Ni
Gibraltar español, ni las Malvinas argentinas
Las islas
Malvinas se hallan en el atlántico sur, y geográficamente están en territorio
argentino. Fueron colonia española, francesa, inglesa, o mejor dicho, británica,
guarnición militar argentina y, desde 1833, hasta hoy, vuelven a ser colonia
británica. Es muy difícil que retornen a ser argentinas, porque es un punto
estratégico que sirve, y muy bien, a los intereses geopolíticos del Reino Unido
y de los Estados Unidos de Norteamérica. Ambas potencias han creado en esa
colonia una estructura militar compleja y difícil de desmontar. Con el debido
respeto, la república Argentina, no lo haría mejor.
Las Naciones
Unidas, teóricamente, propugnan la descolonización; pero, las potencias
colonizadoras, no están por la labor de descolonizar. Además, este archipiélago
constituiría, en este momento, una carga más para la nación sudamericana. Puede
que esto que digo no guste demasiado, pero, entiendo que si recuperasen el
archipiélago, su mantenimiento sería muy gravoso desde el punto de vista
económico.
¿Y Gibraltar?
¿Dónde está eso?
Pues eso,
está en el estrecho de su nombre, entre el océano Atlántico y el mar
Mediterráneo. Es una roca caliza, cuya extensión es de poco más de seis
kilómetros cuadrados, y se ubica en el sur de España, en territorio andaluz;
más concretamente en
Esta gran
roca, fue ocupada por el Reino Unido, de acuerdo con lo estipulado por el
tratado de Utrech en 1713, por el que España, cede al Reino Unido de
Gibraltar, es
también un punto estratégico y muy importante para los intereses
angloamericanos. No podemos obviar que el Reino unido es el primer aliado de
Yanquilandia. El corrector ortográfico salta porque ya sabemos que Yanquilandia
oficialmente no existe, pero los lectores, saben perfectamente lo que quiero
expresar.
Y retomo el
tema:
Tanto la
diplomacia argentina con respecto a las islas Malvinas, como la diplomacia
española en relación con Gibraltar, llevan reivindicando a
Gibraltar es
una roca, como he indicado anteriormente de piedra caliza, de
Seis kilómetros cuadrados y que tiene una población
de 30.000 habitantes de origen africano o norteafricano. Es un paraíso fiscal;
el número de empresas censadas en su registro mercantil, es superior al número
de habitantes de la colonia, cuya cifra ya hemos indicado. La zona próxima a
esta colonia, la constituyen pueblos de la provincia de Cádiz, España, con una
economía que está por debajo de la media económica española. Eso quiere decir
que, si Gibraltar retornara a España, su actual estado se transformaría
profundamente. Dejaría de ser un paraíso fiscal. Sus actuales ventajas, en
manos de España, serían inviables. Y, por si las razones que expongo no fueran
suficientes, diré que diariamente pasan a trabajar a la roca 14.000 personas,
que residen en los pueblos próximos. Pregunto: ¿Hay quién dé más?
Los
gibraltareños, que es el gentilicio de los habitantes de la colonia, saben,
conocen perfectamente esto, y de ninguna manera quieren ser españoles. Yo, en
estas condiciones, si fuera gibraltareño, tampoco querría ser administrado por
una potencia inferior, en todos los aspectos, a aquella de la que soy súbdito.
Las ventajas de las que disfrutan, no quieren perderlas de ningún modo.
El Reino
unido, ya se encarga de hacer ver a sus colonizados las ventajas de ser
británicos, aunque sea teóricamente, que no lo es, de segundo orden.
Para ilustrar
mejor lo que digo y para una mejor comprensión del asunto, hay que saber que la
colonia se sitúa en el Estrecho de Gibraltar, frontera natural de Europa y el
Norte de África. Su estrategia geográfica y política, es evidente.
Su situación
es privilegiada y no hay nada imposible, pero, es bastante inviable que la
potencia colonizadora devuelva a España la roca, y que sus habitantes quieran
ser españoles. Absolutamente comprensible.
Madrid,
diciembre del 2018
Autor: Hilario Alonso Sáez-Bravo. Madrid, España