ADICCIÓN A LAS DROGAS
UNA ENFERMEDAD CRÓNICA QUE SE PUEDE
TRATAR
Las sustancias psicoactibas al ingresar
al organismo alteran el sistema nervioso central.
Más que definirlas como drogas legales o
ilegales, los expertos las clasifican en tres grandes grupos conforme a su
acción en el sistema nervioso central.
Existen las drogas estimulantes o
excitantes, las más conocidas en Costa Rica las constituyen la cocaína, el
crack, las anfetaminas, las bebidas energéticas, nicotina y cafeína.
Otras drogas inhiben o deprimen el
sistema nervioso central donde destacan los opiáceos como la heroína, opio,
codeína, barbitúricos bensiodiacepinas y el alcohol.
Por último están los alucinógenos como el LCD, éxtasis, la
marihuana que en la actualidad se manipula genéticamente que producen psicosis
y los consumidores algunas veces terminan en los servicios de emergencias
hospitalarios.
Járol Segura, médico psiquiatra del área
Atención Integral a las Personas de la CCSS, afirmó que quien desarrolla una
enfermedad adictiva la mantendrá hasta que muera.
Aclaró que al igual que otras
enfermedades crónicas como la hipertensión o la diabetes, si se controla en
forma correcta, permite hacer una vida normal.
Señaló que la puerta de entrada a las
drogas, la constituye el tabaco por su fácil adquisición y por razones
culturales en algunas zonas el alcohol.
Un estudio realizado en el 2006 por el
Instituto de Alcoholismo y fármaco dependencia (IAFA) muestra un descenso en la
edad de inicio de contacto con las drogas ubicándose en 11.6 en la edad de
contacto tanto para hombres como para mujeres y a finales del año anterior otra
encuesta de la misma institución lo ratificó.
El uso del tabaco se relaciona con cerca
de un 90 por ciento de tipos de cáncer mientras que el consumo de cocaína,
pueden relacionarse con hipertensión, cardiopatías, colapso pulmonar, agitación
psicomotriz y la elevación de la temperatura corporal.
DONDE BUSCAR AYUDA
Segura Quesada dijo que en la actualidad
el concepto de adicción es un componente de enfermedad así validado por la
Organización Mundial de la salud (OMS) ratificado por el país en el 2004.
La caja de seguro Social trataba con
mayor frecuencia, las consecuencias del uso de las drogas, ahora, un equipo
interdisciplinario se ocupa de atender el tema desde la prevención, promoción,
rehabilitación e inserción social.
En el 2009, el IAFA Y LA CCSS,
suscribieron un convenio para tratar a la población adolescente vulnerable
consumidores de sustancias.
Se cuenta con el centro Nacional de
Atención Integral a las Personas Menores de Edad en consumo de Drogas en San
Pedro de donde participan varias instituciones para brindarles apoyo a los
adolescentes que lo requieren.
Entre las propuestas de intervenciones
específicas para el tratamiento de la adicción, se incluyen terapias familiares
para integrar a la red de apoyo tanto al paciente como a sus seres más cercanos
que también sufren los efectos de las drogas.
CONSUMO DE DROGAS EN ÁREAS RURALES
A diferencia de la zona urbana donde la
concentración de expendedores y consumidores de drogas ilícitas es evidente, en
el medio rural por lo general no existe barrios o grupos que se detecten con
facilidad y quienes usan las drogas, antes inician consumiendo licor y fumando
más de lo común.
Para el doctor Carlos Solórzano
granados, psiquiatra del hospital Escalante Pradilla en Pérez Zeledón, la
puerta de entrada al consumo de drogas ilícitas en la mayoría de ocasiones es
el licor, seguido por los cigarrillos y medicamentos.
Las fiestas organizadas por jóvenes
donde abundan las bebidas alcohólicas y los cigarrillos, ofrecen la oportunidad
para que alguien inicie su andadura por el camino de las drogas ilícitas que
los harán perder su rendimiento académico, ausentarse de sus tareas laborales
en la finca, hasta cometer actos ilegales que pueden llevarlo a la cárcel.
Los padres observan que ya no asiste a
los bailes juveniles, abandona a sus amigos tradicionales y no acude a los servicios
religiosos.
El especialista afirmó que tanto el
licor como la cocaína, heroína y otras sustancias tóxicas, pueden provocar
desde desequilibrios mentales hasta la muerte.
“aquí en Pérez Zeledón es muy triste
porque uno encuentra jóvenes que dejaron sus hogares para vagar por nuestras
calles consumiendo drogas porque es más fácil conseguir cocaína que trabajo”
expresó Solórzano Granados.
Dijo que este es un fenómeno que se
repite en todo el territorio nacional por donde pasa la droga y parte de ella se
queda para uso de algunos lugareños que mienten, roban y son capaces de otros
ilícitos por drogarse.
Agregó que para que el apoyo de la
familia sea efectivo, debe intervenir a muy temprana edad, porque hay jóvenes
de 15 años que tienen 5 de ser adictos y aunque los padres se preocupen por
ellos, los muchachos se escapan del centro donde reciben el tratamiento.
Algunos acuden al servicio de
emergencias y huyen hasta con el suero puesto porque no toman conciencia de su
enfermedad.
Recomendó a los adultos que apoyen a los
jóvenes que abusan del licor para que reciban atención especializada antes que
caigan en la tentación de probar otras drogas como las anfetaminas, marihuana,
cocaína y heroína.
Hizo un llamado a los habitantes de las
zonas rurales que piensan que las drogas es un asunto de la ciudad para que
tomen en cuenta que durante el trayecto de los países y regiones de origen
hasta la meseta central, parte del cargamento lo consumen los habitantes más
jóvenes por donde se trasiega la droga.
Para los menores de 20 años, la Caja de Seguro cuenta con clínicas
del adolescente donde los especialistas pueden ayudarle pero los resultados son
mejores antes de los 13 años recalcó el galeno.
Aunque a los adultos les cueste creerlo,
hay niños de 10 años de zonas rurales que entraron en contacto con la cocaína
así como marihuana que han adquirido fuera de sus centros escolares por lo que
es hora de sumar a la inquietud por el tráfico ilegal de drogas, acciones
efectivas para prevenir su consumo concluyó el experto.
Para Mayor información, pueden
comunicarse con El Centro Nacional de atención Integral teléfono: 22-25-10-86.
Autor: Roberto
Sancho Álvarez. San José, Costa Rica.