Mujer.

 

Si una flor, puede ser tan cándida

Y tú, mujer te vistes cual flor,

como ninguna, darás tu ánima,

muy sutil… presta al amor.

 

Al dolor, bien lo conoces,

tan solo, por sentido y origen,

mas, la Luz que mereces,

escucha… tu clamor virgen.

 

Fruto, dadora de frutos,

entreveras, pistilo y corola.

Y… aunque te corone algún luto,

será brava, en el mar, tu ola.

 

Quizás pequeña, mas de gran corazón,

fémina, de fina estampa,

abrazas con alma, repleta de ilusión,

remanso amoroso, que en ti se estanca.

 

Todo aquél, quien dolorido,

en ti, encuentre calma,

quizá comprensión, por algún olvido,

sentirá en ti, que se salva.

 

¡Ay, mujer entera!

A tus pies, el mundo,

eres, sol y esfera,

pincelada de miel, en lo iracundo.

 

Mujer… ¡Fiel belleza!

Que llevas, brillo y albricias,

antorcha viva, de entereza,

entregando amor y… caricias.

 

Autora: Dra. Renée Adriana Escape. Mendoza, Argentina.

rene.escape@gmail.com

 

 

 

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