Clínica Familiar, 40 años al servicio de la comunidad.

 

En 1977, después de10 años de ejercer como médico de primer contacto para una franquicia de clínicas y un hospital y de haber cursado un diplomado en Medicina Interna, comencé a trabajar medio tiempo en un consultorio en mi casa, al aumentar el número de pacientes que asistían y que solicitaban mis servicios a cualquier hora del día y la noche, afectando mi vida familiar, decidí separar mi vida profesional de mi vida familiar, con varios años de esfuerzos, sacrificios y una férrea disciplina de ahorro ubicamos un terreno adecuado, que fuimos pagando en abonos, el siguiente paso fue planear una pequeña clínica que cubriera las necesidades de salud de la joven población de un área suburbana, que tenía pocas décadas de haberse empezado a desarrollar, hice un bosquejo que un arquitecto transformó en un plano arquitectónico y poco a poco fue construyendo.

¡Llegó el día! La fecha: día 15 de septiembre de 1978, feriado por cierto y yo comencé a dar consulta, usé el escritorito de la recámara de mi hijo y cualquier silla para mi, la dicha fue inmensa, iniciaba una nueva vida, que gracias a Dios persiste hasta hoy.

Varios profesionistas han trabajado aquí, construyendo poco a poco un prestigio, nos hemos transformado a lo largo de éstos años, iniciamos con grandes sueños y ambiciones, pero la situación económica del país, la deshonestidad de algunos colaboradores, problemas técnicos y administrativos nos han hecho reducir y modificar servicios, hemos atendido a pacientes particulares, proporcionado servicios a empresas, industrias a los dos bancos más importantes del país, instituciones descentralizadas, etc. y llegamos a dos conclusiones: 1.- los profesionistas que trabajamos aquí solo obtenemos el ingreso suficiente para vivir modestamente, los impuestos y los gastos administrativos consumen la mayor parte de las utilidades. 2.- La satisfacción mayor sin duda alguna es el contacto íntimo y cálido con las personas que acuden a la clínica con problemas de salud, humanos y hasta económicos.

Tengo la satisfacción de haber atendido ya a 4 generaciones, es un placer caminar por las calles y recibir el saludo de muchas personas, encontrarlas en comercios y entablar amistosas conversaciones, ser tocado por la espalda, escuchar el efusivo ¡Doctor Landa!, voltear, recibir un cálido abrazo, escuchar usted me atendió hace 30 años, vio a mis hijos, ahora ellos ya son profesionistas, ya han formado una familia, lo recuerdan con cariño. He consultado a los abuelos, a los hijos, a los nietos y a los bisnietos.

En estos 40 años he sido testigo de importantes cambios sociales, políticos, económicos, académicos y tecnológicos.

He ejercido por 51 años siendo muy miope, posteriormente con poco resto visual y ahora ciego, sin dejar de sentir que la medicina ha sido la pasión de mi vida.

 

Autor: Dr. Bulmaro Landa Quezada. Tlalnepantla, Estado de México, México.

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