CARTA AL PRIMER AMOR

 

Hola: Tú, que formas parte de mi vida, que en el tiempo y el espacio estás ya tan lejano, hoy te dedico mi más grato recuerdo, por los felices momentos que me hiciste pasar en mi primera juventud.

Eres el dulce bálsamo de tiempos más dichosos, en que la esperanza e ilusión, formaban parte de mi vida; ahora, cuando ya estoy en la recta final, me pregunto qué hubiera sido de mí, de realizarse todos los anhelos y proyectos, que tú y yo, forjamos entre nubes de euforia, cuando estábamos cerca, y sombras de tristeza, cuando nos alejábamos, el uno del otro.

Tu recuerdo me sumerge, en luces que mi alma, vislumbraba, con solo tu presencia... tu voz, permanecía en mis oídos, con el dulce metal de tus palabras, gravadas una a una, en mi recuerdo, hasta que de tanto repetirlas, se realzaba su significado, hasta emerger cual hermosa cascada de amorosos versos...

Tu imagen permanente en mi retina, quedaba impresa en mis sentidos, cual bella estampa de dioses mitológicos, llenos de perfecciones, que alumbraban mi espíritu, como auras envolventes, de vibrantes colores.

¡Ay mi amor! Cuando estaba a tu lado, el tiempo pasaba raudo y veloz, cual ráfaga de viento, que llevaba consigo, todo mi ser… tras la despedida, y durante los siglos imaginarios que no estaba contigo, mi alma se desbordaba, con tu pasada presencia, alimentándose del maná de tus gestos y palabras, recordando uno a uno, los felices minutos de tu presencia, de modo repetido e insistente, cual dulce sinfonía que se queda gravada, y se escucha una y otra vez, alegrando los tristes días de tu ausencia…

El tiempo pasó inexorablemente, y nuestras vidas se distanciaron; pero nunca te olvidé, y sigo pensando… ¿Qué hubiera sido de mi triste vida, si tú la hubieras arropado y abrigado con tu presencia de luz y calor?

¡Ay mi amor! Me imagino contigo en el cielo, ¡donde nunca termina la felicidad!; pero aquí estoy en la recta final de mi vida, sin ti, mas con tu recuerdo, que alimenta mis días, con frustradas esperanzas e ilusiones que nunca llegan, ni se cumplirán jamás…

Mas el brillo de tu estrella está conmigo, iluminando cada vez con más débiles reflejos, el camino que se pierde en un mundo infinito de realidades sin luz, como la que tú encendiste en mi corazón, cuando mi camino por la vida, empezaba a transcurrir, hacia adelante, mas mi senda ya desciende hasta el remanso, donde tendrá su final, y más allá, no sé si te encontraré, para iniciar juntos un camino sin final, donde nada ni nadie nos pueda separar.

 

Autora: Puri Águila. Barcelona, España.

puriaguila@telefonica.net

 

 

 

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