Poemas de Renée Adriana Escape.
BUSCANDO UN FARO
Aroma marino que dominas, en
vientos enfurecidos,
haciendo que la bruma se torne más
pregnante e insoportable.
El angustioso latir de mi interior
todo, muy endurecido,
solitario sonido… sumándose al
rugir de aguas bravías en lo perdido,
deja a esas ráfagas, a la mar
demasiado alcanzable.
La noche se cierne oscura,
malévola y penetrante,
intrusa por los resquicios de mi
barcaza endeble,
acrecentando los forcejeos de la paupérrima
rechinante.
y es entonces cuando siento que en
vano busco en llanto y quiebre,
algún fulgor dirigente, que
arroje… esperanza iluminante.
¡Ay, cómo te busco costa que creía tan
cercana, pareciendo en vano!
¡Ay, cómo quisiera adueñarme de la
mar sin necesitar guía!
Sin embargo, me aferro al timón
que trato de dominar por el embrujo cercano,
procurando encontrar la luz, ese
brillo esperanzador, quizá el de algún faro,
aquella imagen votiva ¡cuyo candor
me indicaría!
Si, me indicaría acerca de la
vida… cuando llegara al malecón sin naufragar,
soñando que no me quiebro
buscando… tu luz de faro oculto,
mientras las olas de la tormenta
acusan mi nave en la inmensa mar,
intentando divisarte,
incandescente… empero, no en oscuro bulto.
Cuando al fin te encuentre, amigo
de marinas instancias duras,
cuando terminen los remolinos que
voltean mis noches,
me abrazaré a tu estampa… y tras
el portal subiré escalerillas, las de tus alturas,
culminando todo dolor y soledades
cuando… haya alcanzado el porche,
iluminando mi alma fulgurosa…
cerrando al fin, el broche.
©Renée Escape – 2018-
Mi Luna Mirona
Digo mi luna, aunque… sé que no
eres mía.
Digo mi luna, como si toda vos…
supieras de mi vida.
¿Quién lo sabría?
Siempre ahí, de testigo, mirándome,
espiándome… vaya a saber qué.
Luna, tan común verte, tan vulgar
el sentirte nombrar.
Motivo de poetas, objeto de
enamorados.
Mas esta noche, siento tu
presencia diferente.
Estás llena, gorda… demasiado
brillante.
Esta noche, lejos de ser nombrada
satélite…
distante de cumplir tus funciones,
las de acompañar a mi planeta… sos
luz, sos brillo, sos testigo.
¿Qué quieres de mi interior? ¿Qué
pretendes arrancar de mis entramados?
¿Ya has visto que se encuentran
desgarrados?
¿Acaso quieres juzgarme?
¿Quizás saber de los silencios?
¿Quizás de los dolores del alma?
Los ruidos cunden por doquier,
avanzan a mi alrededor…
Mas estoy absorta, ajena…
sintiendo tus rayos de plata.
Empero, sorda y hastiada del
derredor.
Conoces mi interior, mi frío profundo,
conoces… mi dolor.
Sabes de llantos callados, de
tristezas y olvidos.
Sabes de historias, de aquello que
se debe silenciar para no dañar, para no atormentar.
Sabes mucho Luna, demasiado,
hasta… de lo que debemos perdonar.
De arcanos que muchos escondemos
y… observas taciturna.
Así supiste, así aprendiste, por
milenios,
en giro tras giro, elipsando en el
espacio infinito,
escuchando los rumores de
estrellas,
los llantos de aquellas fugaces
que años luz desaparecieron.
Acompañando… siempre acompañando
nuestras existencias.
Iluminando tan solo… por un
reflejo que el sol te presta.
Cuando deseas ser redonda, semejas
a los globos de las fiestas.
¿Llevas esa alegría? ¿O la imagen
de la pena?
Careces fulgor propio, pero capaz de
reflejar el ajeno.
¿Eso es hipocresía?
Esta noche, Luna compañera,
siento que algo de mí te llevas.
¿Quién lo sabría? ¿Quizás querrías
ser mensajera?
Esta noche, Luna extraña,
me robarás un trozo del alma,
hurgando hondo en mis entrañas…
Yo igual estoy desperdigada…
dejando en el espacio,
todo aquello que me integre solo
en una.
¿Sabes por qué Luna?
Porque, de las emociones de esta
vida… ya no deseo ninguna.
©Renée Escape – junio 2018-
Autora: Dra. Renée Adriana Escape. Mendoza, Argentina