Si los huecos son escondrijos
de tangibles dolores viejos
pareciendo acertijos,
seguro se guarden añejos.
Se alberguen allí, perplejos,
misterios dolorosos hundido s,
en impactantes espejos…
secretos de esencias, ya viejos.
Rincones antiguos,
que por jardines ambiguos,
alojan tristeza…
interiores de vileza.
Pero una sorpresa
entrega su firmeza
y una luz que no se aleja,
ilumina arcanos que apresa.
Es que un bosque por oscuro,
semeja ser impuro,
mas en su seno, muy profundo,
hay brillo… hacia el mundo iracundo.
Porque… eres tú, el bello
quien a todo ampara:
sol de amanecer
calor, luz y destello.
Revuelo de aves,
amor que encarna,
gozares en flores,
y del escondrijo…. Fulgor que salve.
Autora:
Dra. Renée Adriana Escape. Mendoza, Argentina