Discapacidad, un movimiento
secuestrado.
El
escalofriante escenario de las Personas con Discapacidad en Panamá, frente a la
retórica política de las entidades que dicen Ser: “La institución líder en la promoción
de una sociedad inclusiva, solidaria, basada en el reconocimiento y goce pleno
de los derechos humanos, que contribuye a superar la inequidad, exclusión,
discriminación y pobreza de las personas con discapacidad y sus familias”, lo
calificamos como el secuestro de un movimiento que se viene fraguando
gradualmente a lo largo de los últimos años, tergiversándose los legítimos
derechos e intereses de las Personas con Discapacidad.
En este
sentido, presenciamos hoy a lo que se podría llamar “el secuestro de
Ahora
bien, lo que se trata es que las políticas públicas que se elaboran a favor de
esta población, está secuestrada por una sistemática participación de las
familias o amigos de los Discapacitados, los que controlan, ejecutan,
supervisan, dilapidan recursos hasta verticalizar al extremo los procesos de
decisión en beneficios de unos pocos; construyendo resultados que omiten o
disfrazan los aspectos más básicos y visibles de la realidad para
Todo ello tiene un fin claro: el lucro, el
poder partidista, el monopolio discursivo, la imposición de una interpretación
única por parte de quienes dicen rasgarse las vestiduras por los Derechos de
las Personas con Discapacidad. Este propósito encierra un indisimulable
secuestro del movimiento de
Pero el
monólogo familiar, que nos dice que todo va bien, nos viene desgarrando fibra a
fibra la participación de las Personas con Discapacidad, generando penurias,
mendicidad e indigencia cada vez más acentuada en esta población.
También es
cierto que una responsabilidad especial corresponde a las autoridades del
Gobierno de turno, que, luego de invocarlos en su provecho, se transforman en
víctimas de su propio aquelarre. Nada podría ser más
ilustrativo de esta situación que el pésimo transporte, donde
Autora: Elodia Magdalena Muñoz Muñoz. Panamá, Panamá.
Comunicadora social.