Apostemos por una
mujer real.
En
los últimos años Los certámenes de belleza se han convertido en un epicentro de
discriminación, los estereotipos siguen estando presentes y refuerzan una idea de
mujer que no existe. Sobre todo cuando, a pesar de lo determinante que sigue
siendo el mundo de la moda y la belleza, cada vez más se apuesta por una mujer
más real.
Ahora
bien, supongo que es atractivo, para una mujer, el hecho de sentirse soberana,
ostentar un cetro, una corona, viajes, hacer contacto, elevar su ego y
vanagloria, sin embargo, el costo es muy alto.
En
este tipo de competencias se expone a la objetificación de la mujer, en
concursos en los que miden y pesan a las candidatas, como si fueran vacas; esta
apreciación es humillante para una mujer, sea de la edad que sea, merecemos un
valor y éste, no se etiqueta con sueños efímeros; valemos por lo que somos, y
no porque una organización de belleza lo determine.
Amigo
lector, como observas,
La
descalificación ocurrida a la panameña Paulette Rosales, representante de
Panamá en la candidatura de Miss Turismo Internacional, que se lleva a cabo en
Malasia, no es nada nuevo; siento pena ajena, por esta joven, pero asomo una
satisfacción sana, ya que el hecho deja al descubierto al mundo entero,
En
honor a la verdad, estos concursos de belleza no encarnan a la esencia de la
mujer, la mayoría, representan chicas light, obnubiladas por el elogio, el
narcisismo y la publicidad. Son eventos de belleza intrascendentes, sexistas y
misóginos, que perpetúan los patrones tradicionales de belleza, promueven la
bulimia y la anorexia. Es la reproducción de la mujer como una mercancía, en
medio de una pandemia de violencia de género y femicidio.
Finalizo
este escrito con las palabras del extinto Miguel Ángel Cornejo, famoso
conferencista mexicano: “Un buen líder es aquel que ha basado su vida en
valores de orden superior, como la ética, la honestidad, la formalidad y la
determinación, en fin, muchas de las situaciones que caracterizan a un ser
humano de clase mundial, a un ser humano extraordinario". Siendo así,
practiquemos la cultura de la excelencia y basta de certámenes frívolos, que
incitan a la cosificación de la mujer, la mercantilización de su cuerpo, la hipersexualización
de las niñas y los trastornos de alimentación" asociados a los cánones de
belleza, que las exigen altas, delgadas y, en lo posible, rubias, por decir lo
menos.
Nada más...
Autora: Elodia Magdalena Muñoz Muñoz. Panamá, Panamá.
Comunicadora social.