Cimas abismales.
En cada nuevo comienzo veré el Sol y el reflejo de la Luna en las
auroras que dibujan rostros y siluetas que no sé si se hallarán en mi mundo o
es solamente una secuencia que se repite en mi mente cada tanto.
A través de los siglos toman nuevas formas, colores y diferentes
estados, materiales o anímicos. Ellos no son los abismos que quieren hundirnos
y fagocitarnos, son la luz de la esperanza que nos permite emerger a la
superficie, saliendo de las oscuridades más profundas que se nos manifiestan en
algunos ocasos... ¿Seguirán fluyendo ángeles, demonios, duendes que vuelven a
mirar el brillo de aquella esbelta aurora que muestra su magnífica luminosidad
en forma de rayos fríos y cálidos igual que la cara oculta de la Luna que
quiere invadir todo ese espacio tan solo para besar al Sol en una fracción de
segundo?
¿Creen que se seguirá extendiendo a través del universo como si
fuera un gran eclipse que multitudes festejan cual si fuese el final de una
etapa de nuestra vida o planeta? ¿O simplemente serán muchos déjá vu que se
transforman en secuencias o sueños que conforman aquellos rostros y siluetas
olvidadas por este ritmo tan acelerado que vive hasta el Sol y se lo transmiten
a los seres humanos, quienes en vez de disfrutar un fenómeno natural se
convulsionan, se aceleran por saber los valores de las monedas extranjeras?
¿Cuántas vacunas habrá? Quizás todo esto se convertirá en una procesión de
gente en silencio hasta el confín de la tierra o en una anécdota que les
podamos contar a nuestros hijos, nietos o sobrinos... ¿Nos tomarán en serio?
No, no lo creo. Ellos viven como la tecnología: solucionando todo lo que les
acontece con la inmediatez. Ya no buscan hallar un consejo o una voz cálida que
los guíe, sólo se dejan envolver por las nuevas y antiguas plataformas que se
construyeron. Todos le echamos culpas a pandemias... ¿Será por eso que pasa
todo este desastre colorido que devasta? ¿O simplemente nosotros queremos
adoptar la introspección como método de vida y realización de metas?
En el último escalón o en el primero no se encuentra en verdad lo
que se busca, hay que seguir subiendo o escalando cada peldaño como si fuera
uno solo y llegar a las antesalas de la vida, de la muerte o de la nada y así
poder de nuevo reflejar aquellos fenómenos naturales que nos abrazan casi todos
los días sin darnos cuenta y luego volver a la convulsión que es hoy nuestro
planeta.
¿Existirá a través del tiempo el mismo eclipse y beso entre la
Luna y el Sol? ¿O será tan sólo una proyección que todos queremos armar una y
otra vez porque desaparece entre las luces y sombras que no permite que veamos
que lo esencial es invisible a toda materialidad, a la nada misma? Tratemos de
construir las cimas más altas del mundo, así podremos volver a ver esas
auroras, albas y eclipses que nos quitan el sueño... Entonces, luego de armar y
rearmar toda esta escena mundial y climática nos volveremos a tomar de las
manos algún día, vistiéndonos con alguno de los momentos que proyecté en dicho
poema.
Autora:
María Gabriela García.
Villa Adelina. Buenos Aires. Argentina.
abrilálvarez79@gmail.com