Me gustaría que la
respuesta siempre fuera obvia.
Todos hacemos preguntas por diferentes motivos, uno de ellos es conocer a
la persona, algún acontecimiento o, hay quienes, por situación laboral, debemos
aplicar cuestionarios.
Las respuestas dependen de la forma en que se pregunta, incluso de a
quién se le pregunta, la edad, el entorno social, entre otros factores. Podemos
anticipar una respuesta, pero seguramente no siempre los resultados tendrán
coincidencias; esto, además de ser normal, se debe a la gran diversidad en la
que todos nos encontramos sumergidos.
En mi entorno laboral, hago preguntas obligadas, para conocer el motivo
por el cual la persona solicita el servicio y, entre tantas preguntas, hay una
en particular que hago con mucha intriga, ya que las respuestas me han hecho
reflexionar sobre una situación que de pronto no tomamos en cuenta.
Cuando la persona entra conmigo, hago la pregunta: ¿a qué se dedica?...
Dependiendo de la edad, incluso de la forma de contestar la pregunta, imagino
una respuesta, como antes mencioné, hay tantas características a tomar en
cuenta para una pregunta que tal vez podría parecer corta.
Quisiera siempre recibir una respuesta que indique que el paciente está
en donde desea.
Normalmente me gusta escuchar a los niños, ya que dicen cosas muy
divertidas: uno de ellos dijo que se dedicaba a cuidar a su hermano; otro me
dijo que se dedicaba a hacer tiradero o, al menos, eso le decía su mamá. Claro
que muchos niños tienen más habilidad que otros para contestar: un paciente me
dijo, es obvio, me dedico a estudiar. Sí, me gustaría que esa respuesta siempre
fuera así, a la edad de 6 años, quisiera escuchar de todos los niños que esa es
su actividad, estudiar, jugar y ser niños.
En otra ocasión atendí a un niño de 12 años, realicé la pregunta y su
tutor me dijo: es obvio, estudia. Entonces empecé a analizar las respuestas de
los pacientes, y según mis estadísticas, de
De 50 pacientes que tal vez atiendo en la semana, podría decir que 20% es
profesional, hay quienes teniendo más de 70 años asisten solos a su revisión y,
además, van al día; también he tenido niños de 6 años que no estudian,
pacientes de 16 años que trabajan para ayudar en casa, incluso, niñas de 14
años entrando de la mano con sus esposos.
Quisiera tener las palabras correctas para quienes dicen que la respuesta
es obvia, desearía compartirles que no, que la vida no es obvia, que no todos
estudiamos, que no todos trabajamos, que no todos tendremos ese día algo
seguro..., todo con la finalidad de que, quienes lo tienen, valoren y
agradezcan eso que les parece poco y, para quienes no están en el lugar que
desean, comprendan que la vida está echa de momentos, que tal vez hoy no está
en sus manos, pero con esfuerzo, podrán llegar.
En mi interior, deseo siempre escuchar una respuesta coherente con lo que
veo, quisiera que aquel niño de 7 años que entró, hubiese dicho, estudio, y no
ayudo a mi abuelo a juntar latas para comer; hubiera deseado que aquel joven de
27 años, estudiante de la carrera de derecho, hubiese dicho que estaba
laborando y no vendiendo dulces para juntar para costear la escuela; no
quisiera que tuviera que decidir entre la escuela y su ropa, incluso hubiera
deseado que no dejara su salud pendiente; también hubiera deseado que aquella
pareja joven hubiesen dicho ser hermanos y no próximos papás, laborando en una
obra para poder pagar los gastos que estaban por llegar .
No se trata del oficio, tampoco de ser profesional, no se trata de
género, la realidad es que la respuesta no es obvia, nunca se sabe qué dirán a
la tan temida pregunta...
Cuando estés con alguien, pregunta a qué se dedica y a su respuesta
agrega una sonrisa, porque la respuesta no es obvia, pero los sueños están al
alcance de todos, esperando a que no desistamos.
Luchemos por un mejor mañana, con pequeños actos podemos cambiar nuestro
futuro y el de quien menos imaginemos, el mundo, así como su futuro, es tarea
de todos, trabajemos en respuestas obvias, hagamos que cada uno esté en el
lugar que desea estar.
Una pregunta..., miles de posibilidades... Y yo quisiera que la respuesta
siempre fuera obvia...
Autora: Elsa Yatzaré Soto Rocha. Naucalpan, Estado de México,
México.Licenciada en Optometría.