De sonidos emocionales, hacia hechos
positivos.
La palabra como verbo es importante.
Más importante es que esa palabra se vuelva el portal a las acciones, a la
construcción de pirámides de crecimiento personal.
Estamos llenos de palabras nefastas,
muerte, violación, robos, enfermedades, corrupción, creencias, emigración,
prostitución, maltrato, aborto, “política...” siga usted con la lista.
Estas palabras que son, generalmente
utilizadas, resultantes de un contexto social, aparecen como la punta del
iceberg, en cuanto que está la familia, los grupos de interés, las culturas, lo
personal, las religiones, doctrinas, filosofías… usted siga imaginando como la
palabra se usa y su carga emocional frente a todos estos escenarios.
Antes de que abandone la lectura por
aburrida, aguarde un momento ¿usted no puede limpiar algo si no sabe dónde está
sucio, verdad? Pues he ahí la explicación de mi sosa introducción, necesito que
sea usted consiente del poder de la palabra. De esto ya han escrito muchos,
demasiados, hay cursos, talleres, un montón de formas para abordar este tema e
incluso grandes movimientos que lo asocian con la riqueza espiritual o
material. De eso no les hablaré, pues no me interesa convencer, tan solo hablar
de este término:
“Acción poder”
¿Qué es la acción poder?
Bueno, este es un concepto que puede
definir la forma en que nosotros materializamos nuestros miedos, en esta
sociedad mal pensada como modernista, la “Acción poder” se ha transformado en
procesos de dominación egoístas, destructores, tutor de unos pocos con este
defecto:
“Síndrome de Eris,” para los doctos
en medicina, no se extrañen de que no lo identifiquen, este padecimiento que he
construido a título personal no es un padecimiento físico, y estoy tomándome la
libertad de conjugar dos ideas: el síndrome como enfermedad, y un símbolo
mitológico que representa a la discordia, la diosa “Eris”.
A aquellos con este síndrome, los
pueden identificar por algunos rasgos característicos que regulan su existencia
en este plano:
·
Personas con la
capacidad intelectual de transformar el entorno con sus ideas o liderazgo.
·
Mentes brillantes
que colocan su interés en transformar los paradigmas existentes.
·
Individuos con la
fuerza interior para centralizar en sí todo el peso emocional de un colectivo.
·
Personas que
proyectan sus necesidades en el dominio económico, político o religioso de un
grupo de personas.
·
Personas que están
en un momento histórico de ruptura y desde sus vivencias forman la necesidad de
un cambio.
·
Estrategas,
conflictuados, con una carga emocional que los separa del promedio de las
personas.
·
Carismáticos, de
palabras incitadoras, manipuladores de la verdad existente, apoyados por un
círculo que comparte su visión.
Estos personajes son los que a lo largo
de la historia registrada y la no registrada, han transformado cada uno a su
manera la realidad de nuestros días, fomentado guerras, traído procesos
industriales, cambiado las modas, incitado ideas de vida, de muerte, es decir,
forjado este espacio que nos rodea.
Para ello han usado la “acción
poder”, que no es otra cosa que poner en marcha un conjunto de situaciones para
motivar, según sus intereses personales, fenómenos que en algunos casos han
tenido repercusiones de gran impacto. Es decir han salido de la palabra dicha o
pensada, a un mundo de pequeños actos que cambian la estructura de los
acontecimientos.
A esto es a lo que te invito, a usar
la “acción poder” para crear cambios positivos en tu vida, abandonando los
pensamientos y palabras que no te aportan nada positivo, solo te hunden en lo
negativo; te sonará familiar, esto no es nada nuevo, el hombre ha buscado una
solución a sus guerras interiores desde hace mucho tiempo, yo solo te invito a
pensar en esos métodos, el que te propongo acá es el fundamento de muchas
expresiones de paz, sanación emocional, toma de decisiones, solo que no te doy
fórmulas, te invito a ser tú el propio maestro de tu cambio.
Ser maestro implica aprender desde
una posición de poder, no de vulnerabilidad; esto es la “acción poder”, una
forma de pensamiento que confronta tus miedos, temores, dudas, incertidumbres,
orientados al conocimiento, el movimiento mediante pequeños detalles capaces de
liberar un poder de guía, ayuda, en pocas palabras, enfocar tus problemas hacia
soluciones creativas con simples actos, apuntando a afrontar las situaciones
cotidianas desde un poder interior, lejos de la depresión, desesperación,
impotencia, frustración...
Para lograr lo anterior es necesario
trascender de esas palabras que se usan todo el tiempo y que se vuelven
lastres, traumas, impedimentos, tomar el control de ellas, dejar de ser el
esclavo de esas emociones que impiden tomar las riendas de tu vida.
¿Pero, cómo?
El proceso depende de tres
elementos: la necesidad, la voluntad y un estudio de ti mismo, identificando la
programación que tienes para asumir la vida. Pero eso será tema de otro
artículo, ampliando otros conceptos:
“la necesidad, acción”;
“la voluntad acción”;
“el actuar acción”.
Autor: Wilmer Guillermo
Acosta Pinzón.
Comunicador social.