BELISARIO DOMÍNGUEZ Y LA SCJN.

 

Por Raúl Espinosa Gamboa

 

* La SCJN violó la Constitución

 

Don Belisario Domínguez Palencia nació en Comitán, Chiapas el 25 de abril de 1863, pero antes de continuar hablando del ex senador chiapaneco e indómito

defensor de la legalidad, déjenme que les comente que a propósito de la visita que hiciera a nuestra entidad el actual presidente de la SCJN, nos recuerda

que la inestabilidad política que se ha padecido en Quintana Roo, así como las posibles transgresiones a la legalidad son ahora también corresponsabilidad

de la propia SCJN.

 

Como existen opiniones de que la SCJN siempre ha actuado con apego a la legalidad, en esta ocasión queremos recordar la actitud digna y patriótica de don

Belisario Domínguez (que le costó la vida) y uno de los episodios oscuros de la SCJN (que no siempre ha sido impoluta) en 1913 ante la dictadura de Huerta.

 

Pero continuando con nuestro ilustre chiapaneco, permítanme seguir apuntando que sus padres fueron don Cleófas Domínguez y doña Pilar Palencia y sus hermanos

se llamaron Sóstenes, Dolores, Carlota, Enriqueta, Constancia, Herlinda, Adela, Concepción, Jovita y Natalia.

 

Don Belisario Domínguez, realizó sus primeros estudios en su urbe natal, y en 1878, se trasladó a la Ciudad de San Cristóbal las Casas, para continuar su

aprendizaje en el Instituto de Ciencias y Artes del Estado. Posteriormente viaja a Francia, para después iniciar sus estudios profesionales, en donde,

el 17 de julio de 1889, obtiene el título de Médico Cirujano, Partero y Oculista.

 

Regresa a Comitán el 5 de diciembre de 1889 y, sin envanecerse por haberse titulado en la Ciudad Luz, inicia sus actividades médicas, ganándose el reconocimiento

del pueblo, por su carácter humanitario y filantrópico, estableciendo la farmacia "La Fraternidad", desde donde, en repetidas ocasiones, exigió justicia

para los desheredados.

 

El primero de noviembre de 1890, a los 27 años, contrae matrimonio con la señorita Delina Zebadúa. Sus hijos fueron Matilde, Carmen, Ermila y Ricardo. Luego

del fallecimiento de doña Pilar (su madre), el doctor Belisario Domínguez, permanece en la ciudad de México hasta 1905, cuando publica en los periódicos

"Chiapas, Carta a los señores porfiristas de la ciudad de México" manifestando sus inquietudes y exigiendo tanto al gobierno federal como al estatal, mayor

atención a las múltiples necesidades del estado de Chiapas, ya que se le tenía en el más completo olvido y abandono.

 

Se reintegra nuevamente a Comitán donde tomará posesión el primero de enero de 1911 como Presidente Municipal, iniciando a partir de entonces una intensa

actividad en beneficio del municipio que representaba, rechazando la asonada de Juan Espinosa Torres, la cual "aparentemente trataba de que los Poderes

del Estado fuesen regresados a San Cristóbal las Casas".

 

En 1912, será electo Senador Suplente por el Estado de Chiapas en la fórmula Leopoldo Gout-Belisario Domínguez. En enero de 1913, el doctor Domínguez se

traslada a la ciudad de México acompañado de su hijo Ricardo, para inscribirlo en estudios de preparatoria, permaneciendo en esa ciudad al arreglo de asuntos

particulares, al tiempo que fallece don Leopoldo Gout, Senador Propietario, por lo que, don Belisario Domínguez, por ministerio de ley, asume como titular

ese cargo.

 

Don Belisario Domínguez aún antes de tomar posesión como Senador titular, siguió paso a paso, los acontecimientos de la Decena Trágica, que mediante un

Golpe de Estado, llevan a la presidencia al general Victoriano Huerta, en connivencia con el embajador de EEUU Henry Lane Wilson, que culminó el 19 de

febrero de 1913 con la renuncia que bajo presión presentaron don Francisco I. Madero y don José María Pino Suárez, a sus cargos de Presidente y Vicepresidente

Constitucionales de la República, mismas que, con apariencia de ajustarse al mandato constitucional fue aceptada por la Cámara de Diputados, siendo luego

estos asesinados la noche del 22 de febrero de 1913.

 

El Gobierno espurio de Victoriano Huerta, inicia la era del terror; aprehensiones y asesinatos, entre los más notables podemos apuntar a los siguientes,

Diputados: Serapio Rendón, Néstor Monroy, Adolfo G. Carrión, Gustavo A. Madero. Adolfo Bassó, Intendente de Palacio Nacional, Abraham González gobernador

de Chihuahua, coronel Alfonso Zaragoza, mayor Aurelio Saldaña, general Rafael Tapia, general Gabriel Hernández, Senador Belisario Domínguez y muchísimos

más.

 

Ante esa situación don Venustiano Carranza, gobernador del Estado de Coahuila y la Legislatura del Estado de Coahuila desconoce al Gobierno de Victoriano

Huerta, y, con fecha 26 de marzo del mismo año, en la Hacienda de Guadalupe, se firma el "Plan de Guadalupe", iniciándose así la revolución constitucionalista.

 

Don Belisario, defensor de la legalidad

 

A partir de entonces, don Belisario asumen una indomable defensa por la legalidad y el 23 de septiembre de 1913 entra al rescate de la dignidad nacional

y de la Constitución, depositando en manos del presidente de la Cámara de Senadores. Su discurso señalaba que Huerta "cuyo primer acto al subir a la presidencia

fue asesinar cobardemente al Presidente y al Vicepresidente legalmente ungidos por el voto popular" y de "un impostor inepto y malvado que lleva a la patria

con toda velocidad hacia la ruina" y como la prensa nacional, se negó a publicar ese discurso, el doctor Domínguez no se amedrenta, y en la siguiente sesión,

en pleno recinto del senado, pronuncia su segundo discurso, en que, con temeridad espartana señala las aberraciones del régimen huertista que "está provocando

un conflicto internacional con los EEUU, y este conflicto puede llevarnos a la intervención", proponiendo la "destitución del general Victoriano Huerta

como Presidente de la República", la vez que se ofrece, virilmente, llevarle personalmente sus discursos.

 

Como respuesta Victoriano Huerta ordena el asesinato del senador Belisario Domínguez. El 7 de octubre de 1913, en la noche, Francisco Chávez recibió orden

del general Huerta, indicándole que lo mandara sacar del Hotel del Jardín al senador Belisario Domínguez y lo liquidara. Inmediatamente Chávez llamó al

Teniente Coronel Alberto Quiroz, jefe de la gendarmería y a Gabriel Huerta, jefe de las comisiones de seguridad, para que se encargaran de llevar a cabo

la disposición dictatorial.

 

Esa misma noche llegaron hasta sus habitaciones en el Hotel del Jardín, "invitándolo a acompañarlos", por lo que sólo alcanzó dejar un mensaje "hágame el

favor de avisarle a mi hijo por la mañana, cuando venga, que voy con La Reservada (la policía)". Abordando un auto, se encaminaron rumbo al Panteón de

Coyoacán, donde después de bajarse del mismo, a pocos metros de la puerta del panteón, el sicario Gilberto Márquez, disparó un balazo por detrás, incrustándose

en la cabeza. Ya caído, herido mortalmente, el otro asesino, Alberto Quiroz, le hizo dos disparos más. De inmediato extrajeron de la victima el dinero

que llevaba y con ese pagaron al sepulturero para que procediera a sepultarlo. Consumado el crimen el general Huerta, en "premio a su hazaña", ascendió

al grado de Coronel a Alberto Quiroz. Después de una profunda investigación se logró esclarecer el crimen, la exhumación del cadáver y su autopsia, dándose

la autorización para sepultarlo en el Panteón Francés.

 

Posteriormente cuando la lucha revolucionaria hace insostenible el régimen de Huerta, con fecha 15 de julio de 1914 presenta su renuncia, dejando en su

lugar al licenciado Francisco Carvajal, que fuera previamente nombrado Secretario de Relaciones Exteriores "para cumplir con la formalidad constitucional",

el cual siendo presidente de la SCJN había reconocido un régimen surgido violando la Constitución.

 

Al triunfo de la Revolución Mexicana, el 7 de octubre de 1917, el Congreso de la Unión, en Decreto de ésta declara "benemérito de la patria, al ciudadano

Doctor Belisario Domínguez", igualmente acordará inscribir su nombre, con letras de oro, en el lugar de honor del salón de sesiones de la Cámara de Diputados.

Posteriormente el Congreso de la Unión estatuyó "la Medalla Belisario Domínguez", para premiar la conducta de aquel mexicano, que a su juicio, tenga los

mejores derechos para merecer la admiración pública. La medalla fue creada por decreto del presidente Adolfo Ruiz Cortines el 28 de enero de 1953.

 

La SCJN amparó la ilegalidad

 

La SCJN luego de consumado el Golpe de Estado que llevó al general Huerta a la presidencia, viola la Constitución en virtud de que el Artículo 9 de la Constitución

de 1857, en vigor entonces, establecía (en los mismos términos de la hoy vigente) que: "No se podrá coartar el derecho de asociarse o reunirse pacíficamente

con cualquier objeto lícito; pero solamente los ciudadanos de la República podrán hacerlo para tomar parte en los asuntos políticos del país. Ninguna reunión

armada tiene derecho a deliberar.

 

No se considerará ilegal, y no podrá ser disuelta una asamblea o reunión que tenga por objeto hacer una petición o presentar una protesta por algún acto

a una autoridad, si no se profieren injurias contra ésta, ni se hiciere uso de violencia o amenazas para intimidarla u obligarla a resolver en el sentido

que se desee"... cuando era evidente que se había utilizado la fuerza para lograr las renuncias que bajo esa presión, presentaron don Francisco I. Madero

y don José María Pino Suárez, a sus cargos de Presidente y Vicepresidente Constitucionales de la República.

 

Efectivamente, el 19 de febrero de 1913, a las 4 de la tarde, el pleno de la SCJN, bajo la presidencia del licenciado Francisco Carvajal, reunidos con 11

ministros cuyos nombres han quedado consignados en la historia y que fueron Francisco Díaz Lombardo, Carlos Flores, Alfonso Rodríguez Miramón, David Gutiérrez

Allende, Olivera Toro, Demetrio Sodi de la Tijera (sic), Emilio Bullé Goyri, Cristóbal Chaiptal, Eduardo Castañeda, Emilio Alvarez y Jesús González iniciaron

una sesión que de la SCJN que los colocó en un sitio contrario al que asumiría don Belisario Domínguez.

 

A esa antipatriótica reunión, a la que cinco minutos después de haberse votado el acuerdo llegó el ministro Emeterio de la Garza, lo cual también quedó

registrado, ya que pese a la gravedad de la situación, no todos los personeros son consecuentes con la puntualidad.

 

Ese día los ministros de la SCJN, luego de acordar el reconocimiento al "nuevo gobierno del señor Huerta" hicieron una declaración "deseosa de procurar,

por su parte, la conservación del orden público y la dignidad de la patria" (sic), manifestándose también por "colaborar en la importante medida que la

Carta Fundamental le señala", por lo cual le enviaron el siguiente al usurpador Victoriano Huerta este comunicado que al pie de la letra dice:

 

"Señor: La justicia y su administración, es cosa tan esencial para la vida de las sociedades, que no se puede concebir una culta si carece de honrada administración

de justicia, que a cada quién dé lo suyo y haga respetar el derecho en toda circunstancia y en la amplia medida que demande el propio derecho, ya pertenezca

éste al débil, ya corresponda al poderoso, ora sea que asista al Estado o que pertenezca al individuo en conflicto con el primero.

 

Buscar la paz estable y sólida fuera de la justicia, es como querer que pueda haber vida terrena sin atmósfera; es pretender el más claro de los imposibles,

el absurdo en mi sentir, más evidente y más palpable. Basta fijarse en las naciones que pueblan la tierra, para convencerse íntimamente de que no es dable

conseguir la prosperidad a que aspiran todas ellas, si no descansan en el respeto más escrupuloso de la justicia y su administración recta y serena.

 

Las dos revoluciones que han conturbado últimamente la tranquilidad de la República, han tenido por origen cierto e indiscutible el desconocimiento de la

verdad que acabo de enunciar. El haber considerado que el respeto al derecho sólo puede ser exigido por una clase y que impunemente se puede hollar el

de las demás, ha sido el error funesto que ha producido tantos y lamentables daños en el pueblo mexicano, el que ha llegado a estar en el dintel del peor

que se puede sufrir.

 

El personal del Ejecutivo de la Unión, a quien, en nombre de la Corte Suprema de Justicia, tengo el especial honor de felicitar, con mis compañeros, por

la toma de posición que ha verificado, dada su ilustración, de todos reconocida, y su experiencia cruelmente aleccionada por los acontecimientos que hace

poco más de dos años se vienen fatídicamente sucediendo, indudablemente salvará el escollo en que han naufragado las dos últimas administraciones y persuadido

de que ni la suntuosidad de un progreso material brillante ni un sistema que de la democracia sólo ha tenido expresiones vituperables, puede ser el cimiento

de un estado de cosas en que la generalidad esté satisfecha, requisito indispensable para que haya una paz verdaderamente tal, sabrá satisfacer la primera

aspiración del pueblo, o sea la que de se imparta la justicia dignamente, sin distinción de personas, ni de clases, sin más norte que la ley, ni más norma

que el derecho, ajustando todos sus actos a ese levanto propósito. De otra manera, no satisfecha esa sed devoradora de justicia que tanto ha atormentado

al pueblo mexicano, lo llevará a verter torrentes de sangre como los ha vertido, a fin de mitigarla y comprometiendo su respetabilidad y hasta su independencia.

 

La Corte Suprema de Justicia, lealmente ofrece al Poder Ejecutivo, a quien de nuevo presenta sus sinceras congratulaciones, por conducto de la comisión

que presido, colaborar en la importante medida que la Carta Fundamental le señale, a tan alto fin, a realizar empresa tan patriótica y tan noble.

 

México, febrero 22 de 1913.

 

Firman en nombre de los integrantes de la SCJN, Presidente (de la comisión), Alfonso Rodríguez Miramón.- Miembros: Emilio Bullé Goyri, Carlos Flores".

 

El día 24 de ese mismo mes, el dictador les correspondió enviando una melosa respuesta, junto con pingues retribuciones "por tan patriótica postura". Hoy

ante la situación que se vive en Quintana Roo, de manera principal en el municipio de Benito Juárez, nos preguntamos: ¿Le será otorgada a los integrantes

de la SCJN la Medalla Belisario Domínguez, por su responsabilidad en ésta situación?... Usted, ¿qué cree?.

 

 

 

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