Porque la casualidad lo quiso…
El destino nos enfrentó ¡después de todo!
Casi de golpe te has convertido
¡En provocación ineludible!
Estás presente en todos mis turnos.
Incorporado, alimentas nuestro
idílio.
Constante vuelves y vuelves…
Cual visión, rey de los espacios.
Y tan solo con frases cariñosas
¡Me elevas, vuelo, me sumerges!...
Y permito que sigas habitando
el lecho donde tiernamente, espero.
Me dejas hacer, porque me guías
por esta senda de amor y penitencia.
¡El amor que no debe, pero quiere!
Ha logrado omitir las tradiciones
Zigzaguea entre reglas y deberes.
Sin sentir que lo indebido es culpa.
Liberas conciencias en omisiones.
Me atraes hacia ti y me sostienes.
Haciéndome creer lo que tú crees.
Con estos modos de transitar la vida.
Así… Porque la casualidad lo quiso
El destino nos enfrentó ¡después de todo!
Se burló del deber y de las leyes.
Meciéndonos en peligroso juego.
Por eso estás aquí, juntito a mí...
Pegadito a mis rutinas ¡continuamente!
Invades los espacios de ternuras.
Arrullas armonías dóciles.
Me proteges de la soledad.
Abrigas mi alma.
Autora: Clara
Sofía Santana Miranda. Paraná, Entre Ríos, Argentina.