Estocolmo, Suecia, a 5 de julio de 2007.
A la Revista Esperanza, envío copia del
mensaje que le envié al señor Vicenç Ciscar Barreda, en respuesta a la carta
por él enviada a mi dirección electrónica y publicada en esta revista, en la sección
de: “cartas a la Redacción”, con el título: “Carta de Cataluña, España”, en la
publicación del mes de julio del año en curso, en relación a un pensamiento
escrito por mí. Dicho mensaje se lo envié al mencionado lector de Esperanza el
cinco de abril del mismo año. Hago esta referencia que corresponde al envío de
la carta enviada por el mencionado lector a la Revista Esperanza.
Cordialmente
Patricia Müller
Estocolmo, Suecia.
Señor Vicenç, antes de responder a su
comentario con respecto a mi pensamiento referente a la actitud de algunos amos
de perros guías, le aclaro que no soy articulista, mi profesión no está para
nada relacionada con la escritura desde el punto de vista periodístico,
literario ni de nada que de desde el ángulo profesional mediático; simplemente
como cualquiera o cualquier participante de una lista y su revista de pronto
escribo mi manera de pensar y ver la vida. Como el pensamiento yo lo considero
libre, no tengo que, ni puedo estar de acuerdo con el resto del mundo, por una
simple razón de sentido común elemental.
El caso al que hice referencia en mi
artículo publicado en la Revista Esperanza del mes de abril del año en curso,
titulado: “Ver o no Ver”, es uno de los miles de casos ocasionados por
partículas dañinas que suelen ser transportadas en el pelo de animales peludos,
entre ellos también los perros (guías o no). Como invidente que soy actualmente
(y antes de serlo también) soy partidaria del uso de perros y de todo aquello
que ayude en su desenvolvimiento cotidiano a los invidentes, siempre y cuando
no causen daños a terceros.
En referencia a su comentario de la
actual ley en la comunidad catalana que cobija y rige la tenencia de perros
guías etc., etc., me parece muy bien, solo que es una pena que no rija en la
comunidad de Madrid o la de Andalucía o Bruselas o Pekín o cualquier otro
lugar. La Unión europea todavía no tiene una ley al respecto que rija en todos
los países comprometidos, aparte de que la ley para bien o para mal es factible
de ser interpretada de acuerdo a intereses o pensamientos diversos o
diferentes.
En referencia suya a que si se mantiene
una higiene adecuada con los perros estos no ocasionan entonces una reacción;
de diferente grado en las personas alérgicas al pelo del perro, por mucho que
se bañe a un perro este siempre llevará alguna partícula de algún alergógeno
que puede provocar en el peor de los casos, una fuerte reacción que en grado
extremo puede provocar la muerte, por ejemplo: nosotros los seres humanos
aunque nos bañemos varias veces al día, más de algún estafilococo se nos queda
en la piel.
En cuanto a que yo piense que es bueno
ser considerada (o) con el prójimo en este aspecto u otro no significa que
usted lo tenga que ser, no señor Vicenç eso es actitud y responsabilidad de
conciencia o de principios, etc., de cada cual, y como todos sabemos estos
suelen ser individuales. Con respecto a su pensamiento lo respeto y me parece
bien que usted así lo sienta y vea, yo no tengo intención de polemizar, ni con
usted ni con nadie, si he contestado su comentario es porque siento que sería
descortés no hacerlo.
Como comentario aparte le puedo relatar
que hace aproximadamente dos años atrás estuve nuevamente en Barcelona, éramos
un grupo de videntes e invidentes, fuimos una vez más a recorrer la ciudad y dos
de mis amigos invidentes tenían sus perros consigo, y decidimos ir a visitar la
iglesia de la Sagrada Familia , pero no podían entrar si lo hacían con los
perros, incluso después de las discusiones de rigor, uno de los encargados de
la iglesia adujo que entre el personal de la iglesia trabajaba gente alérgica a
la piel de los perros, y que además habían muchos visitantes, y que seguro mas
de uno era alérgico, etc. Nosotros así lo entendimos y razonamos que era lo
correcto no entrar con los perros y nos fuimos, no nos sentimos discriminados,
pues razonamos que no tenemos que causarle al prójimo, lo que no queremos que
nos causen a nosotros.
Señor Vicenç le agrego el vínculo del
diario el país con respecto a un hecho muy reciente ocurrido en Barcelona, al parecer
los dueños del restaurante en cuestión o no conocen la ley sobre los perros
guía o la interpretan a su manera.
http://www.elpais.com/articulo/cataluna/Discriminados/ciegos/elpepuespcat/20070120elpcat_11/Tes
Para terminar le agradezco sus apreciaciones
con respecto a mi persona.
Patricia Müller