La vacuna anti COVID y la guerra
comercial.
Cuando nos percatamos del efecto
devastador del virus SARS-COF2 y de la magnitud de la pandemia que desató y de
las dudas que despertó entre médicos y científicos, el anuncio de que se trabajaba
en la producción de una vacuna trajo esperanza a la humanidad; diversas y
poderosas empresas farmacéuticas, universidades y centros de investigación se
avocaron a trabajar en ello frenéticamente, unos con el noble deseo de ayudar y
otras visualizando el negocio del siglo.
El desarrollar una vacuna es un
proceso largo y minucioso, tiene varias etapas, una teórica que requiere
planeación, discusión y aprobación, otra práctica, de experimentación in Vitro,
otra en animales, y si éstas dan resultados positivos se comienza a usar en
seres humanos voluntarios, en pequeños grupos, se prueban y comprueban
resultados, tanto deseables como inesperados y efectos secundarios, así como la
magnitud de los mismos; poco a poco se va probando en grupos más grandes de
población, analizando los efectos del producto y haciendo minuciosos análisis
estadísticos, cuando todos estos procesos , que pueden llevar meses o incluso
años, han sido exitosos, se solicita la autorización de la Organización Mundial
de la Salud para su comercialización.
La severidad de la pandemia hizo
que las investigaciones se hicieran muy rápido y saltando pasos, las poderosas
industrias farmacéuticas habían invertido fuertes sumas en ello y los gobiernos
de Rusia y China también; se desató una fuerte lucha comercial, Phizer con
capital Estadounidense y Astra seneca con capital Británico comenzaron a
distribuir sus productos. La vacuna de Pfizer tiene el inconveniente de que
requiere ultra congelación, lo que dificulta su traslado y almacenamiento;
pronto comenzaron a haber reportes de efectos secundarios severos con el
producto de Astra seneca, al punto de que la mayoría de países de la Unión
Europea han prohibido su uso. Simultáneamente China y Rusia han distribuido su
producto a menor precio, y con la ventaja de que, en este caso, no se requiere
ultra congelación.
México ha solicitado a Estados
Unidos que le den sus excedentes de la Vacuna de Astra Seneca; al enterarse la
gente de que algunos pacientes que han recibido la Vacuna de Astra seneca han
tenido tromboembolia severas, que en algunos es grave y en otros causa la
muerte, tienen, y con justa razón, miedo de aplicársela.
Han llegado a México más de un
millón de vacunas rusas y otras tantas de China, no es claro entonces porqué el
gobierno Mexicano insiste en seguir solicitando la vacuna problema.
Autor: Dr.
Bulmaro Landa Quezada. Tlalnepantla de Baz, Estado de México, México.
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