El pasado día 8 de marzo del presente año 2019, se celebró por acuerdo de los principales órganos mundiales, El Día Internacional De La Mujer. Esta fecha, hasta hace muy poco tiempo se celebraba como “Día internacional De La Mujer Trabajadora”; pero esto constituía o era una gravísima discriminación hacia la mujer que no tiene ninguna actividad laboral, y que es tan trabajadora como la primera, puesto que la actividad doméstica es tan importante como la laboral.

 Prácticamente todos los días del año, tienen alguna significación, conmemoran eventos, recuerdan acontecimientos, intentan evocar sucesos de alguna trascendencia histórica.

 ¿Qué se quiere significar con este día internacional de la mujer?

 En este momento estamos todos inmersos en una cultura machista teóricamente decadente. Por tal motivo, puede que el macho no se resigne a esta situación, y aproveche en algunos casos su fuerza física respecto a la de la hembra, la mujer, para abusar, maltratando, violando, e incluso, matando. Ello es consecuencia de la fuerza que en todos los sentidos tiene la mujer, y que afortunadamente está consiguiendo competir, en muy buena lid, por cierto, con el varón cultural, laboral e intelectualmente. Y en eso, a mi juicio, es en lo que debemos ser iguales. En eso, y en derechos y obligaciones. El machismo, ya lo dije antes, es una cultura teóricamente decadente, todos estamos inmersos ahí, ellas también, que no lo duden, y el feminismo es una ideología que aspira a convertirse en cultura. Pero, desde mi punto de vista, hay un problema que puede ser grave. Esta ideología feminista, si aspira a la lucha por los derechos de las mujeres, no debe tener color político, ni ideológico, porque si es así, no va a cumplir nunca su objetivo. La progresía no puede ni debe arrogarse el liderazgo de una lucha, cuyo objetivo incumbe a todas las mujeres, sean del color político que sean, y sin perjuicio de credos religiosos y razas o etnias. Esta igualdad que se busca, no tiene color; no puede politizarse; no está sujeta a ningún credo religioso.

 Tengo la absoluta seguridad, que hay países donde las mujeres no saben nada de lo que hoy está pasando en medio mundo, Allá donde mutilan los genitales de la mujer, o donde le impiden entrar a un campo de fútbol, no se celebra esta fiesta. En otros países, como por ejemplo en mi país, los actos a celebrar el día internacional de la mujer, en muy buena parte han sido politizados. En España, que es desde donde yo escribo estas líneas, se ha convocado una huelga masiva, para que las mujeres no acudan al trabajo como protesta por la discriminación de sus derechos. ¿Sabéis quien convoca la huelga? Pues nada más y nada menos que el partido del gobierno y el partido socio que le apoya o que le ha apoyado en la legislatura. Naturalmente, los medios estatales son o han sido los que más han seguido la huelga. Esta politización no es buena, y no debe aprovecharse la oportunidad de que haya unas elecciones generales al parlamento y al senado el próximo día 28 de abril.

 Ya lo apuntaba anteriormente. La lucha de las mujeres por la igualdad de derechos, no puede ni debe ideologizarse. No es patrimonio de ningún partido político ni de ningún credo religioso.

 Ha dicho algún inepto o inepta de la Organización de las Naciones Unidas, ONU, que las aspiraciones de las mujeres pueden tardar hasta cien años en cumplirse. Yo, me permito decir, que si las mujeres confían en esta inútil organización, regresarán a la edad de piedra.

 

 Madrid, marzo del 2019

 

Autor: Hilario Alonso Sáez-Bravo. Madrid, España

hilario-conchi@hotmail.com

 

 

 

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