Eres
extraordinario, un ser con grandes cualidades, independientemente de tu forma
física, de tu género, eres alguien capaz de transformar el mundo, de aportar.
Pero, ¿sabes?, estoy triste porque, veo que en los últimos tiempos lo has
olvidado, el mundo de la violencia, la indiferencia, la maldad está ganando.
Juegos que incitan a matar, golpear, dañar,
canciones que invitan a auto lesionarse, la temática social y cultural en el
aire es de olvidar, caer en la inconsciencia del morir lentamente. No importa
tu edad, de una u otra forma estamos dejando que lo que nos permitió llegar
hasta acá, se desvanezca poco a poco. ¿Cómo puedes llamar evolución a
encerrarte en tus mentiras, dejando afuera los abrazos, la bondad, la ayuda
fraternal, los besos inocentes, las caricias de confort, los consejos
luminosos, el esfuerzo por crear?... No dejes que esas mentiras, y más mentiras
hagan olvidar el poder de tus actos. De allí viene mi invitación a no mentirte
más…
Deja de
mentirte cuando el dolor te invade, estás hecho para continuar, aleja de ti
aquella mentira del no puedo.
Deja de
mentirte, cuando estés pasando por un momento de felicidad, no te engañes con
que será para siempre, dedícate a disfrutar cada segundo mientras sea una
verdad.
Deja de
mentirte, cuando camines pensando que llegarás a un lugar, no pierdas tus
fuerzas en vanas mentiras, renueva tus ganas disfrutando cada paso.
Deja de
mentirte, pensando que el amor es perfecto, cuando todos crecemos a partir de
nuestros errores, no te mientas esperando el sublime sentimiento, ese lo haces
cada segundo con tu actitud, si te rodeas con otros como tú, encontrarás una
mejor definición.
Deja de
mentirte, cuando odias, al único que odias es a ti mismo, así estarás invitando
a tu propio desastre, libérate de la mentira del rencor.
Deja la
mentira de tu dios, él es de todos, en sus distintas manifestaciones, tú
disfruta con lo que te hace sentir y, si puedes ayuda a que todos lo vean en
ti. No caigas en la mentira de pensar que los demás no lo conocen.
Deja la
mentira de luchar por esas cosas temporales, comprende que las luchas que valen
la pena no son aquellas que nos dividen.
Deja la
mentira del afán, busca tan solo hacer las cosas en su tiempo, ni muy tarde, ni
muy temprano, el tiempo es algo que tú controlas.
Deja la
mentira de las excusas, cuando quieres hacer algo, lo realizas, cuando no, lo
evades, eso es todo.
Deja la
mentira de sentirte culpable, todas las cosas ocurren en la ley de causa y
efecto, eso no lo puedes controlar. Pero sí puedes incentivar mejores causas
para mejores efectos.
Deja la
mentira de sentirte mayor que, o menor que, solo eres tú, las condiciones en
las que vives son tan solo escenarios para experimentar la vida, lo bueno o lo
malo, son circunstancias temporales.
Deja la
mentira de estar conectado, hacerlo es sentir piel a piel a otra persona,
escucharla reír, ver sus expresiones, sentir su energía.
Deja la
mentira de hundirte en los más terribles recuerdos, las personas solo te hacen
daño una vez, eres tú y tus decisiones las que te hacen daño, al revivirlo
todos los días.
Deja la
mentira de culpar a los demás de tus triunfos o derrotas, eso hace parte de tus
brillantes o fatales acciones.
Deja la
mentira de pensar que la muerte es el fin de todo, porque nada está escrito
luego de esa línea, por lo menos ahí hay una incertidumbre.
Deja la
mentira de sentirte en la soledad, ese sentir es el resultado de unos eventos,
modifícalos, entonces encontrarás respuestas.
Deja la
mentira del vivir, hacerlo es ensuciarse, rasparse, gritar, despelucarse,
sentarse debajo de un árbol a descansar, ver a los demás mientras respiras,
sentir la paz de un atardecer.
Deja la
mentira de creerte ser el dueño de algo, cuando no has empezado ni siquiera por
ser el dueño de ti mismo.
Deja la
mentira de creerte el juez de los demás, cuando eres auto indulgente con tus
defectos.
Deja la
mentira de tus miedos, ellos son la falta de ganas de aprender.
Deja la
mentira de tus enfermedades, son el resultado de tus problemas y ausencia de
ganas de vivir.
Deja la
mentira de tu tristeza, es la necesidad de que te escuchen, tu forma de llamar
la atención, hay formas más adecuadas.
Deja de
mentirte con las distracciones de la modernidad, cuando las apagues, ahí
estarán tus sombras.
Deja las
mentiras, será la mejor forma de conocerte. Conocerte tal vez te espante, más
luego vendrá el aceptarte y modelarte para ser más que mentiras y excusas.
GAP el
caminante de la noche.
Autor: Wilmer Guillermo
Acosta Pinzón. Paipa, Colombia. Comunicador social con énfasis en lo
comunitario de la universidad nacional abierta y a distancia.