Me gustaría que la respuesta siempre fuera obvia.

 

Todos hacemos preguntas por diferentes motivos, uno de ellos es conocer a la persona, algún acontecimiento o, hay quienes, por situación laboral, debemos aplicar cuestionarios.

Las respuestas dependen de la forma en que se pregunta, incluso de a quién se le pregunta, la edad, el entorno social, entre otros factores. Podemos anticipar una respuesta, pero seguramente no siempre los resultados tendrán coincidencias; esto, además de ser normal, se debe a la gran diversidad en la que todos nos encontramos sumergidos.

En mi entorno laboral, hago preguntas obligadas, para conocer el motivo por el cual la persona solicita el servicio y, entre tantas preguntas, hay una en particular que hago con mucha intriga, ya que las respuestas me han hecho reflexionar sobre una situación que de pronto no tomamos en cuenta.

Cuando la persona entra conmigo, hago la pregunta: ¿a qué se dedica?... Dependiendo de la edad, incluso de la forma de contestar la pregunta, imagino una respuesta, como antes mencioné, hay tantas características a tomar en cuenta para una pregunta que tal vez podría parecer corta.

Quisiera siempre recibir una respuesta que indique que el paciente está en donde desea.

Normalmente me gusta escuchar a los niños, ya que dicen cosas muy divertidas: uno de ellos dijo que se dedicaba a cuidar a su hermano; otro me dijo que se dedicaba a hacer tiradero o, al menos, eso le decía su mamá. Claro que muchos niños tienen más habilidad que otros para contestar: un paciente me dijo, es obvio, me dedico a estudiar. Sí, me gustaría que esa respuesta siempre fuera así, a la edad de 6 años, quisiera escuchar de todos los niños que esa es su actividad, estudiar, jugar y ser niños.

En otra ocasión atendí a un niño de 12 años, realicé la pregunta y su tutor me dijo: es obvio, estudia. Entonces empecé a analizar las respuestas de los pacientes, y según mis estadísticas, de 3 a 22 años tendrían que estar estudiando, aproximadamente, según los años de carrera. De los 23 en adelante ya debieran tener un trabajo, de 65 en adelante no hay más que descansar y vivir de lo que ya se trabajó. Sí, si la respuesta siempre fuera obvia.

De 50 pacientes que tal vez atiendo en la semana, podría decir que 20% es profesional, hay quienes teniendo más de 70 años asisten solos a su revisión y, además, van al día; también he tenido niños de 6 años que no estudian, pacientes de 16 años que trabajan para ayudar en casa, incluso, niñas de 14 años entrando de la mano con sus esposos.

Quisiera tener las palabras correctas para quienes dicen que la respuesta es obvia, desearía compartirles que no, que la vida no es obvia, que no todos estudiamos, que no todos trabajamos, que no todos tendremos ese día algo seguro..., todo con la finalidad de que, quienes lo tienen, valoren y agradezcan eso que les parece poco y, para quienes no están en el lugar que desean, comprendan que la vida está echa de momentos, que tal vez hoy no está en sus manos, pero con esfuerzo, podrán llegar.

En mi interior, deseo siempre escuchar una respuesta coherente con lo que veo, quisiera que aquel niño de 7 años que entró, hubiese dicho, estudio, y no ayudo a mi abuelo a juntar latas para comer; hubiera deseado que aquel joven de 27 años, estudiante de la carrera de derecho, hubiese dicho que estaba laborando y no vendiendo dulces para juntar para costear la escuela; no quisiera que tuviera que decidir entre la escuela y su ropa, incluso hubiera deseado que no dejara su salud pendiente; también hubiera deseado que aquella pareja joven hubiesen dicho ser hermanos y no próximos papás, laborando en una obra para poder pagar los gastos que estaban por llegar .

No se trata del oficio, tampoco de ser profesional, no se trata de género, la realidad es que la respuesta no es obvia, nunca se sabe qué dirán a la tan temida pregunta...

Cuando estés con alguien, pregunta a qué se dedica y a su respuesta agrega una sonrisa, porque la respuesta no es obvia, pero los sueños están al alcance de todos, esperando a que no desistamos.

Luchemos por un mejor mañana, con pequeños actos podemos cambiar nuestro futuro y el de quien menos imaginemos, el mundo, así como su futuro, es tarea de todos, trabajemos en respuestas obvias, hagamos que cada uno esté en el lugar que desea estar.

Una pregunta..., miles de posibilidades... Y yo quisiera que la respuesta siempre fuera obvia...

 

Autora: Elsa Yatzaré Soto Rocha. Naucalpan, Estado de México, México.Licenciada en Optometría.

yatzaresoto@hotmail.com

 

 

 

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