Lo tangible e intangible de una pandemia.

 

La palabra” pandemia", según la OMS, es la propagación mundial de una nueva enfermedad y la definición de "enfermedad" es: cosa que perturba o daña a una persona en lo moral o en lo espiritual y que es difícil de combatir o eliminar. Podríamos referir entonces que una pandemia es una enfermedad que puede ser física y/o emocionalmente dañina.

El ser humano es una especie que convierte su entorno en pandemia desde muchos de sus actos, vamos transformando la vida para satisfacer nuestras necesidades, la mayor parte de ellas, sin preguntarnos las consecuencias, la educación que ha pasado de generación en generación, enseña que creer es, muchas veces, sinónimo de ver, para querer emocionalmente, se acostumbra a tener contacto directo con la persona u objeto, por lo que se puede entender que por naturaleza así como por herencia, se nos transmite un estilo de comportamiento que es imitado, generalmente, sin someterse a conciencia. Es decir, rara vez se estudia si los hechos que se aplican son buenos o malos para la sociedad.

¿Qué pasa cuando como sociedad el comportamiento causa reacciones que no son compatibles para generar una sana convivencia? lo anterior, ¿Se podría considerar como una pandemia?, ¿Cómo puedo enseñar valores, derechos y obligaciones en medio de esto?

La sociedad crea pandemias y también está capacitada para acabar con ellas.

No todas las pandemias son reconocidas, de hecho, se podría asegurar, que vivimos en ellas y estas no son reconocidas como tal, por ejemplo, la delincuencia, las injusticias, las mentiras, entre otras, más allá de ser ignoradas, algunas de ellas son permitidas y otra parte de la población es quien la aplica, convirtiendo el problema en una cadena sin fin. 

En estos tiempos, enseñar el significado del amor, así como todo lo que ayuda al bienestar, podría ser considerado como parcialmente imposible, pues un lema muy usado entre las personas es: "De que lloren en tu casa, a que lloren en la mía, que lo hagan en la tuya". Esto, claro, haciendo entender que se cuida a los seres queridos sin importar el acto que se tenga que cometer, ni el precio que por esto se tenga que pagar. 

Las crisis, como, por ejemplo, las acciones no planificadas que generan más carencia que abundancia, suelen colocar a quien la vive en una lucha con la conciencia, entre la ética y obtener el resultado deseado. Colocando al sujeto en un debate que, la mayor parte del tiempo, se inclina a realizar actos que le beneficien, sin tener empatía por lo que suceda, ni por los afectados. 

Si se cuestiona lo que causa un problema y si se analizan sus consecuencias, si antes de actuar, se plantearan opciones "correctas", tal vez, muchas de las pandemias podrían presentar un porcentaje menos elevado de víctimas o consecuencias no deseadas. 

La pandemia que está reconocida actualmente es la del coronavirus, con ella, muchos modelos de la vida diaria se han visto expuestos, colocándolos como inapropiados y con poca maleabilidad al enfrentarse a diferentes entornos, se ha colocado también a la sociedad en una clasificación en la que las clases sociales se mezclan en los resultados, en cuanto a la sobrevivencia, dando resultados inestables en el estilo de vida. 

Un virus puede provocar complicaciones en la salud, puede paralizar a un gran número de personas, pero las pandemias que no estamos aceptando y que no están causando miedo, son las que, como sociedad, nos impiden superar el reto, mismas que nos han dejado expuestos como poco aptos. 

Podemos reconocer que las pandemias a las que nos enfrentamos son el rezago en la educación, la ausencia de empleos bien pagados, el aumento de la delincuencia, al igual que la violencia en general, todo esto y más, causa daños a la salud física y mental, es lo que desde cualquier lugar del mundo se podría presentar y causar complicaciones en el desarrollo favorable en una sociedad.

Lo más grave de una pandemia es reconocer el daño y no actuar en beneficio de todos, es ser parte del problema, es convertirse en lo que muchas veces hasta uno desconoce, también es tener una mente cerrada para no entender que la solución a muchas de estas crisis, es el trabajo en equipo, está en las manos de cada uno de nosotros, de hecho, empieza con pequeñas acciones, así como evitar ser parte de todos los actos que dañan a nuestra sociedad.

Un mundo mejor, adaptado a todos, sin dejar a nadie en el camino, solo se puede lograr, pasando de generación en generación las buenas acciones, los buenos modales, los valores, los derechos y obligaciones, porque respetar al otro, garantiza la paz, tener una mente tranquila nos garantiza el sueño y una sociedad comprometida, puede lograr empatía, cuidar el uno del otro, aunque esto no evita tener adversidades, sí garantiza la lucha por salir adelante, las consecuencias se vivirían desde otros aspectos y en otras condiciones.

 

 

Autora: Elsa Yatzaré Soto Rocha. Naucalpan, Estado de México, México.

Licenciada en Optometría.

yatzaresoto@hotmail.com

 

 

 

 

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