FESTEJANDO Y COMPARTIENDO.

 

14 DE FEBRERO, “DÍA DEL AMOR Y LA AMISTAD”, O, “DÍA DE LOS ENAMORADOS”.

 

Nuevamente, mis apreciables lectores, estamos en estas páginas de la revista, que nos permite interactuar a través de la lectura, teniendo una distracción, esparcimiento o nos lleva a unos momentos de reflexión, sea cual sea tu emoción, deseo que la vivas y disfrutes intensamente.

Como les comento en el título de mi participación, el festejo es obvio, la fecha lo dice todo, día del amor y la amistad, por acá, nos damos regalitos como chocolates, dulces y detalles, donde el símbolo es un corazón, sinónimo de amor; regalamos a los amigos y sobre todo, las parejas renuevan sus votos de amor en todo su esplendor, por eso lo del día de los enamorados.

Me gustaría saber si en sus lugares de residencia también celebran esta fecha, sé que en la mayoría de los países de América Latina se celebra, pero ignoro, si es universal, creo que sí, pero tal vez no en la misma fecha.

Y compartiendo es porque les voy a compartir una poesía de mi autoría; donde manejo varias emociones, sentimientos que se involucran con el erotismo, pero cuando este se amalgama con el sentimiento del amor, fluyen personas felices y alegres por estar en esta vida.

Con mis más de 60 años, enfilándome hacia los 70, deseo llegar en esta plenitud, de vida, experimentando, reflexionando y asombrándome todavía de lo que me presenta el estar viva, no sobreviviendo que no es lo mismo, mis apreciables lectores.

El poema expresa mis vivencias, mi sentir y el darme cuenta que a mi edad siento, vivo y disfruto como al inicio de mis despertares de juventud, de adolescente y ahora de mujer madura, transitando hacia una vejez en plenitud, jubilosa y satisfecha de vivir lo que la vida me está brindando cada día.

Creo que el amor no se acaba, hasta que termina nuestra existencia; y desde mi experiencia, se transforma, cambia, madura y se deposita en las personas, cosas, lugares, etc. de diferentes formas, no solamente en el amor carnal.

Es, más allá de eso, es inmenso, es la fuerza para movernos, reproducirnos y regresar, al lugar de donde hayamos venido; el amor mueve al mundo.

Por último les comentaré, que me gusta mucho la poesía; es algo que desde mi adolescencia comencé a realizar, pero cuando comencé con mis primeras obligaciones de profesionista, lo abandoné y de vez en cuando, llegaba a realizar como una necesidad de desahogo, pero desde hace unos años resientes, a la fecha, lo he retomado y lo estoy tratando de hacer en una forma mas constante.

En el número anterior de la revista, les comenté que había participado en un proyecto, sobre la promoción de los derechos sexuales de las personas con discapacidad visual, el cual se presentó, por medio de las artes, donde formé un dúo, con Juan Manuel islas Montes, persona ciega de nacimiento y yo, ciega adquirida desde hace casi 20 años, a través de canciones y poemas, manejamos el tema del erotismo; trabajo que me dejó un riquísimo sabor de boca.

Bueno, les pongo a su consideración y comentario, esperando tener mensajes a favor o en contra, sabiendo qué generó en ustedes la lectura de mis ideas y pensamientos vertidos en este espacio. Quedo en espera de sus comentarios a mi correo...

Seguiré con una pequeña semblanza del día de San Valentín.

 

Leyenda de san Valentín.

 

Esta tradición del día de San Valentín nace de una leyenda que se remonta al Imperio Romano, dónde un ambicioso y déspota
Emperador decidió imponer una extraña prohibición que obligaba a sus soldados a no contraer matrimonio. Si desobedecían eran
castigados con la muerte. Esto lo hacía porque suponía que el celibato aumentaba el poder de los guerreros. Estimaba también
que una Roma triunfal, requería luchadores plenamente dedicados a su causa, sin estar dependiendo de mujeres e hijos.
Ello sucedió hasta que un desconocido sacerdote llamado San Valentín
apareció en la escena; y, en las noches, cuando el imperio quedaba
en sombras procesiones de enamorados se escapaban junto al religioso hacia las colinas. Allí los soldados más osados celebraban
ante Valentín su compromiso, (siempre silenciosamente porque arriesgaban su vida).
Siglos después, Valentín fue santificado, y en su honor se fijó la fecha del 14 de Febrero para celebrar el Día de los Enamorados.
A lo largo del tiempo, hombres y mujeres han rendido homenaje al Santo llevando a sus pies cartas en nombre del Amor.
Una forma cada vez más difundida con el paso de los años, donde algunas parejas de enamorados intercambian regalos como símbolo
de amor.
La historia del día de San Valentín comienza en el siglo tercero con un tirano emperador romano y un humilde mártir cristiano. El emperador era Claudio
III. El cristiano era Valentino. Claudio había ordenado a todos los cristianos adorar a doce dioses, y había declarado que asociarse con cristianos era
un crimen castigado con la pena de muerte. Valentino se había dedicado a los ideales de Cristo y ni siquiera las amenazas de muerte le detenían de practicar
sus creencias. Valentino fue arrestado y enviado a prisión. Durante las últimas semanas de su vida, algo impresionante sucedió. El carcelero, habiendo
visto que Valentino era un hombre de letras, pidió permiso para traer a su hija, Julia, a recibir lecciones de Valentino. Julia, quien había sido ciega
desde su nacimiento, era una joven preciosa y de mente ágil. Valentino le leyó cuentos de la historia romana, le enseñó aritmética y le habló de Dios.
Ella vio el mundo a través de los ojos de Valentino, confió en su sabiduría y encontró apoyo en su tranquila fortaleza.
"¿Valentino, es verdad que Dios escucha nuestras oraciones?" Julia le preguntó un día. "Si, mi niña. El escucha todas y cada una de nuestras oraciones,"
le respondió Valentino. "¿Sabes lo que le pido a Dios cada noche y cada mañana? Yo rezo porque pueda ver. ¡Tengo grandes deseos de ver todo lo que me has contado!" Valentino le contestó, "Dios siempre hace lo mejor para nosotros, si creemos en El." "Oh, Valentino, yo si creo en Dios", dijo Julia con mucha intensidad. "Yo creo." Ella se arrodilló y apretó la mano de Valentino. Se sentaron juntos, cada uno en oración. De pronto, una luz brillante iluminó la celda de la prisión. Radiante, Julia exclamó, "¡Valentino, puedo ver, puedo ver!" "¡Gloria a Dios!" exclamó Valentino.
En la víspera de su muerte, Valentino le escribió una última carta a Julia pidiéndole que se mantuviera cerca de Dios y la firmó "De Tu Valentino". Valentino fue ejecutado el día siguiente, el 14 de febrero del año 270, cerca de una puerta que más tarde fuera nombrada Puerta de Valentino para honrar su memoria. Fue enterrado en la que es hoy la Iglesia de Praxedes en Roma. Cuenta la leyenda que Julia plantó un Almendro de flores rosadas junto a su tumba. Hoy, el árbol de almendras es un símbolo de amor y amistad duraderos. En cada 14 de febrero, el día de San Valentín, mensajes de afecto, amor y devoción son
intercambiados alrededor del mundo.
¡Feliz Día de San Valentín!.

 

 A continuación escribo mi poema titulado “Dime que me amas“ el cual presenté con dos poemas eróticos de la escritora Rosa María Rufiel y dos canciones cantadas por Juan Manuel y una llamada “Que Bendición“ cantada por los dos, que modestia aparte nos quedó muy bien.

 

Dime que me amas.

 

Dime por favor, que el amor que sientes por mi es insaciable.

Porque los besos que prometiste,

los sentirá mi piel.

 

Dime, que no me dejarás sin tu presencia,

dime por favor que vendrás.

 

tu despertaste en mi, una hoguera de pasión,

que solo mi cuerpo conoce.

tu le diste esencia a mis sentidos,

y verdad a mi vida.

 

que sueños febriles contigo tengo,

y que no puedo más que desearte

eres la soledad agónica de esta mujer que te ama.

 

dime , si en algún rincón de tu alma,

habita mi otra alma,

y , como viajero incansable, vendrás a mi puerto,

para calmar mi río de ansias.

 

dime amor mío,

Que ya no habrá; ,más noches frías sin ti, ni días soleados,

dime mi vida ,

que me necesitas, como yo te necesito,

y, bésame,

 

bésame, paso a paso, piel, sobre piel,

y encendamos la pasión.

que las manos y los dedos,

recorran nuestros cuerpos

hambrientos y desnudos

por nuestra proximidad

 

 Donde, tu cuerpo y mi cuerpo,

se fundan en uno solo,

disfrutando las esencias, y embriagándonos en aromas,

que solo nuestros cuerpos conocen ,

 

Dejando, que los besos y caricias,

se aniden en nuestra diáfana sonrisa , de

 complicidad.

 

Dime que no es un sueño, que es verdad,

 

Ámame, amémonos, mas allá,

de las fronteras que nos separan

que yo te amaré

 con mi pasión encendida

en cada encuentro

que tengan nuestros cuerpos.

 

Deseándonos, entregándonos,

O, simplemente complementándonos.

 

Tranquila, y complacida,

En plenitud con mi ser,

solo quiero susurrar.

 

Dime,

dime que me amas.

 

Rogabe, (mi seudónimo)

 

Amigos, ya los considero así, espero haber contribuido a unos momentos de complacencia y lectura agradable, reiterándoles mi agradecimiento por su tiempo regalado a mi trabajo.

 

Lda. Profra. Lucía Rosalva García Benhumea.

Correo electrónico: rosalva.benhumea@gmail.com

 

 

 

 

 

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