Migrantes
con discapacidad.
En diciembre los Cristianos celebramos
la Natividad del Señor Jesús; la ONU y Defensores de los derechos humanos, el
Mes de los Derechos Fundamentales, día Internacional de las personas con Discapacidad
(PCD) y Día de los Migrantes; Sociedades Consumistas celebran Fiestas
Hedonistas y Sincretistas de Fin de Año gastando hasta lo que no tienen cuando
millones de personas subsisten con menos de US$ 1.5 al día.
Mes de importantes celebraciones y de
valor por la adopción de Instrumentos de derechos humanos, olvidando que los
Grupos destinatarios de su protección siguen siendo discriminados e incluidos
sólo nominalmente por la Sociedad, Gobiernos y Estados.
Mediante Resolución de la ONU A/RES/55/93, el 18 de diciembre se
conmemora el
Día Internacional del Migrante; víctimas del tránsito clandestino; huyendo de la pobreza y violencia; laboralmente explotados
por su situación irregular, miles viviendo en albergues y la mayoría, separados
de sus familias; escenario real aunque exista una incumplida Convención internacional sobre la protección de los derechos de
todos los trabajadores migratorios y de sus familiares.
Al conocer el drama y muerte de migrantes en todo el Mundo que
escapan de su País por dictaduras, conflictos, persecución étnica y religiosa o
buscando nuevas oportunidades y reunificación familiar, generalmente se habla
de ACCIONES DE Estados y Gobiernos para lograr regularizar el status de sus
nacionales indocumentados en el País de Destino; ocasionalmente se escucha de
retornados en general pero casi nada del calvario emocional, social y económico de
nacionales con discapacidad que regresan a sus Países de Origen.
Es aquí donde se aprecia la
interdependencia de los derechos humanos, relacionándose 2 Instrumentos
Internacionales que se especializan en áreas diferentes de la tutela de los
derechos y libertades fundamentales: Convención Internacional sobre los
derechos de las personas con Discapacidad (CDPD) y la Convención sobre los derechos de los Migrantes antes citada.
Mencionaré Realidades, tal vez muy
similares, de Centroamericanos deportados con discapacidad, aclarando que
existen muchas otras situaciones que deberían estudiarse; esperando que
profesionales de diferentes Áreas, Sociedad y Estado incluyeran la teoría de la
discapacidad y la CDPD, la Migración, Grupos Vulnerables y Grupos en situación
de Vulnerabilidad; estudios que deberían sensibilizar sobre las condiciones de
”nuestros hermanos lejanos“ héroes, heroínas o “instrumentos de Dios”, que al
mandar Remesas son admirados, pero cuando retornan a sus Países de Origen son
discriminados, abandonados y repudiados al volver sin dinero y con
discapacidad.
Pensemos en la situación de un Migrante
con discapacidad: acaba de ser repatriado, privado de su libertad y bienes;
después de un triste retorno, al llegar al País luego del trámite migratorio y
de ser recibido con un emparedado y refresco, se traslada o es trasladado
(cuando su discapacidad o edad no se lo permiten) a la casa de sus padres,
familiares o amistades, con la carga emocional de retornar por su situación
irregular o no haber podido llegar a un nuevo Lugar donde escapar de la
pobreza, violencia delincuencial y terrorista, tener un mejor futuro o lograr
la anhelada reunificación familiar.
Quizás en ese País de Destino tenía
familia, vivienda, una vida social y un trabajo; pero regresa a una Realidad
social y económica diferente, Polarizada y Violenta. Tiene que buscar trabajo
en su País con una mezcla de Crisis Sanitaria, Económica, Política y Social;
alta tasa de desempleo (sobre todo de Personas Con Discapacidad),con una
Canasta Básica Familiar que no se puede cubrir, mucho menos por un “retornado
con discapacidad”, discriminado y múltiples veces victimizado.
Jóvenes y niños pensarán dónde
estudiarán, cómo serán tratados por compañeros y docentes; cuál será la nueva
situación para sus Familias si no están desintegradas; discriminados, sin
acceso a sus derechos a Educación, Salud y Cuidados especializados; acceso a las
TIC, Programas de Rehabilitación y Habilitación.
Realidades vividas por una
indeterminada cantidad de migrantes con discapacidad que son deportados,
generalmente de quienes no se realizan estadísticas, ni seguimiento por parte
del Estado, ni de la Sociedad Civil, ni por Asociaciones, Organizaciones y
Fundaciones de y para Personas Con Discapacidad.
Las condiciones y vivencias de soledad,
discriminación e intolerancia que sufren muchos deportados con discapacidad
pueden llevarlos a caer en la pobreza y pobreza multidimensional, estados de
ansiedad, depresión, frustración, desvalorización, temor, desintegración
familiar y hasta cometer suicidio.
Empero, no se conocen estudios del
impacto psicológico que sufren; tampoco sobre su inserción laboral, sobre todo
jóvenes y adultos en edad productiva; no hay investigaciones para conocer el
impacto social y económico que tiene en su Grupo Familiar. En conclusión, no se
puede conocer la situación de este Segmento de la Población ni recurrir a datos
por no existir estudios, Censos o estadísticas fiables y unificadas.
Personas con Discapacidad que se
agregan al mercado informal, a la mendicidad, explotación sexual y comercial,
al abandono; carentes de esperanzas y de los servicios básicos, a los que se
les viola sus derechos fundamentales y dignidad inherente, sin que exista una
Institución Profesional que cumpla y exija el cumplimiento de la CDPD,
Convenios de la OIT, Tratados de derechos humanos y con la Legislación
Especializada para las personas con discapacidad (iniciando por su armonización
con dichos Instrumentos Internacionales); Normas que garanticen sus derechos
humanos como la igualdad y no discriminación, inclusión participativa y Auto
Representación en todos los Niveles.
Algunos dirán que no hay soluciones
previsibles, sobre todo tratándose de grupos que no son visibilizados pese a la
reiterada negación estatal de ser incluidos; empero, se pensaría que las
aspiraciones expresadas en Tratados de Derechos Humanos son Instrumentos que
fueron negociados, suscritos, ratificados o adheridos, buscando su
incumplimiento no procurando su cumplimiento.
De nosotros depende que no sea así; por
ahora, este día se agrega a otros en las conmemoraciones de Días de derechos
violados.
Nada de nosotros sin nosotros.
Autor: Alexander Kellman Rodríguez. San Salvador, El Salvador.