Desear Un Beso.

 

Cada vez que lo veía, miraba sus labios carnosos... él tenía esa clase de boca que incita al beso.

Se le hacía insoportable el verlo día tras día sentarse a contemplarla, sin dirigirle una sola palabra. Solo la observaba tras sus lentes, suspiraba alguna que otra vez y se marchaba en silencio.

Ella soñaba con la calidez que irradiaba su piel, imaginando su acercamiento, el suave contacto. Deseaba mimar su corazón en un intento por seducirlo, murmurarle algunas dulces palabras, aunque Nunca lograba concretar nada.

Se sentía muy feliz al vislumbrar que él estaba llegando. Sabía que enmudecido la contemplaría y que jamás osaría tocarla.

Ella suplicaba un beso, rogaba sentirlo...

A la siguiente mañana él llegó como ya era habitual. Luego de embriagarse de sueños con su figura, salió extasiado del museo... ¡Caray! -Se dijo-. Qué buen artista el que hizo esa muñeca de cera...

 

Autora: Agostina Paz - Buenos Aires, Argentina

agostinapaz2016@gmail.com

                       

 

 

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