Aquí mismo, pero no aquí.

 

Todo es vertical, o tal vez horizontal, por eso es que todo termina en la universalidad, o en lo diminuto, en la nada aparente.

Pero si es un borde, si es circular…, todo es una constante con variabilidad o no, pero nunca puede tener fin.

¡Qué dulce percepción de los días!

¡Qué estabilidad emocional, casi mística!

¡Qué manos sobre manos que continúan en las otras manos!

¡Qué todo es todo en el alma callada y feliz!

Estamos desnudos en la cama… no hay sexo ni erotismo… Te amo, yo también te amo.

A los pies de la cama dos jacintos taciturnos juegan un partido de ajedrez y en el respaldo de la cama ¡El lagar de Jacob y una lágrima de abril! Del trece de abril…

 

Autora: Olga Triviño. Mendoza, Argentina.

 

 

 

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