Jorge lleva días pensando… sólo pensando.
En una noche muy cálida de invierno en el Trópico, con bastante
humedad que empapa la ropa y no deja dormir; Jorge sentado frente a la ventana esperando
una brisa que nunca llega, no siente calor pero está sudando. Las horas pasan
sin lluvia y sólo piensa; lleva días pensando… sólo pensando.
Siente que se le escurre la Vida y el tiempo y nada cambia, todo
sigue igual.
Una noche sin el distante y brillante parpadear de las estrellas.
Luces cubiertas por la oscuridad de nubes de la anunciada lluvia que no cae.
Muro de sombras y humedad características del invierno, sin
tormenta ni brisa que refresque el calor, pero Jorge sólo piensa en la realidad
que hoy forma parte del ayer convertida en un reiterado sueño del que no
quisiera despertar.
Cuántas noches sombrías de inviernos y días soleados de veranos
pensando…soñando…pensando; cuántos años pasará Jorge superando sueños que
impiden su futuro, que lo hacen vivir en el espejismo del ayer y volver a
reconstruir su bloqueada Vida marcada por sucesiones de realidades convertidas
en ficciones que orbitan su presente.
Miles de horas que se van acumulando con el pasar de días y noches
llenos de monotonía. Acciones cotidianas realizadas con la inmutable rutina de
una Sociedad que no cambia.
Jorge, consiente/inconsciente de su nueva realidad, expectante de
la de los demás, siente pasar el tiempo haciéndolo todo igual que la mayoría de
personas que piensan hacen las cosas diferente.
Por instantes medita si sólo él se da cuenta que siempre hace lo
mismo y las otras personas viven engañándose o ¿será él el engañado por no
aceptar que su realidad ha cambiado?
¡Dicen que superará la depresión después que pase el duelo!
Jorge al escucharlo piensa si el vacío que siente será la
depresión, si el dolor en el pecho será el duelo y si su pesar es combinación
de los dos.
Otros le dicen, para animarlo, que su Vida es como un lienzo que
se pinta con cada vivencia. Jorge vuelve a pensar: ¿Cómo puede comenzar a
escribir si no hay espacios vacíos?; ¿cuando no ha salido de la oscuridad del
torbellino que lo sumerge en el profundo abismo de lo que fue y ya no es?
¡Buenas intenciones de personas sin discapacidad visual!,
desconocedores de la situación de los ciegos rodeados por un mundo pintado de
negro o tonos oscuros y grises; de personas con discapacidad visual que viven
superando barreras que diariamente les impone una Sociedad excluyente, cada vez
más visual.
Es de noche, Jorge vuelve a otras rutinarias y confusas horas de
insomnio en la calurosa y húmeda noche de invierno del trópico. Sudando, sin
sentir calor ni diferencia en la oscuridad, con lapsos de recuerdos que son más
que espejismos de un ciego.
Años de espera para que apareciera una nueva oportunidad que
cambiaría su realidad, hecho que otra vez se une a los sueños del pasado.
Vuelve a sentarse frente a la ventana, espera una brisa que nunca
llega; no siente calor, pero está sudando. Transcurren las horas sin lluvia y
sólo piensa; lleva días pensando… sólo pensando.
Autor: Alexander Kellman Rodríguez. San Salvador, El Salvador.