No me
arrepiento de haberlo hecho. A nadie hubiese podido querer como a vos.
No volvió tu
figura a encontrarme, no fui yo la elegida para recibir tu amor.
Me equivoqué
tal vez al nacer lejos de la única persona capaz de hacerme feliz.
Fue todo un
error.
Aferrándome
a la mera ilusión de volver a verte aguanté una tras otra navidad.
Cuando todos
brindaban, yo en vos pensaba y a una estrella le decía: ya falta menos.
La rutina
del trabajo era más llevadera pensándote.
Las mañanas
brillaban con fuerza, las noches no eran tan oscuras.
No, no me
arrepiento de haberte conocido y menos todavía de haberme confundido.
El tiempo
que duró este error fui feliz imaginando que el final sería distinto.
No me
arrepiento, solo deseo cerrar los ojos y soñar con vos de nuevo.
Entrá de
nuevo en mi vida, te lo suplico.
Quiero creer
que algún día las flores de mi jardín volverán a reverdecer.
Volvé, te lo
suplico y de esa forma las mariposas revolotearán a mi lado nuevamente.
Sé que me
equivoqué al quererte pero ¿si hacemos como que nunca pasó nada?
¿Si regresás
y todo comienza de cero?
Te aseguro,
jamás diré que te quiero. Solo déjame volver a observarte.
En secreto,
dentro de una cajita en el fondo de mi pecho guardaré el secreto que esconden
las palabras que solo guardé para vos: te amo.
Autora: Agostina
Paz. Buenos Aires, Argentina.