¿Cómo viví el 8 y 9 de marzo?

Día Internacional de la Mujer.

 

Nuevamente reunidos en una edición más de la revista, para despertar, remover, aclarando un poco más nuestras ideas personales.

Ahora me dispongo a tocar el tema del día Internacional de la mujer, no quiero meterme en polémicas, de quienes tienen la razón, y quienes no, que si es político, cultural, de época, partidista, religioso, comercial, por la seguridad, las violaciones, por los derechos laborales, por el aborto, etc., etc.

 Creo que es multifactorial, son muchos los aspectos y tantas las dolencias físicas, emocionales que cada mujer lleva en su sentir, que creo estamos tocando fondo las mujeres por las formas, estilos de vida que tenemos en el mundo y en especial, de Latinoamérica, México.

Me gustaría comentarles los pensamientos que me surgen al estar viviendo esta fecha, y sobre todo que en mi país, hoy se está llevando a cabo una actividad llamada “el 9 nadie se mueve”, y mientras más transcurre el día, me asombro de los detalles que van surgiendo, de como se puede incidir en las acciones grupales, en los medios de comunicación y en las redes sociales. Estas insignificancias de lo que les cuento, son reales, sucedidas a mi alrededor, palpables, notorias, que me muestran la fuerza que podemos alcanzar como masas sociales, organizadas, informadas, luchando por causas justas en repercusión de las sociedades; los derechos ganados, logrados como parte de la humanidad, de todos y en especial de las mujeres. Sí, es cierto que están en papel y tinta, pero se olvidan, se ignoran con mucha facilidad, por eso estamos exigiendo hoy su respeto.

Les comento: Casi en todo el país, en las capitales, ciudades grandes y sobretodo en Ciudad de México, ( donde residen los poderes de gobierno,) se volcaron las agrupaciones, asociaciones, familias y grupos de mujeres: mujeres mayores, jóvenes, niñas, campesinas, indígenas, estudiantes, esposas, hijas, hermanas, sobrinas, con o sin nivel económico, familias enteras, trabajadoras, empleadas, ejecutivas, etc., decididas y seguras con sus ideas y claridad de razones por las que se estaban manifestando, por la seguridad de nosotras las mujeres, en la calle, escuelas, trabajos, transportes, casa. Porque muchas veces los agresores están en esos lugares tan cercanos a nosotras.

El estar viendo a cada momento, como se manifiestan esas mujeres en las calles, con sus palabras, cantos, lágrimas en los ojos, sensibles, con veladoras, fotos, pancartas, diálogos, actitudes, pero con una conciencia clara: no más violencia, agresión, vejación, respeto a los derechos sociales y a los cuerpos de la mujer, y no por ser simplemente mujer, sino, por humanidad. Esta humanidad, la conforman los hombres y las mujeres, todos somos valiosos, complementos necesarios para consolidar una digna y respetable sociedad formada por familias, células complementadas, amorosas, integradas, donde se cultive nuestros sentimientos, valores que cada persona lleva dentro, entendiendo que no es sano el violentar, agredir, sobre todo, matar a las mujeres. Donde en estos actos de crueldad, se mutila, destroza, decapita, ultraja con un sadismo que no es propio de los seres humanos civilizados.

Por esto, salieron a las calles las mujeres mexicanas, a expresar sus voces, llantos, demandas, y sus inmensos dolores, por quienes ya no están aquí. A través de mis palabras quisiera hacerles sentir la emoción que embarga mi ser, por lo que les estoy compartiendo y comento que, este día marcará un antes y después, a partir de esta fecha, que hará historia en la historia de estas celebraciones, pues efectivamente, el promover que no se movieran las mujeres, causó un efecto notable. Por ejemplo, hubo muy pocas mujeres en las calles. Fue muy solidaria la respuesta de faltar a sus trabajos, escuelas, oficinas, centros comerciales. En los medios de comunicación como la radio, algunos programas con voces femeninas, fueron grabados, no participaron las mujeres, la televisión no se quedó atrás, también hizo lo suyo y a mi alrededor, hubo muy poca, casi nula actividad (por parte de las mujeres). Yo noté que en los medios de comunicación siguieron trabajando, pero sin mujeres y se notó bastante el vacío, sin pasar por alto la actitud de los comunicadores, resaltando, reconociendo la importancia de las actividades, trabajos, quehaceres que desempeñamos las mujeres como parte fundamental para la realización y avance de todo lo que hacemos diariamente. Una solidaridad absoluta, por lo que no entiendo esa descomposición social en las conductas de las personas que violentan, ultrajan y matan mujeres. Y quiero resaltar, además, que las redes sociales, (mi celular estuvo casi muerto), no las usamos, increíble, pero cierto.

Una vez más me enfrento a esa máxima, que dice: “cuando queremos, podemos”.

Ahora mi gran incógnita es, cual será el rumbo que seguiremos a partir de hoy 10 de marzo del 2020, porque, que esta fecha va a marcar un parte aguas en mi país, de eso estoy segura, porque después de estos acontecimientos ya no será igual para nosotras las mexicanas.

Por último, los invito a cuidarse, con el coronavirus, que ya está llegando a nuestro continente, ojalá los contagios no nos vengan a quebrantar más nuestra salud, esperando que esta pandemia no nos azote más de lo necesario, por el bien de todos.

Afectuosamente.

 

 

Autora: Profra. Lic. Lucía Rosalva García Benhumea. Cuautitlán Izcalli, Estado de México, México.

rosalva.benhumea@gmail.com

 

 

 

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