LAS BORDADORAS

 

Ficha técnica

 

País y año: Francia, 2004

Dirección: Éléonore Faucher

Guionista: Éléonore Faucher

Actores: Lola Naymark, Ariane Ascaride, Marie Félix, Thomas Laroppe, Arthur Quehen, Anne Canovas

Productor: Alain Benguigui, Bertrand Van Effenterre

Fotografía: Pierre Cottereau

Vestuario: Pascaline Suty

Música: Michael Galasso

Montaje: Joële Van Effenterre      

 

Sinopsis:

Claire decide que no interrumpirá su no-deseado embarazo y se refugia en la casa de la Sra. Melikian. La mujer, que pasa por un difícil momento al haber perdido a su propio hijo en un accidente, acoge a la joven a quien enseña a bordar para que la ayude en su trabajo. La relación entre ambas mujeres resulta muy tensa al principio, pero poco a poco, a medida que el vientre de Claire va aumentando su tamaño, una fuerte amistad se forja entre ellas en contraposición a la rudeza que les rodea y de la que las dos mujeres se protegen con cada una de las puntadas que primorosamente dan a sus delicados bordados.

 

Comentario:

Éléonore Faucher, llegó al cine como ayudante de cámara, tras haber realizado dos cortometrajes: “Les toilettes de Belleville” y, posteriormente, “Ne prends pas le large”, realizado para un concurso de guión de cortometrajes. Paradójicamente, “Bordadoras” nació de las dificultades que encontró para montar ese segundo corto. Estudió en Nantes y durante sus últimos dos años en la escuela Louis Lumière, dirigió su primer corto. Aunque tenía un trabajo estable en la televisión francesa las ganas de dirigir nunca la abandonaron. Tardó casi tres años en escribir Bordadoras.

Al respecto Éléonore ha comentado: “Comencé a escribir el guión sola hasta que terminé una versión que me pareció un poco enseñable. Lo presenté a la Ayuda a la reescritura del CNC (Centre National de la Cinématographie). Allí me orientó Bertrand van Effenterre, que continuó la escritura del film desde el principio hasta el final. Cuando hube obtenido la ayuda del CNC, Catherine Siriez me presentó a Gaëlle Macé. Ella releyó lo que yo había escrito, me hizo comentarios y trabajó desde entonces junto a mí. Ella, al igual que mi editora, Joële Effenterre, sabe dosificar las cosas, cuando lo que escribimos es pesado o cuando no decimos lo suficiente para que se entienda.

La directora ha confesado que la película contiene preocupaciones de su vida propia: “Lo que desde un principio quería contar era la relación entre una mujer de edad y una joven, sobre lo que ellas pueden aportarse sin la menor ternura, casi a su pesar, y que se parece bastante a la relación que yo tuve con mi abuela”.

Esta sorprendente declaración, hace necesario indagar mas sobre los motivos de la artista y es ella misma quien lo aclara: “Un día que estaba zurciendo un jersey y diciéndome que haría mejor en tirarlo, me di cuenta de que jamás habría tomado esa iniciativa si no hubiese visto a mi abuela remendar vestidos que se encontraban en su cesto de costura después de años. Nunca estuvimos especialmente unidas, pero me di cuenta de que hacía todos aquellos gestos, y de que mi abuela y mis otros abuelos, y mis padres, existen en alguna parte de mí, y de que aunque yo no sea nada más que yo misma, no soy nada sin ellos”... y a continuación Faucher concluye: “… escribí el film un año después de haber dado a luz a mi hija, que fue justo cuando mi abuela, a quien está dedicado el film, fue a vivir a una residencia… el hecho de haberme convertido en madre a los 25 años era una responsabilidad de la que yo era extremadamente consciente y que me pesaba. Vivía un momento de renovación de generaciones: el hijo y la filiación”.

Los temas del filme son varios: el parto en el anonimato, el conflicto existencial de las madres solteras, el aspecto social, el riesgo que se corre teniendo un niño, sea cual sea la edad o la condición, así como la reflexión sobre esa responsabilidad, sobre la pérdida de libertad y de tranquilidad que implica. La directora narra la historia con sencillez y sensualidad a través del afortunado elenco de actrices. El personaje de Claire (Lola Naymark) tiene la fuerza de carácter de sus 17 años y mucha determinación, unidas a un gran respeto por Mme. Mélikian, lo que no le impide enfrentarse a ella en algunos momentos. El personaje de Mme. Mélikian (Ariane Ascaride), está construido sobre el duelo por su hijo, con el que vivía sola, así como su pudor, su reserva y su trabajo de bordadora, un oficio en la sombra. La costura es tratada en el filme como una metáfora del cine. Cuando vemos una película no imaginamos el trabajo de los técnicos, igual que cuando vemos a una modelo que desfila en una pasarela no imaginamos las horas de trabajo de las manitas que están detrás.

En el filme, el bordado es como un diario íntimo, explica lo que está en el interior de los personajes. Claire trabaja a partir de materiales reciclados, pieles de conejo, aros de tubería, sin técnica. Cuando ella observa el trabajo de Mme. Mélikian en el taller, hace todo un viaje interior; inicia su aprendizaje con todos sus sentidos, movida por el desasosiego, la necesidad y la angustia que su embarazo le produce. El trabajo de costura aumenta al mismo ritmo que el bebé se desarrolla en el vientre de Claire en una hermosa metáfora que vincula la vida con labor productiva; el valor dignificante del trabajo con la creatividad. El taller es como una especie de cueva donde Claire se esconde, como en un vientre, en espera de su propio renacimiento, de su crecimiento como persona. Las tomas a través de telas transparentes nos dejan ver las manos en el trabajo y, a lo lejos, el rostro y la madurez de las bordadoras. De la discreción y sobriedad inicial se pasa a ciertos aspectos de confidencia y consuelo, de solidaridad y comprensión que son inseparables de la condición femenina.

 

Autor: Rafael Fernández Pineda. Cancún, Quintana Roo. México.

fernandezpr@hotmail.com

 

 

 

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