Páginas de Historia

 

BICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA Y CENTENARIO DE LA REVOLUCIÓN

 

* Festejos de un País en Movimiento

 

En nuestro país, durante la primera década del siglo XX, después de la Entrevista Díaz Creelman, el Gobierno de la República, había ya aprobado realizar durante el mes de septiembre de 1910, en todo el territorio nacional, los Festejos del Centenario de la Independencia.

Estos eventos, sólo son recordados en lo general y -al parecer- muy pocos saben cómo se llevó a cabo, entre el 1 de septiembre y el 4 de octubre de 1910, precisamente porque ese día se inicia el “Mes de la Patria” y concluía con esa fecha porque el 4 de octubre de 1824 se aprobaba la Constitución que nos organizaba como “república democrática, representativa y federal”.

Junto con el Centenario del movimiento por la Independencia, otra fecha se celebraría con discreción: los 80 años de vida de don Porfirio Díaz Mori, quien durante su prolongada gestión había concluido con la articulación y consolidación del país. Así se llegó México al primero de septiembre de 1910.

La algarabía y la excelsitud parecían no tener fin, los festejos del Centenario de la Independencia se realizaron con ímpetu patriótico: inauguraciones de edificios públicos, exposiciones artísticas y comerciales, desfiles, fiestas con fuegos artificiales, banquetes y bailes… pero también marcó el ocaso de la dictadura porfirista... y ello mostraba dialécticamente la praxis de un país en movimiento.

En un resumen sucinto podemos enumerar (por razones de espacio) al menos los principales eventos del gobierno federal:

Día 1 de septiembre de 1910: Inauguración del Asilo La Castañeda, construido en los terrenos de la hacienda La Castañeda, cercana a Mixcoac;

Día 2: Recepción de la pila bautismal de Miguel Hidalgo y Costilla. Inauguración de exposiciones permanentes, en diversos museos.

Día 3: Colocación de la primera piedra de la Cárcel de San Jerónimo.

Día 4: Fiestas del Comercio, Banca e Industria con desfile de carros alegóricos.

Día 5: Solemne recepción de los embajadores extranjeros en el Palacio Nacional. Don Porfirio funda el Servicio Sismológico Nacional, SSN), inauguración de la Estación Sismológica Central.

Día 6: Jura a la bandera de 6.000 niños en Plaza de la Constitución.

Día 7: Inauguración de la Escuela Nacional Primaria Industrial para Niñas “Josefa Ortiz de Domínguez” y glorificación a la misma heroína.

Día 8: Homenaje a los héroes de 1847 en el Colegio de Chapultepec.

Día 9: Ceremonia de la colocación de la primera piedra del monumento a Isabel la Católica que obsequia la colonia española. Reapertura del Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnografía.

Día 10: Inauguración del XVII Congreso Internacional de los Americanistas. Excursión de los mismos a San Juan Teotihuacán.

Día 11: Colocación de la primera piedra en los monumentos a Washington, a Pasteur e inauguración de la exposición médica.

Día 12: Inauguración de la Escuela Normal para Profesores.

Día 13: Inauguración de la estatua de Alexander von Humboldt. Inauguración del I Congreso Nacional de Educación Primaria (CNEP).

Día 14: Gran procesión cívica mexicana en avenida San Francisco.

Día 15: Gran desfile histórico de carros alegóricos con representaciones de épocas. Fiesta de la Beneficencia Pública. Funciones populares de teatro y toros en homenaje al onomástico 80 de don Porfirio. En la noche, Porfirio Díaz encabezó el Grito de Independencia y doña Carmen Romero Rubio ofrece recepción en los salones de Palacio Nacional. Fuegos artificiales.

Día 16: Inauguración del monumento a la Independencia. Ceremonia oficial del centésimo aniversario del Grito de Dolores. Los embajadores y delegados extranjeros recorren en carruajes la Avenida de San Francisco en medio de una lluvia de flores. Gran desfile militar, tomando parte los marinos franceses, alemanes, argentinos y brasileños. Apertura del Congreso de la Unión. María Conesa entona el Himno Nacional.

Día 17: Entrega del uniforme de Morelos, de las banderas insurgentes por la embajada Española.

Día 18: Inauguración del Hemiciclo a Juárez. Devolución de las llaves de la ciudad de México, que se habían entregado durante la Segunda Intervención Francesa en México, por parte de la embajada de Francia en el Palacio Nacional.

Día 19: Desfile de estudiantes. Inauguración del IV Congreso Médico Nacional. Gran Paseo de Antorchas ejecutado por obreros.

Día 20: Colocación de la primera piedra del monumento a Garibaldi. Inauguración del nuevo anfiteatro de la Escuela Nacional Preparatoria.

Día 21: Inauguración de obras de agua potable de ciudad de México.

Día 22: Inauguración de la Universidad Nacional de México, creada por decreto de don Porfirio del 26 de mayo de 1910.

Día 23: Inauguración del nuevo lago de Chapultepec. Baile en Palacio Nacional.

Día 24: Inauguración de la Exposición agrícola y ganadera.

Día 25: Grandes maniobras militares y simulacro de guerra en las lomas del Molino del Rey. La infantería, caballería y artillería en acción.

Día 26: Inauguración de las obras del desagüe del valle de México.

Día 27: Colocación de la primera piedra del nuevo Palacio Legislativo. El Congreso hizo público el bando que declaraba la victoria de Díaz como Presidente de México y de Ramón Corral como vicepresidente, para el periodo del 1 de diciembre de 1910 al 30 de noviembre de 1916.

Día 28 Inauguración de la Fábrica de pólvora sin humo.

Día 29: Homenaje a doña Josefa Ortiz de Domínguez. Ampliación de la Penitenciaría.

Día 30: Apoteosis a los héroes en el monumento a la Independencia. Desfile de mujeres.

Bajo una perspectiva histórica debemos impulsar “Quintana Roo en el Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución” para celebrarlo en el año 2010 en todo el mapa geográfico de nuestra entidad.

 

* De los Festejos y la Revolución de 1910

 

Los Festejos del Centenario de la Independencia realizados día a día durante el mes de septiembre de 1910 y hasta el 4 de octubre del mismo año, si bien significó una “especie de tregua”, no pudo impedir el estallido de la revolución por las tensiones acumuladas, y que se verán acicateadas al no cumplir el octogenario dictador las promesas ofrecidas en la célebre Entrevista Díaz Creelman.

La lucha revolucionaria desatada el 20 de noviembre de 1910, es en cierta medida consecuencia lógica, de que no se habían alcanzado los objetivos que posibilitó el movimiento de independencia en 1810 y plasmados en la Constitución de 1824, cuya contingencia se hará presente en la Carta Magna de 1857 y la Reforma.

Luego de Restaurada la República, con el arribo al poder del general Porfirio Díaz, si bien logra consolidar la articulación del país y el mapa geográfico de México, pese a la creación de instituciones consistentes, y que el país se había ganado ya un sólido prestigio y crédito internacional, el bienestar económico y la democracia no había llegado a la inmensa de mexicanos.

La parte épica de la Revolución Mexicana se cumple en dos etapas: la primera que es la maderista, que reclamaba el establecimiento de un régimen democrático, es decir: respeto al sufragio, a las libertades democráticas elementales como la prensa, reunión, organización política y electoral, sindical, a la tierra, que si bien no todas van incluidas en el Plan de San Luis, si se expresa el Programa del Partido Liberal Mexicano (PLM) de 1906 y el zapatista. Estos dos últimos representaban el pensamiento popular avanzado, y eran en consecuencia la más radical.

La segunda etapa se inicia luego de la asonada de la Ciudadela conocida como la Decena Trágica que concluye con el asesinato de Madero y Pino Suárez, y la usurpación por parte de Huerta. Este período se conoce como la revolución Constitucionalista, pues pretendió en primer lugar el restablecimiento del orden constitucional, aunque en el momento de iniciarse no se planteaba la creación de una nueva Carta Magna.

Dos fuerzas políticas se distinguen en esa etapa: la encabezada por Carranza y los caudillos de ese movimiento principalmente los conocidos como el Grupo de Sonora entre los que distinguieron Obregón, Calles, De La Huerta y otros que destacaron en la campaña militar revolucionaria, pero que tenían claro un nuevo proyecto de Estado.

La otra es, el sector popular en el que se distinguieron como grandes caudillos los generales Pancho Villa y Emiliano Zapata. Zapata es el más genuino representante de los intereses de los campesinos, y contó con la simpatía de los integrantes del Partido Liberal Mexicano encabezado por Ricardo Flores Magón, aunque también contó con el acercamiento e interés de personajes como Felipe Carrillo Puerto a quién le otorgó el grado de Coronel y lo hizo representante de su movimiento en Yucatán.

El Centauro del Norte, que logró realizar grandes hazañas, a decir de investigadores de mucho prestigio “fue el primero en impulsar lo que después se llamaría economía mixta”, registra una amplia participación de distintas capas sociales y entre ellos destacan además de los campesinos, los trabajadores del campo, rancheros de distintos niveles, algunos intelectuales y otras sociales más. Todos estos reflejaban el desarrollo logrado hasta entonces en el norte del país en comparación a los lugares donde luchó Zapata.

Luego de la aprobación de la Constitución de 1917, y posterior a la lucha de facciones, se consolida el proyecto generalmente conocido como Régimen de la Revolución Mexicana.

Para celebrar los eventos 1810 y 1910, es indispensable trabajar por un proyecto que por anticipado deseamos llamar “Quintana Roo en el Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución”, en el cual la organización de los festejos no debe ser vertical, sino que se definirá a partir de los consensos, con una amplia participación ciudadana, que permita una gran movilización para efectuar un ambicioso programa de distintas actividades diarias en todo el mapa geográfico de Quintana Roo durante los días que se acuerden para la celebración del plan.

Ejemplificamos una idea: el día 1 de septiembre de 2010, los festejos deberán iniciarse en todos los municipios, de manera insoslayable por lo menos en las ciudades cabeceras y la capital del estado... y diario realizar eventos en los que puedan participar, estudiantes, hoteleros, promotores de servicios etc., de tal manera que con estos se logre obtener una importante derrama de recursos.

Vale decir: si los hoteleros participan desde ahora para arribar a la fecha con un programa sólido, entonces se pueden planificar un programa de promoción de los festejos en que los visitantes (nacionales y extranjeros) además de recibir un descuento por promoción puedan asistir a los diversos eventos. Se trata también de aprovechar los festejos para impulsar también el gran proyecto de Turismo Cultural, para lo cual se pueden obtener recursos y apoyos adicionales, por ejemplo de la UNESCO.

Debemos buscar conformar un grupo amplio de personas e instituciones para iniciar los preparativos (primer paso) de “Quintana Roo en el Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución, pero de ello hablaremos más próximamente.

Autor: Raúl Espinosa Gamboa. Cancún, Quintana Roo, México.

raesgam@yahoo.com.mx

 

 

 

 

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