¡Ay! tiempo… ingrato y hostil,
que a todo lo vences, como lacerando, como
lastimando.
Tiempo duro, tiempo que prolongando,
nada sabes de algún espacio gentil.
Entregas dolor, prodigas ardor,
vistes con aceros, abofeteas como el viento.
Crees que puedes mostrar al amor,
más éste nunca fue atento.
Tiempo implacable, torbellino de odios,
revuelves historias, envejeces desgarrando el
alma.
Te crees dueño, con el poder de los
custodios,
sin treguas, avanzando como brasero ardiente
sin calma.
En ocasiones fútiles, eres atroz,
pregonando engaños, salpicando chispas.
Aplacas todo sentir, callas los gritos y a la
voz,
viertes lava ardiente manifestando… el cómo
crispas.
¡Ay! Estiércol maloliente,
que embadurnas el presente.
¡Ay! Tiempo febril, que trizas al que siente,
y destruyes, pulverizando la mente.
Odio tu transcurrir intrépido,
detesto cómo entregas pasajes al viento.
Amenazas cruel como impétigo,
e ignoras si hubo hora de adviento.
Solo trascurres muy feroz,
aplastando a humildes y miserables
Pareces caballo montando cólera con su coz,
más muchos te ignoran en gestos admirables.
Así será mejor… figurar que no existes,
para que viajes tórpido por tus túneles
Erguida y resiliente, estaré si persistes,
aunque tenga que traspasar… los senderos
fúnebres.
Renée Escape – 2019-
Autora: Dra. Renée Adriana Escape. Mendoza, Argentina