La discapacidad, entre la corrupción política y la indiferencia social.

 

A la luz de lo que acontece con la Dirección de la Secretaría Nacional de Discapacidad y el tejemaneje con el cargo a la Dirección de esta institución, estoy conciente que no vivo en un país de ángeles, ni en condiciones de nación de primer mundo, solo es Panamá, donde el entorno nos ubica en un panorama nada alentador, cuyo principal verdugo es una vez más la corrupción.

La mayoría de las Personas con Discapacidad es excluida; más del 70 % está por fuera del goce efectivo de derechos que consagra el Estado Social de Derecho y su cuerpo normativo constitucional.

Panamá, tiene una legislación sobre discapacidad como para un país que supone tener políticos transparentes, impolutos, y pareciera contar con una sociedad (colegios, familias, empresas) preocupada e incluyente; sin embargo, la realidad hoy nos muestra una clase política insensible, y una sociedad indolente y discriminatoria.

Ahora bien, como todo lo que vemos en la gestión estatal, en los nombramientos de cargos públicos, campea el oportunismo, el juega vivo y la corrupción y, lastimosamente, la Dirección de la Secretaría Nacional de Discapacidad, ha trasegado el tortuoso camino y no escapa a esta ignominiosa situación, lo que es vergonzoso y deja mucho que desear.

El entuerto con la designación y renuncia de la nueva Directora de la SENADIS, deshonra y deja a las claras el traspié, a conveniencia de los políticos de turno, donde impera el oportunismo y el lucro de aquellos que se rasgan las vestiduras por las Personas con Discapacidad. Vamos concluyendo, si la designación y luego renuncia de la Directora de SENADIS, por problemas legales que aquí no voy a ventilar, mancillan y desprestigian el movimiento de la Discapacidad, es preciso, hacer un llamado a las autoridades correspondientes, frente a la nueva designación de aquel o aquella que estará a la cabeza de la Secretaría Nacional de Discapacidad. Solicitamos abran el compás a una terna donde concursen no solamente los Padres de hijos con discapacidad ungidos bajo el paraguas del poder político, impulsando a quienes les garanticen espacios. Ya basta de este juego macabro, abran el compás de oportunidades, para que también participen los profesionales con Discapacidad altamente calificados que respondan a los intereses de las Personas con Discapacidad, conocedores del tema y alejados de los beneficios mezquinos.

Para información de la comunidad, estos profesionales calificados, sí viven en Panamá y eso sí es INCLUSIÓN.

Como dice el lema de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad: Nada de Nosotros sin Nosotros.

 

Autora: Elodia Magdalena Muñoz Muñoz. Panamá, Panamá.

Comunicadora social.

elodia1141@gmail.com

 

 

 

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