“Las
campañas se basan principalmente en promesas, o en apelaciones emocionales, que
por exigencia de la televisión son teatralizadas y objeto de una cuidada escenografía.
Los gobiernos, en cambio, se sustentan en acciones concretas que, igualmente,
necesitan ser comunicadas. El actuar va de la mano con el decir, más ahora, en
una sociedad tan mediática. Pero empeñarse en seguir haciendo seudo marketing
competitivo y, peor aún, pretender con él reemplazar la transparencia de la
gestión de gobierno que reclama la ciudadanía, no sólo es deshonesto, sino,
además, contraproducente y hasta suicida”.
En la efervescencia de las elecciones
presidenciales de mayo de 2019, revisando algunos libros que me han servido de
marco de referencia para este escrito, repaso la obra de Alberto Borrini: Cómo se vende un Candidato,
donde nos encontramos con perplejidades parecidas dentro del acontecer político
de otras latitudes y donde Panamá no escapa a este escenario.
La
mayoría de los panameños esperamos con expectación el Plan Nacional de
Desarrollo de los actuales candidatos a la presidencia de
Los
candidatos que se proponen para un determinado lugar en los ámbitos de poder
institucional de un país, no están detrás de un trabajo por cinco años, sino
que vienen a imponer transformaciones sociales, políticas, económicas y
culturales, manifiesta Borrini.
Vienen a liderar un cambio en la forma de pensar de la sociedad, en un momento
histórico determinado.
Parafraseando
a Borrini, da cuenta de los
intentos que se llevan a cabo para recuperar las campañas en beneficio de los
votantes; añade que el principio esencial de la democracia participativa
requiere que los votantes asuman una actitud crítica frente a los comicios,
sean capaces de procesar la información que les proveen los medios y tomen
conciencia del poder del voto. Gobernar es comunicar y el principal comunicador
del nuevo gobierno es el candidato. Todo es comunicación, por ello nada se
puede improvisar. Las consecuencias de la improvisación son severas y de corto
plazo.
Ahora
bien, el rápido desgaste de un gobierno es catastrófico para el propio gobierno
y un país. Gobernar, por ello, es un asunto que puede considerarse de vida o
muerte. La mayor contribución de Alberto Borrini, se concentra en el
pormenorizado análisis de las campañas políticas, en su marco genérico y con el
aporte de un sinnúmero de referencias, datos y comentarios que destacan aún más
su originalidad y valor.
En este sentido, Una gestión es más transparente cuanto
más se comunica, es un error considerar como algo malo el perfil alto de un
gobierno.
Panamá, ya
cuenta con cinco candidatos formalmente escogidos y un sinnúmero
de precandidatos independientes, llama la atención que ninguno, exactamente,
ninguno, ha hecho asomo de una opción para el futuro, solo embadurnados de
comentarios insulsos. Los panameños en su conjunto nos preocupamos por el rumbo
del país y esto, en todos los aspectos, no obstante, todos los candidatos en
sus discursos de campaña, no muestran una sustancialidad, sensatez y seriedad
en sus promesas, dejando mucho escepticismo y el escaso valor del compromiso
público en política.
El
resultado es evidente: realmente no tienen una plataforma integral para
gobernar a Panamá.
Autora: Elodia Magdalena Muñoz Muñoz. Panamá, Panamá.
Comunicadora social.