No queremos ser objetos de estudios, exigimos
acciones.
Identificarse con el mal ajeno es un acto de conciencia, quiero expresar el
componente emocional que siento cuando tengo esa oportunidad de elevar mi voz en
nombre de mis congéneres con Discapacidad. Como escribí hace un par de días, el
tres de diciembre, conmemoramos el día Internacional de las Personas con
Discapacidad, en medio de una protesta masiva que representaban las distintas
Discapacidades. En un az de voluntades, acompañados por amigos, familiares y
voluntarios solidarios, portamos pancartas, coreábamos consignas atinentes a la
Discriminación por el solo hecho de tener una condición diferente, una
inclusión mal entendida, la ausencia de Educación inclusiva, el desempleo
galopante en la población con Discapacidad y, sobre todo, la indiferencia e
ignorancia de los que ejecutan las políticas en materia de Discapacidad que se
gastan millones en viajes, hoteles y comida e investigaciones que no resuelven
nada, sólo servimos para ser utilizados y mostrar su gran generosidad
lastimera.
Ahora bien, como los responsables del tema de la Discapacidad en Panamá,
miran para otro lado o bien no les importa, acudimos a la calle a denunciar el
trato discriminatorio de la Banca Estatal, los que no nos consideran sujetos de
crédito, aun demostrándoles que somos profesionales, devengamos un salario y
somos independientes.
El movimiento Nada de Nosotros Sin Nosotros, es un grupo abierto, lo
integran gente que piensa, siente, habla, decide y capaces de representarse por
sí mismos. Aglutina a aquellos panameños con Discapacidad que se sienten
olvidados y abandonados a su suerte, no representados por las autoridades
responsables que en teoría están comprometidas a velar por la plena inclusión y
desarrollo de los jóvenes, mujeres y adultos mayores con discapacidad que
merecen ocupar un sitio digno en este país, caracterizado por la Cultura del
Desecho y a lo cual se opone y rechaza este movimiento.
Creemos en un Panamá sin Discriminación, donde seamos equiparados en
igualdad de condiciones, donde nuestros congéneres con Discapacidad motriz
tengan sus espacios sin barreras arquitectónicas, nuestros hermanos Sordos
puedan estudiar conociendo perfectamente su lengua de señas, los ciegos
escriban y lean en Braille, eso sí, dentro de una genuina inclusión social, que
mire la perspectiva desde un ángulo particular, esto quiere decir que en las
Discapacidades cada persona tiene sus diferencias individuales y no como se ha
hecho hasta el día de hoy, todos metidos en un solo saco, generalizando las
necesidades de las personas con Discapacidad. Solo contamos con organizaciones
e instituciones gubernamentales y no gubernamentales paralíticas, que no ven,
no oyen ni sienten el dolor, las frustraciones y las verdaderas necesidades y
anhelos de las personas con discapacidad.
¿Sujeto de Crédito? una Tarea Pendiente
La población histórica y sistemáticamente desatendida es la constituida por
las Personas con Discapacidad. Es momento de derribar la brecha que nos separa
de las acciones de los demás mortales.
Hoy, 3 de diciembre, conmemoramos con gran tristeza el día de las Personas
con Discapacidad, muchos lo celebrarán rasgándose las vestiduras, organizando
congresos, degustarán en su mesa los grandes banquetes en honor a la fecha, en
cambio las Personas con Discapacidad, irán a la calle a reclamar sus Derechos a
una vida plena en igualdad de condiciones.
Las Personas con Discapacidad utilizan el crédito bancario para pagarse los
estudios, una vivienda digna, o bien un trabajo de remodelación o mejoras en su
residencia. Lo que muestra a las claras que la Persona con Discapacidad lleva
su vida normal como cualquier panameño, que trabaja y con ingentes esfuerzos se
labra su profesión, con buenos antecedentes crediticios que le otorgan el
Derecho a optar por un préstamo personal o hipotecario. Sin embargo, el
oscurantismo bancario es trepidante, si el solicitante es una Persona con
Discapacidad, no es considerado Sujeto de Crédito. No obstante, en la banca
privada es más fácil obtener estos préstamos, contrariamente a lo que ocurre en
los Bancos Estatales.
La Persona con Discapacidad, al acercarse a la Entidad crediticia, se
encuentra con la acritud de un personal hostil, traducido en una galopante Discriminación
financiera, no cuentan con sistemas electrónicos, lenguaje escrito, oral,
lengua de señas, visualización de texto en sistema Braille, dispositivos
multimedia o auditivos para que la Persona con Discapacidad pueda accesar a
dichos servicios. Este trato diferenciado de los bancos, no tiene
justificación, atentando contra el principio de igualdad en el acceso de las
Personas con Discapacidad a los préstamos Financieros.
En la circunstancia que nos ocupa, la Entidad Bancaria, utiliza la
información de la Discapacidad para decidir si le concederán el préstamo o para
establecer los términos de su crédito. No todas las Personas con Discapacidad
que solicitan un crédito lo consiguen, ni obtienen los mismos términos y
condiciones.
Existen algunos factores que son tomados en consideración por los Bancos
para determinar un préstamo: Su solvencia, como por ejemplo, el nivel de
ingresos, gastos, deudas y antecedentes de crédito; no obstante, todo el
proceso se paraliza cuando se trata de una Persona con Discapacidad, se le
desalienta, se le rechaza por su condición de Discapacidad hasta comunicarle la
denegación de su solicitud.
En minúsculos casos se toma la decisión de concederles el crédito,
imponiendo condiciones, como por ejemplo restricciones en el monto del
préstamo, pese a la capacidad salarial, tasas de interés más altas o requerir
pagos iniciales más elevados para un préstamo basándose en su Discapacidad.
Asimismo, al abrir una cuenta personal, cambiar un cheque, retiros o depósitos,
la Entidad Bancaria, impone lo que se conoce como la necesidad de presentar un
firmante conjunto que no sea su cónyuge, solo así se aceptará continuar con la
transacción.
A la luz de esta temática, el Movimiento “Nada de Nosotros Sin Nosotros”,
reclama una banca incluyente y que permita una interacción positiva de los
clientes con discapacidad física, visual, auditiva y cognitiva leve”. Además,
exige el cumplimiento de las disposiciones consagradas en la Convención
Internacional de los Derechos de las Personas con Discapacidad de la
Organización de las Naciones Unidas, que ordena su inclusión y rechaza
enérgicamente todo acto discriminatorio que atente contra los Derechos de este
conglomerado social.
“Nada de Nosotros Sin Nosotros”.
Autora: Elodia Magdalena Muñoz Muñoz. Panamá, Panamá.
Escritora
y Comunicadora social.