Gracias
Señor
Que nada me
canse, que nada me turbe
Que todo
refleje felicidad.
Deseo
infinito de un alma triste
Que flota en
silencio, pidiendo piedad.
Dios me
escucha, estoy consciente,
quizá yo no me esfuerzo en continuar.
Aunque doy
batalla, por momentos me rindo
no con pocas
ganas de llorar.
Prometo
seguir en la lucha.
Difícil en
verdad, el no querer pensar
Amando con
toda el alma
Riendo sin
reír y llorando sin llorar.
Que no me
perturbe, es quimera
eso dicen
por mi bien
Solo con tu
fuerza sigo viviendo
¡Gracias
Señor por tenerme en pie!
Madre Tierra
Soy la Madre
Tierra
¡Clamo
venganza!
De mí emana
la vida
Y la
despreciaste.
De mí mana
el sustento
Y lo
olvidaste.
No conoces mi
amor y mi significado.
No sabes que
convertí tus lágrimas en maíz
Y las
piedras en llanto.
¡Qué poco me
has amado!
De mí
absorbes la savia
que corre
por tus venas.
De mí tomas
el elíxir de
la vida.
No regaste
mis prados
Ni bañaste
mis ríos.
¡No supiste
pensar en el final de los siglos!
Autora: Dulce
María del Rosario Medina Pérez. Chetumal, Quintana Roo, México.