Poemas de Dulce María Medina Pérez.
Juntos los dos
Magia encuentro
en tu dulce amor
pleno
de luz y esperanza.
Tus
ojos reflejan ternura
motivo
de mi añoranza.
Ven,
refúgiate en mis brazos
no
importa el tiempo, ni espacio,
besa
mis labios sedientos
bésame
amor muy despacio.
Hazme
volar entre nubes
en
las noches de amor encendido.
Acaricia
mi piel sin demora
la
luna es, nuestro testigo.
Sueña
conmigo amor mío.
Siempre
tuyo es mi corazón.
Como
gaviota en su nido
solos
tú y yo, juntos los dos.
Dulce
beso
Dulce
beso ardiente que provoca,
la
pasión incesante en nuestras vidas:
furioso,
rebelde, tierno, perverso,
sabor
de miel, sabor de acíbar.
Recuerdo
perenne del amor.
Sabor
que deleita, que embelesa,
que
vuelca el alma en un suspiro;
vigoroso,
placentero, hasta que diezma.
Dulce
beso ardiente y sensual,
salvaje
en desenfreno del amor
Tierno
en noches de luna.
Robado
con fuerza al corazón.
Manifiesto
de mi amor, besar tus labios
si
es robado, es tierno o perverso.
No
importa la hora ni el momento
Un
beso, un beso de amor…es mi deseo.
Añoranzas
El corazón vive de añoranzas:
mis ojos buscan en las nubes,
mis manos atrapan las cobijas,
mi alma está en incertidumbre.
Quisiera de nuevo ser feliz,
reírme otra vez a carcajadas,
Encontrar el camino de la vida,
sentir corazón, que todo avanza.
Pero mi alma se enfrenta sin remedio
a la triste realidad de estar tan sola.
Y mi mente cansada ya se niega,
a continuar este dolor a toda hora.
Siento tu presencia vida mía.
Voy bien amor, ¡ya no te aflijas!
Te prometí vivir y estar tranquila,
me esfuerzo de verdad, día con día.
Tú que estás con Dios en las alturas.
Vela por mí, amor ¡cuánto te extraño!
Añoro tus besos, tus caricias
estar contigo… como antaño.
Marca huella en el sendero
Cultiva siempre el interior.
Tu exterior es pasajero.
No vayas serpenteando.
¡Marca huella en el sendero!
Si miras al espejo
y ves con tristeza que has cambiado
tu loca vida ¡de arriba abajo!
Solamente se ha desperdiciado.
Pero si en cambio sintieras
que tu sonrisa es de alegría,
más arrugas venideras
mostrarás sin cobardía.
La belleza en sí…
se termina con el tiempo.
Fueras o no la más linda,
sólo ¡Marca huella en el sendero!
Soledad
Confundida y apagada
en un constante devenir;
los días continúan,
las noches llegan sin sentir.
El ocaso en nuestras vidas
llegó sin avisar.
Te fuiste a un sitio hermoso
me dejaste en el pesar.
La soledad me acompaña
por doquiera que yo vaya.
Mi pensamiento pretende
buscarte aún, en la nada.
Necesito dejarte ir
pero me siento rebelde
dicen que no debo llamarte
que no debo retenerte.
Autora: Dulce María
Medina Pérez. Chetumal, Quintana Roo, México.