¡ADIÓS AMIGOS!

 

POR JORGE PULIDO

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Impacientes, esperábamos a que dieran las siete y media de la noche. Edmundo García, voz institucional del Canal 2 de Telesistema Mexicano en los años sesenta, anunciaba: “nuestro siguiente programa es...”, y nuestro corazón palpitaba emocionado.  Ya en pijama y después de portarnos bien durante toda la semana, de haber hecho la tarea y preparar la mochila para el día siguiente, los niños de aquel México que no volverá a repetirse, lográbamos cada domingo llenar  nuestros ojos y nuestra imaginación  con todo ese maravilloso mundo  que estaba dentro de esa pequeña cajita mágica, llamada “televisión”.

 

Allí, en esa cajita, vimos caber en un mismo árbol todos los bosques de todos los cuentos, en la misma princesa, todos los que alguna vez fueran nuestros sueños; en la eterna bruja, nuestros más torturantes miedos nocturnos y en el amado príncipe, al hacedor de lo imposible.

 

Con las primeras notas de esas inconfundibles fanfarrias, que anunciaban el inicio del programa más esperado por todos los niños, preparábamos nuestro chocolatote, acomodábamos  en el sillón o en el suelo nuestro cojín, empujábamos  a nuestros hermanos y primos, colocándonos lo más cerca posible de la tele. Allí, los niños, los papás de los niños, y los papás de los papás de los niños vimos, todos juntos, durante muchos, muchos años a "Cachirulo" en el Teatro Fantástico.

 

Era como un sueño del que no queríamos despertarnos. Era muy cortito el tiempo para deleitarnos con esos cuentos inolvidables. Allí estaban ante nuestros ojos: “la bruja escaldufa”, el hada bondadosa, el intrépido príncipe, el repugnante monstruo y los escurridizos enanitos... Esas historias fantásticas, escritas y dirigidas por enrique Alonso, “Cachirulo”, protagonizadas, entre muchos actores y actrices, por Aarón Hernán, Germán Robles, Héctor Madera Ferrón, Marina Isolda, Cinthia Silva, Aurora Alvarado, María rojo, Socorro Avelar y Blanca Sánchez, quedaron grabadas en el recuerdo de nosotros que ahora ya somos adultos.   

 

Cómo olvidarnos del fantástico trenecito del chocolate Exprés ni de la chispeante “Cuqui la Ratita”, encarnada por la actriz Angelita Villanueva. “La Azteca”, fue la chocolatera que patrocinó durante poco más de una década “El Teatro Fantástico” de Cachirulo. Gracias a esa brillante ocurrencia del publicista Augusto Elías, el chocolatote exprés se convirtió en el favorito de toda la familia dándole batalla sin tregua a “Choco Milk” de Pancho Pantera.

 

HEREDERO UNIVERSAL.

 

Enrique Fernández Tellaeche, su nombre verdadero, nació en 1923 en el puerto de Mazatlán, Sinaloa. El "Honorable Patriarca del Teatro Infantil" destacó como dramaturgo, director y cronista en el mágico mundo de los pequeños.

 

Aunque estudió contaduría, fue un investigador tenaz de la literatura clásica, que adaptó un sinnúmero de cuentos de diversas partes del mundo y escribió cientos de historias para llevarlas a la televisión, de la cual fue pionero.

 

"Cachirulo" dio a México, a través de una intensa y persistente tarea, un ejemplo de lo que debe ser un verdadero hombre de teatro, disciplinado y enteramente entregado, a decir de los críticos.

 

Escribió, actuó y dirigió centenares de pastorelas, revistas musicales y zarzuelas, labor que le ocupó toda su vida.

 

En 1948, Enrique Alonso debutó como actor profesional al lado de Lupe Rivas Cacho, en "La temporada del recuerdo", un año antes de que surgiera el Teatro del Caracol. También trabajó con María Conesa, apodada "La Gatita Blanca", quien fue como su madre y de la que no se separó hasta el día de su muerte, tal como me lo confesó en 1990 cuando tuve la fortuna de entrevistarlo en el programa de radio “En Armonía” trasmitido semanalmente en la XEB. También en esa ocasión reveló que La Conesa lo nombró como su heredero universal.

 

Enrique Alonso fue productor y director del "Teatro Fantástico", trasmitido de 1955 a 1969 por el Canal 2 de Televicentro (ahora Televisa).

 

También fue fundador de los grupos "Proscenio" y "Teatro del Pequeño Mundo" y como actor participó en más de doscientas obras.

 

Con la compañía de teatro infantil montó su obra "La princesita encantada", donde apareció por primera vez el personaje "Cachirulo", muy italiano, con vistosas pelucas naranjas y vestido de arlequín, que a la postre lo consagró entre los televidentes infantiles.

 

Fue autor de la obra biográfica "María Conesa", editada en 1987 y con prólogo del escritor Carlos Monsiváis, en la que resumió su larga convivencia con "La Gatita Blanca".

 

Llenó siempre la pantalla con personajes maravillosos, bellas princesitas, reyes socarrones, pastorcitos, bufones, ogros, gigantes, villanos, apuestos príncipes y hadas, muchas hadas. Cada semana era una sorpresa diferente.

 

Eran los inicios de la televisión en México y este singular hombre de intachable sencillez y gran calidad humana,   colaboró para otros importantes programas que también trasmitieron obras de teatro.

 

Con el paso del tiempo, la producción de Teatro Fantástico salió de los estudios de televisión para llevar a cabo grandes e inolvidables temporadas en los mejores teatros del país.

 

HOMENAJE MULTITUDINARIO.

 

Con el devenir de los años Enrique Alonso logró todos los reconocimientos de la prensa, la crítica teatral y especialmente el cariño de sus compañeros y del público.

 

Hace apenas tres años, en la sala “Manuel M. Ponce del Palacio de las Bellas Artes, la comunidad teatral le rindió el más fervoroso y multitudinario homenaje de que se tenga memoria, al cumplir 50 años de trayectoria artística. Allí, a las afueras del gran recinto cultural, cientos de personas que tiempo atrás disfrutamos en la niñez con los cuentos de “Cachirulo”, nos agolpábamos  para tratar de entrar al auditorio... Muchos, con invitación en mano logramos trasponer la puerta, sin embargo, muchísimos más, se quedaron afuera y sólo pudieron visitar la espléndida exposición montada con la escenografía y los trajes originales de los personajes del Teatro Fantástico, a falta de los videos de aquellos memorables programas, de los cuales sólo se conservan a la fecha apenas unos cuantos, grabados en cinemascope en blanco y negro.

  

Su principal aportación al teatro de tradiciones mexicanas la hizo con la creación de "El portal de Belén", premiada por el Instituto Nacional de Bellas Artes y que actualmente se representa en México y el extranjero.

 

Desde 1984 se dedicó a rescatar, para deleite de las nuevas generaciones, al teatro de carpa y revista con montajes como "Dos tandas por un boleto", "La alegría de las tandas" y "Chin Chun Chan y las musas del país".

 

Sus últimos años, antes de decirnos para siempre: “¡Adiós Amigos!”, Enrique Alonso vivió en la casa del escritor de la SOGEM, en Coyoacán, al sur del Distrito Federal; y ni el mal de parkinson ni el cansancio de la edad le impidieron seguir escribiendo.

 

Finalmente, después de haber superado tres infartos, su corazón dejó de latir la mañana del pasado 27 de agosto, días antes del 9 de septiembre en que hubiera cumplido 81 años de vida.

 

Con él se van muchos de nuestros más cándidos sueños, nuestras más tiernas fantasías, nuestra más pura inocencia, nuestra irrepetible infancia;

 

¡Adiós Cachirulo...! ¡Adiós amigos...!    

 

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