DON IGNACIO DE ALDAMA Y GONZÁLEZ
Don Ignacio de Aldama y González,
hermano menor de don Juan Aldama, nació el 7 de mayo de 1780, en San Miguel el Grande,
estado de Guanajuato, donde inició sus estudios que culminaron al recibirse de
abogado en la ciudad de México. Sin embargo, tiempo después abandonó el
ejercicio de su carrera para volver a su tierra natal donde se dedicó
exitosamente al comercio.
Aunque para 1810 su posición era
privilegiada y envidiable, pues era alcalde de San Miguel, era en el fondo un
patriota decidido y su convicción no quedó al margen del movimiento insurgente.
Don Ignacio junto con su hermano Juan
Aldama, se unieron a la causa encabezada por el cura Miguel Hidalgo y Costilla
desde la madrugada del 16 de septiembre de 1810. Participó activamente en la
conspiración previa al levantamiento armado y aunque la sublevación misma lo
tomó desprevenido, se movilizó rápidamente.
Como alcalde de su ciudad natal y desde
su posición hizo las proclamas que rebelaban su adhesión al movimiento y el 24
de septiembre de 1810 firmó un acuerdo en el cual reconoció la autoridad del
cura Hidalgo. Este acto, le valió la expulsión del Colegio de Abogados.
No obstante, Ignacio Aldama no era
hombre que faltara a sus ideales y en lugar de asumir una disciplina
complaciente, dio las órdenes necesarias para abastecer de víveres al ejército
insurgente.
Una vez hecho lo anterior y ante el
riesgo que le representaba continuar apoyando la lucha desde afuera, se unió a
las filas de la insurgencia en noviembre, justo antes de la batalla de Aculco.
Cuando supo que San Miguel había caído
en manos del enemigo, él y Allende marcharon hacia Guanajuato y Guadalajara, donde
fue colaborador de la publicación denominada Despertador Americano.
En Saltillo, el 6 de febrero de 1811,
fue nombrado embajador del movimiento ante Estados Unidos, país al que debería
pedir apoyo a fin de adquirir armamento.
En su viaje en dirección al norte, fue
aprehendido por partidarios realistas con el argumento de que no tenía su
pasaporte en regla. En realidad, el enemigo sabía cual era el destino del
caudillo insurgente.
Fue conducido a la ciudad de Monclova,
donde supuestamente se le abrió un juicio sumario y fue juzgado por un consejo
de guerra. Finalmente fue fusilado el 20 de junio de 1811.
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