Al borde de los ciruelos
transmutas tu
ser en hojas,
unas verdes,
otras rojas,
y se perfuman
dos cielos.
Como la garza a sus vuelos
has dibujado
el trigal,
y un caballo
de cristal
bebe el mar en
que desgarras
un silencio de
guitarras
si desnudas el
coral.
Autor: Agustín
Labrada Aguilera. Chetumal, Quintana Roo, México.