La cultura del servidor
público en cambio de gobierno.
Estamos en el momento
oportuno para este escrito, vivimos la efervescencia política 2019, se
acrecienta la dinámica incertidumbre y la desconfianza, los compañeros de trabajo,
se vuelven enemigos acérrimos, se rompen los grupos de amistad y toman
distancia del actual jefe, pues deben asegurar su nueva estrategia de
personalidad. Los cambios de Gobierno se acercan y, por ningún motivo, pueden
estar unidos o identificados con la antigua administración.
En las transiciones de
Gobierno, se advierten varias actitudes que se hacen notorias, y es interesante
analizar:
La condición de amistad se
devalúa sorprendentemente, se ha manifestado hasta el cansancio que a los
trabajos no se viene a cultivar amigos, lo cierto es que pasamos con ellos ocho
horas de trabajo, por lo menos durante cinco años de gestión pública. No
obstante, esos compañeros con los que en vez de chatear uno se toma un café, se
va de vacaciones, ve el fútbol, va de compras o llora en el hombro, compañeros
de trabajo que van formando parte esencial de tu vida, que conocen en
profundidad algunos de tus secretos, tus defectos, tus manías y también esos
que, sólo con una frase, entienden una broma o cómo te encuentras en un momento
complicado de tu vida.
Desafortunadamente, hay
otros compañeros que adoptan las características del camaleón, oportunistas, la
venganza imperará dentro del marco de los seis meses postelectorales. En las
transiciones de Gobierno, se enajenan, son desleales, satanizan, despotrican y
descalifican sobre los jefes de turno, se rompen los lazos de afectos; nada los
compromete e identifica con la administración que se va, deben cultivar la
amistad de la gente nueva, que llegará por cinco años más.
Efectivamente,
todos sabemos que por la subsistencia del trabajo y ganar canonjías, razones
esenciales por las que se rompe el vínculo con los viejos compañeros, no hay
una relación sólida, pues solo al pasar el cinco de mayo, luego de las
elecciones buscan su nueva tolda, pertrechándose con el partido gobernante y
con ello sus nuevos amigos.
En veinticinco años de
Servidora Pública, he cultivado buenos amigos, tanto de oposición como del
oficialismo. No obstante, he sido fiel testigo de un escenario de venganza,
hipocresía, deslealtad, traición, envidia y hasta intriga de compañeras que, en
la transición de Gobierno, como dice el adagio popular, le han hecho la cama a
la que decían, era su amiga.
Pero reflexionemos, pese a
las transiciones de Gobierno, la amistad puede quedar intacta. Alejémonos de
los intereses personales partidistas, los Gobiernos son efímeros, solo
prevalecen cinco años, sin embargo, una amistad perdura para toda la vida.
Autora: Elodia Magdalena Muñoz Muñoz. Panamá, Panamá.
Comunicadora social.
Relacionista Pública.