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EL CARNAVAL

 

* Una festividad milenaria

 

El carnaval es una festividad más antigua de lo que comúnmente se supone; tal es así que los historiadores no precisan una fecha de origen aunque algunos la sitúan en los bacanales y los saturnales de la antigüedad, pasando por Roma donde se intentó modificarlo, y se señala que una de las etimologías más difundidas de la palabra carnaval surge entre los romanos, como festividad a la salida de una nave o barco de donde surge la expresión “currus navalis” o “el carro naval” de la que derivó posteriormente en “carnavale” o carnaval.

El término “Carnaval” se siguió aplicando a las festividades situadas en el tiempo previo a la cuaresma, que alcanza notoriedad en el Renacimiento que realizaba con carreras, festejos y desfiles obligatorios para todos, pero humillantes para las clases marginales.

El carnaval no es un ritual festivo de corte precolombino, llega a América poco después de la llamada conquista y es más considerado por algunos historiadores como un rito indoeuropeo extremadamente antiguo, que está estrechamente vinculado con los cultos de fertilidad y fecundidad humana, sin embargo algunos estudios apuntan hacia la idea cristiana de preparación física y psíquica días antes de la llegada de cuaresma.

La versión más difundida señala que el carnaval, que sigue a la Candelaria según un calendario móvil, simboliza a su vez la fertilización de las mujeres y de la tierra, se concluye con el miércoles de ceniza que inicia a su vez el periodo de cuaresma. Este termina con el domingo de resurrección según se representa en el calendario cristiano, y en los antiguos calendarios indoeuropeos que le dieron su sustrato simbólico, a la renovación del ciclo natural, la reproducción de la vida y el renacimiento de todas las especies.

En nuestro país el carnaval imita los elementos que a nivel mundial gozan de determinado prestigio, tales como los desfiles de comparsas y disfrazados, los carros alegóricos, los combates de flores, la elección de una reina, de un rey feo, etcétera. Carnavales de este tipo los tenemos en ciudades como Veracruz, Mazatlán, Acapulco, Manzanillo, Mérida, Campeche y Villahermosa, entre otras. Empero, sus características cambian en distintas poblaciones.

En las comunidades indígenas, campesinas o rurales, tiene la celebración de carnaval un sello especial, a veces ritual, que difícilmente es localizable en las ciudades. Esto podemos observarlo, si reparamos en algunos aspectos de esta festividad, por ejemplo, entre los totonacas de la parte norte de la Sierra de Puebla y entre los indígenas de los Altos de Chiapas principalmente.

En otras regiones de la República el carnaval es conmemorado desde luego también de maneras diferentes y esta festividad se encuentra, como un acontecimiento sustancial, la práctica de danza y bailes exclusivos para estos días; expresiones coreográficas acordes con el carácter jocoso y burlesco del ambiente carnavalesco. En ellos participan las personas de “gusto”, o sea que realizan un esfuerzo físico y económico para disfrutar de esta fiesta de manera colectiva durante uno o varios días.

 

Por: Raúl Espinosa Gamboa.

Cancún, Quintana Roo, México.

raesgam@yahoo.com.mx

 

 

 

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