¿Delincuencia
informática?
Una amiga mía me dijo el otro día, que le
habían encargado un trabajo y que la persona que se lo había encargado le
efectuaría un pago virtual. Un pago virtual, entiendo yo, no es un pago efectivo.
No es un pago mediante transferencia bancaria ni es un pago por Pai pal, que se
parece a un pago virtual, pero que no lo es. Yo le dije a mi amiga, que no
aceptase pagos virtuales que no estuviesen garantizados y que, de ningún modo,
aceptase pagos con monedas virtuales como el bit coin o ninguna moneda de este
tipo. Esta clase de monedas no son monedas de curso legal; no están controladas
por ninguna autoridad monetaria internacional, ni por ningún estado serio. Son
como divisas convertibles apoyadas en dólares USA o euros, que tienen un
carácter virtual y que han puesto en circulación por la red las mafias
informáticas.
Hace pocos días, se han recibido e-mail en
todo el mundo, yo conozco personas que los han recibido, pidiendo, los emisores
de tales e-mails, entre quinientos y tres mil euros según los casos, con la
amenaza de que si no se entrega tal cantidad, será enviada a la familia del
receptor o chantajeado, documentación en la que se demuestra que el individuo o
individua practicaron algún tipo de sexo con otros, otras o con ellos mismos.
La moneda que pedían era euros o dólares convertibles en bit coin. Supongo que
se escribe así aunque el corrector me dice que no, pero no me dice cómo se
escribe. El caso es que la gente que recibió estos correos se acoquinó, por no
decir otra expresión mucho más malsonante. La gente se preguntaba: ¿Cómo han
podido llegar hasta mí? Sencillamente a través de facebook o a través de whats
app. Ambas redes sociales son altamente vulnerables, sobre todo la primera que,
por cierto, ha sido fuertemente multada no hace mucho tiempo. Según la policía,
y en este caso, los remitentes de estos correos, pertenecen a una mafia
brasileña y el servidor nunca está en el país o países donde se emiten estos
mensajes de chantaje puro y duro. Yo, antes del comunicado que se emitió, la
verdad es que pensaba que eran chinos. Los chinos, los rusos y ciertos hackers
del este, también hacen de las suyas. Personalmente, siempre aconsejo a mis
amigos que no se les ocurra pagar ni un centavo. Si quieren, que me rompan la
máquina; pueden hacerlo; pero ni un centavo.
Cuando estamos instalando un programa nuevo
para nosotros, sobre todo un programa gratuito, ¿A quién no se le ha colado
otro programa más que nada tiene que ver con el que estábamos instalando? Y en
relación con esto, precisamente, os cuento la siguiente anécdota personal:
Me hallaba yo instalando un limpiador bastante
útil que pienso que conocéis muchos, concretamente el ccleaner, (siempre que
escribo alguna cosa de estas el corrector grita), digo que estaba yo instalando
este limpiador, y se me coló un antivirus, que pienso que en realidad es un
virus, porque no me deja desinstalarlo. Como yo, siempre lo digo, soy un
auténtico analfabeto informático, Un expertísimo intentó quitarlo, pero tampoco
pudo. Ahora tengo dos antivirus, supongo que el que se me coló no me hace falta
para nada, que se quieren ambos, o al menos coexisten y se soportan bien. Me
dejan trabajar.
La cuestión es que los piratas o como quiera
que se les llame están en la red intimidando al personal, con patente de corso,
impunemente, porque no hay una ley internacional que proteja a los usuarios de
estas preciadas y preciosas herramientas, que nos dan acceso a la comunicación
y a la información. Y lo más fuerte de todo, es que las policías y los agentes
de la seguridad informática, pueden saber y saben quienes nos atacan y desde
donde se produce el ataque; ¡Pero nada de nada! ¿Y por qué nada de nada? Pues
porque los ataques se hacen desde servidores que se hallan en países distintos
del país al que se ataca, y no hay ninguna ley que permita extraditar al
atacante. Esta es la cuestión. Las mafias pueden perpetrar un ataque que
colapse una gran red y dañe intereses y a usuarios, pero no pasa absolutamente
nada; nunca pasa nada.
Ahora está muy de moda, que tú visites una
Web, y te digan cuando entras: “Conexión segura y validada”. Y yo digo, ¡Jaa
jaa jaa! Y quiero contar al respecto la siguiente anécdota casi personal. Un
familiar mío, y hay muchos casos del mismo tipo, fue timado usando su tarjeta o
el número de su tarjeta de crédito, o el código pin de su tarjeta de crédito,
para ser más preciso. Fue la propia entidad financiera quien se lo advirtió. La
conexión con tu banco, se supone que debe ser segura, ¿no? Pues en teoría, así
debe ser. Y lo grande es que en muy poco tiempo, todas las operaciones y todo
el tráfico financiero van a ser a través de Internet. Confieso que yo sí que he
efectuado alguna operación de compra usando la red y entro frecuentemente en mi
cuenta bancaria, con el fin de enterarme de sus movimientos. Por ahora, con
suerte. Confío que la autoridad vaya poniendo cada vez más medidas de
seguridad, y sobre todo, que los países se pongan de acuerdo, y se legisle más
uniformemente, de modo que no pueda haber la impunidad que hasta el momento
hay.
Es curioso que los sistemas operativos que nos
dan servicio se estén actualizando constantemente, y que no nos enteremos para
qué sirven exactamente esas actualizaciones, y qué es lo que se actualiza. Que
conste, que yo actualizo siempre, pero no sé bien lo que hago, ni para qué
sirve.
Madrid, agosto del 2018
Autor: Hilario Alonso Sáez-Bravo. Madrid,
España