La Vida Es Sueño.

 

 Pedro Calderón de la Barca, escribió un drama que tituló La Vida Es Sueño. Yo, con el permiso del editor de la Revista Esperanza, quiero filosofar. Bueno, con el permiso del editor y con el permiso de las personas que amable y gentilmente nos leéis. Y como el filosofar no cuesta dinero, pues voy allá:

 Lo primero que me pregunto es si la vida es, efectivamente, un sueño, un teatro, un juego, un azar como sostienen algunos biólogos o, voy más lejos: ¿Por qué estamos aquí?

 ¿Somos producto de la ingeniería de los extraterrestres? ¿Es que hay extraterrestres?

 Difícil respuesta o difíciles respuestas... Según las distintas teorías, porque hay varias, la existencia de este universo data aproximadamente de unos 13.700 millones de años. ¿De años luz? No estoy muy seguro, pero creo que sí. Siguiendo con las distintas teorías, parece ser que lo que conocemos, o lo que conocen los sabios y nos cuentan, es que todo ha evolucionado de manera importante. Dicen que la vida en la tierra es de unos 3.500 millones de años, no de años luz, naturalmente. Y la vida del ser humano, siguen diciendo los distintos sabios, empezó hace unos 200.000, y otros dicen que 150.000 años.

 La media de años de vida de un ser humano actual, de nuestros días, según las zonas del planeta, está entre 75 y 80 años de duración. Por tanto, tenemos que convenir que nuestra vida es un suspiro, en relación con la vida del universo en el que habitamos y del que formamos parte.

 ¿Y a qué venimos aquí? ¿Cuál es nuestra misión en la tierra? Pues, francamente, yo, no lo sé.

 Antes de nacer, de ser quienes somos, supongo que no éramos nada. Nuestros padres biológicos nos engendraron de una célula, solo de una célula, y nosotros fuimos complejizándonos, desarrollándonos, y acá estamos. ¡Y no queremos morir! ¡Pero, vamos a morir, irremisiblemente! A pesar de los numerosos intentos de prolongar la vida; no obstante, vamos a finiquitar sin solución de continuidad.

 Y hay dos cuestiones que yo me he planteado y me sigo planteando:

 ¿Hay más vida que la nuestra en el universo?

 Probablemente sí, porque hay cientos de miles de estrellas, como el sol, que nos da la vida en nuestro planeta. El problema está, en que tiene que haber unas condiciones similares a las que tiene la tierra con respecto al sol, que es nuestra fuente de vida y energía. Se supone que tiene que haber, a lo largo y a lo ancho del universo, planetas en condiciones similares a las nuestras. Nosotros, lo suponemos, bueno, lo suponen los sabios, siempre los sabios naturalmente, pero no se tiene la certeza de ello, porque el ser humano no ha pasado de la luna y, por tanto, no puede afirmar nada de nada. Y aunque me peguen los ufólogos y los supuestamente contactados, no hay nada de cierto en que haya otras vidas en otros planetas. Yo confío en que tendremos, no muy tarde, pruebas de si hay o no hay vida en otros mundos. Los espiritistas o espíritas, que es como les gusta llamarse a ellos, sí creen en la pluralidad de mundos habitados. Yo sí creo que eso es una alta probabilidad.

 La segunda gran cuestión que me planteo es la de la muerte.

 ¿Nacer para morir tiene sentido?

 ¿Dónde vamos cuando morimos?

 ¿A la nada?

 ¿A otro plano?

 ¿A otra dimensión?

 ¿A otro estadio?

 Confieso mi supina ignorancia. Desde luego, desde el punto de vista de la religión, de la fe, Esta gran cuestión está resuelta, porque según cada religión o doctrina, vamos a alcanzar una dimensión o estado distinto. Las grandes religiones monoteístas postulan una trascendencia; es decir, traspasaremos este mundo para encontrarnos con un creador. Con Dios.

 Los budistas entienden que estamos aquí para aprender y hacer el bien, dar y recibir. Si esta misión no se cumple o no se realiza de modo pleno, volveremos a la vida con, o en otro cuerpo, y así, sucesivamente, hasta que alcancemos la perfección. Cuando la alcancemos, ya no volveremos más. Por supuesto que la doctrina budista es mucho más densa y extensa, y yo estoy expresándome de una manera muy sintética. De todos modos, yo pregunto: Cuando ya hayamos alcanzado la perfección budista y no volvamos a esta vida, ¿dónde vamos después de la muerte?

 Hay otra teoría bastante interesante:

 Nuestra conciencia, nuestra energía psíquica, es independiente de nuestro cerebro. Nuestro cerebro sería el canal mediante el cual se expresa nuestra conciencia, nuestra energía y nuestro vitalismo. Esta conciencia, sigue viviendo después de la muerte de nuestro cuerpo físico. Y naturalmente esto plantea otra gran cuestión:

 Una persona con incapacidad psíquica, lo que se ha dado en llamar personas con deficiencia intelectual, ¿dónde tienen la conciencia? ¿Les falta conciencia?

 Los sabios que propugnan esta teoría responden: una persona con deficiencia intelectual sí que tiene conciencia; pero el canal de expresión de esta conciencia, que es el cerebro, no permite que la conciencia se exprese, porque este cerebro es el realmente deficiente.

 En fin, podríamos seguir esbozando teorías y no acabar.

 Y yo me hago una pregunta final, para no cansar más a los que me leen, si es que me terminan de leer:

 ¿Y si el morir es como el nacer? Y me explico:

 Esto es un ciclo; nos gestamos, nacemos, nos reproducimos, crecemos, claro, envejecemos, nos gastamos y morimos, y nuestra energía sigue, porque nuestros átomos, y esto último es una evidencia, siguen existiendo.

 El astrofísico teórico Stephen Hawking, que decía ser ateo, estaba lleno de contradicciones porque, en Historia breve del tiempo, que es uno de sus libros, concluye con que (lo entrecomillo): “El día que conozcamos el universo, conoceremos la mente de Dios”. ¿Curioso, verdad? Bueno, pues en otro de sus libros dice: (también lo entrecomillo): “Puede que el universo esté hecho para que nosotros lo contemplemos”... No creo que la traducción sea literal...

 

Madrid, diciembre del 2018

 

 

Autor: Hilario Alonso Sáez-Bravo. Madrid, España

hilario-conchi@hotmail.com

 

 

 

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