en un plazo perentorio la ansiada equiparación.
El éxito de las Mujeres Ciegas de Panamá
es el esfuerzo mancomunado de un grupo de panameños, organizaciones e
instituciones que creen en ellas, en su talento, inteligencia, que como capital
humano, constituyen un aporte ineluctable al desarrollo integral de los
movimientos femeninos.
El hombre que no confía en Dios no sale
del lugar. No toma decisiones, no se aventura en el camino de los sueños, no
conoce la alegría de abrazar una conquista. No tenga miedo de las luchas y ni
de las frustraciones. Sin fe es imposible conocer el regocijo de la victoria.
Autora: Elodia
Magdalena Muñoz Muñoz. Panamá, Panamá.