Lo que la tecnología facilita (y lo
que no) a las personas con discapacidad visual.
Según Wikipedia, “La discapacidad es
aquella condición bajo la cual ciertas personas presentan alguna deficiencia
física, mental, intelectual o sensorial que a largo plazo afectan la
forma de interactuar y participar plenamente en la sociedad.” En la
mayoría de países, las personas pueden solicitar su reconocimiento, lo que te habilita
para recibir ciertas ventajas como no pagar tasas en la universidad y otros
entes públicos, acceso a la tarjeta dorada de RENFE o acceder a abonos de
transporte más baratos. No se debe confundir discapacidad con minusvalía, ya
que, aunque habitualmente se utiliza como sinónimo, es una palabra que se
interpreta como peyorativa. Y no es ser más políticamente incorrecto que otra
persona, signifique eso lo que signifique o te permita eso decir todas las
burradas que se te ocurra; sino más bien reconocer que, aunque hay determinados
factores físicos o psíquicos que no me permitan hacer algo en igualdad de
condiciones que otra persona o directamente me lo permiten, no valgo menos que
esa otra persona sin discapacidad. Así que no, no soy minusválido. La discapacidad
va marcada por el porcentaje que se te reconoce, revisable durante x tiempo y
que termina siendo un reconocimiento indefinido. De últimas, el reconocimiento
de la discapacidad te puede permitir, en varias situaciones con determinados
requisitos acceder a pensiones no contributivas, además de otras ventajas
fiscales. Por encontrar cabezas visibles en España que representen a la
discapacidad, tenemos a ONCE o al CERMI, así como todas las federaciones
deportivas especializadas en discapacidad y asociaciones a nivel autonómico.
La relacionamos entonces muy
estrechamente con la accesibilidad, ya que, si se supone que la discapacidad
nos impide hacer algunas cosas en sociedad, debemos acceder a ellas de alguna
manera, o sea, accederemos a determinados ámbitos que se accesibilicen de
acuerdo con las posibilidades que haya de ello. Esto nos permitirá acceder en
casi igualdad de condiciones que a cualquier otra persona. Pero no lo
olvidemos, la accesibilidad de últimas la necesitan también las personas ancianas
que utilizan teléfonos móviles de acceso simplificado, con pocos menús,
interfaces simples y botones con números enormes. Dicho así, parece que debería
importarnos más de lo que parece. Según el observatorio de la accesibilidad,
“La accesibilidad es la cualidad de fácil acceso para que cualquier persona,
incluso aquellas que tengan limitaciones en la movilidad, en la comunicación o
el entendimiento, pueda llegar a un lugar, objeto o servicio.”
La
accesibilidad es un derecho. Y un concepto muy bonito que se dice que se
cumple, se debería cumplir y de hecho se obliga por ley en lugares como
edificios (según el Real Decreto Legislativo 1/2013
por el que se aprueba el Texto Refundido de
La
accesibilidad, entonces, debería ser algo que permitiera a todas las personas
acceder a todo en igualdad de condiciones unas con otras. De últimas, es que
una persona anciana pudiera hacer algo sin que se notara el salto generacional con
personas más jóvenes, mientras una persona en silla de ruedas pudiera sacar
dinero desde ella y yo, con discapacidad visual, estuviera cruzando un semáforo
de una avenida ancha sin poner en peligro mi vida. Dejando aparte que esto no
ocurre, la accesibilidad, en ocasiones, se queda solo en papel mojado. Queda
como algo que cumplir como iniciativa de RSC, algo por lo que pensar y hacer
pensar que se es inclusivo. Que se lo digan a Endesa sino, a la que hace poco
han multado por incumplir requisitos de accesibilidad en su Web.
Al
centrarnos en la discapacidad visual, la mía, y concretamente la accesibilidad
para personas con discapacidad visual, sin duda alguna estamos mejor que
estábamos. Y más allá de eso, estamos mejor que otros colectivos, lo que por
supuesto solo se ve cuando se vive en primera persona. Sin más, un ejercicio
práctico para quien sea de Madrid viva allí o conozca la ciudad. ¿Cómo podría
una persona en silla de ruedas hacer el transbordo entre las líneas 2 y 9 en la
estación de metro de Príncipe de Vergara? ¿Cómo podría entrar una persona en
silla de ruedas en El Carmen, Artilleros o Pavones? ¿Cómo podría montar en el
cercanías desde la estación de Vicálvaro? Estos son unos pocos ejemplos, en su
mayoría en el sur de Madrid. Pero sin pensar mucho, ya son más de uno y de dos.
Teóricamente metro tiene un plan estratégico por el que se van a ir instalando
ascensores que aumenten la accesibilidad para las personas en silla de ruedas.
No es condescendencia, nada más lejos de la realidad, es simplemente que tienen
una necesidad brutal que no se suple como la que tenga una persona ciega, que
se pierde, busca ayuda, se la dan, encuentra el sitio y se acabó; sino es una
lucha diaria contra escalones, bordillos, estaciones de transporte público
inaccesibles o lugares sin rampa.
Estamos
mejor que estábamos. Y si, lo digo con orgullo. Más aún cuando se celebran los
10 años de la aparición de
Hay
varias situaciones, en las que, por desgracia, la gente con discapacidad visual
nos vemos limitadas. No por esto pretendo desmerecer las otras discapacidades,
anteponer mis problemas o pensar que son los más importantes y los más
insalvables; sino mostrar que, aunque hay mucho andado, el camino continúa. Y
es largo.
-
Excepcional y conocido es entre la
gente ciega de España el problema de RENFE y su Web que es accesible pero no es
accesible, a la que iban a sancionar, todo apuntaba a que sancionarían a la
operadora pero que se archivó. Todo vino de una denuncia de José Ángel Carrey
en representación de
-
Por ley, desde hace unos años, algunos contenidos televisados deben
emitirse con audiodescripción (narración de la escena aprovechando los
silencios del habla), sobre todo en la televisión pública. Como cabría esperar
de una televisión que simplemente busca cumplir con la ley que la obliga, TVE
emite algunos contenidos semanales, como series, películas y documentales, que
tienen audiodescripción. El problema es que tras emitirse en la televisión
desaparecen, se pierden, ya que en a la carta se suben sin audiodescripción;
así que o los grabaste o no podrás acceder a ese contenido. Ante esta
situación, alguien se quejó al ente, ante lo que respondieron con algo similar
a una negativa porque Internet era muy joven y no lo permitía. Lo cierto es que
sí lo permite, tal y como estamos viendo con el catálogo cada vez más amplio de
contenidos de producción propia que Netflix audiodescribe poco a poco. Se lanzó
una campaña en Change para que TVE lo hiciera y, si bien es cierto que no hubo
reacciones directas y que no se llegaron a conseguir mil firmas, recientemente
el programa Torres en la cocina ha empezado a incluirla. Esperemos que, tras la
ansiada renovación de TVE y su consejo de administración, podamos acceder a
este contenido. Por hacer un símil, es como si se emitiera una película, pero
solo con el audio. Imagínese usted la imagen.
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Hasta hace unos meses, MoviStar tenía un servicio de sincronización de
películas con accesibilidad mediante una aplicación para smartphones. Tras
retirarla, la única forma de acceder al servicio de accesibilidad de Moví Star
era mediante su descodificador de televisión de pago, que paradójicamente no es
accesible. Es decir, incluimos una herramienta de audiodescripción que
garantice tu accesibilidad a la que podrás acceder solo con ayuda de una
persona que vea. Lo cierto es que, ante esto, no hay respuestas concretas.
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Correos es una empresa pública, que toda persona residente en España
financia con sus impuestos. Lo cierto es que, aunque toda persona lo financia
con sus impuestos, no todas las personas podemos acceder a Correos y los
servicios que ofrece. Y es que, desde hace unos años, el turno en Correos para
acceder a un mostrador desde donde enviar y recibir, se pide mediante una
pantalla táctil sin respuesta de voz que extrae un ticket, cuyo número figurará
en otra pantalla, indicando al cliente a qué ventanilla debe dirigirse. Lo
cierto es que cada vez más empresas, como FNAC, o entes públicos, como el
Consorcio de Transportes de la Comunidad de Madrid; están incorporando estas
técnicas, dejándonos a muchas personas por el camino.
-
Sigue siendo un misterio en ocasiones lo que comemos. No tan exagerado como
este vídeo, ya que al final, la necesidad
te hace desarrollar técnicas, como oler brics, lo que no te impide echarle
tomate frito en vez de nata a la carbonara, pero que sí nos hace más laborioso
cocinar. Lo cierto es que algunas marcas, como Solan de Cabras o la marca Acor
de azúcares, están incorporando braille en sus empaquetados, como ya se viene
haciendo con los medicamentos hace mucho más tiempo. Pero las iniciativas así
son muy de agradecer, sobre todo si se tiene en cuenta el respaldo y apoyo de
-
La banca es un hito en España casi insuperable. Más allá de los casos
mediáticos de corrupción que ya conocemos, la banca es un sector donde la gente
con discapacidad visual solo podemos contratar productos casi basándonos solo
en lo accesibles o inaccesibles que son las operaciones en sucursal, cajero
automático, Web o app; hasta acabar la mayoría en CaixaBank. El banco que tiene
una Web accesible por el banco que tiene un cajero que habla,
-
El transporte público es otra contradicción. Conocido
es el caso del chico que llegó a reunirse con
- Los captchas en los distintos sitios Web también son paradójicos. Hay varios tipos: los recaptcha, los más comunes y accesibles, a cargo de Google y sus granjas de bots humanos. La única forma de superarlos es marcar una casilla que verifica que no somos robots si tenemos iniciada la sesión en Google en ese navegador; captchas invisibles, que solo aparecen cuando es un robot quien va a registrarse en una página; captchas numéricos, que consisten en el completado de una operación aritmética sencilla; y otros tipos, captchas clásicos, de letras y/o números deformados. Estos últimos son los más comunes, y en teoría ofrecen la opción de una alternativa sonora. No siempre se entiende, no siempre funciona. Parece que lo más adecuado son los recaptchas o las operaciones, o de últimas los invisibles. Por suerte, cada vez se están incorporando más, aunque lo más común siguen siendo los tradicionales, por llamarlos de alguna forma; con sus alternativas o sin ellas. Un ejemplo de captcha que nos hace dependientes es el de registro en el programa de Amazon afiliados, que tendremos que completar con la ayuda de alguien vidente o un voluntario de Be My Eyes.
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La discriminación por tener perros guía a la hora
de acceder a algunos negocios o servicios como los taxis, y es que, no hay año
en el que mínimo salga una nueva noticia de un taxista que no ha permitido a
una persona ciega montar en su taxi por llevar perro o le ha ofrecido meterlo
en el maletero. Lo cierto es que, por ley, estos perros tienen permitido el acceso
a cualquier lugar acompañando a sus dueños, menos las UCI y los quirófanos, y
no son mascotas al uso, ni siquiera mascotas, lo que no quita que se sigan
dando casos indignantes. Le niegan coger dos taxis en un día por su perro guía,
PlayGround MyTaxi expulsa a un taxista por no aceptar a un ciego con
su perro guía, Público (sobre este hilo).
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Curiosa y paradójica resulta la situación de los semáforos
sonoros en Madrid capital. Los semáforos sonoros son aquellos que, mediante
señales acústicas, avisan al peatón de cuando puede cruzar porque está verde.
Por supuesto, están pensados para las personas ciegas, y hay más de ellos
cuanto más comercial y multiusos sea el barrio en cuestión que cuanto más
residencial. El centro de Madrid, por ejemplo, está plagado de ellos.
Encontramos tres tipos: los que están continuamente funcionando, los que
funcionan solo en un intervalo horario (desde las 8 de la mañana a las 10 de la
noche), habituales en Madrid; y los que se activan bajo demanda, sea con un
mando de infrarrojos llamado Ciberpass, comunes en Cataluña, Castilla y León o
Por supuesto, estamos
mejor que estábamos. Y en un año, en dos, en tres o en cinco estaremos aún
mejor. Lo que no quita que, teniendo toda la tecnología que actualmente tenemos
(solo hace falta ver esto, esto o esto), resulte raro no verlo
solucionado. No obstante, si lo comparamos con la accesibilidad, o falta de
ella en otros países, alguien podría resumir este artículo en una frase muy
simple: son problemas del primer mundo. Esto no quita que siga siendo
importante, necesario e imprescindible seguir reclamando por nuestros derechos
y seguir reivindicándonos como un colectivo con problemas, necesidades y que
puede aportar soluciones.
Autor: SALVADOR DOMENECH MIGUEL. Madrid, España.