El WhatSapp y las personas ciegas.
Wap Sap es una aplicación de
mensajería instantánea, con cerca de 1000 millones de usuarios con teléfonos
inteligentes, superando a los usuarios de Facebook.
La aplicación permite, además de mensajes
de texto, audiovisuales y fotografías, el envío de audios. Y aquí entra en el
interés de las personas ciegas, que comparten música, mensajes con su propia
voz y algunas veces, dictan al teléfono para que presente en pantalla el
mensaje en caracteres escritos.
Por experiencia propia y de personas
cercanas, encuentro diferencias en el uso que hacen las personas que ven y
quienes carecen parcial o totalmente de la visión.
Con frecuencia observo que las
personas que ven, por lo general participan en grupos de trabajo, de los cuales
no me ocuparé por ser una herramienta empleada con fines definidos. Observo que
en sus grupos o mensajes independientes, reciben toda clase de mensajes que
ven, leen y comparten, o borran, sin ningún problema. Ellos salen y entran de
los grupos sin hacer del WhatSapp, un instrumento prioritario para sentirse más
o menos importantes.
¿Qué pasa con las personas ciegas?
Veo que se crean muchos grupos con
temáticas específicas y libres.
Algunos grupos con un tránsito tan
alto, que incluso al pasar sobre el nombre del grupo, mi ifone 8 se queda en
silencio por algunos segundos (y no es un problema del teléfono personal,
porque lo he consultado con otros usuarios que se quejan del mismo problema).
Mientras las personas que ven, pasan
sus mensajes por escrito, las personas ciegas prefieren hacerlo con su propia
voz. Así, en un grupo donde sus participantes con visión normal pasan 60
mensajes, que incluyen fotografías, mensajes por escrito, algún audio o video
corto, que se ven en menos de seis minutos; la misma cantidad de mensajes de
voz, si tuvieran un promedio de un minuto cada uno, tardaríamos una hora en
escucharlos, y ya sabemos que la mayoría son de 3, 4 o más minutos; eso sin
agregar que, a veces, los audios, superan los 10 minutos; lo que me lleva a
pensar que pocos participantes escuchan todos los mensajes, perdiéndose el
esfuerzo del emisor.
Algunos creadores de grupos de
personas ciegas, encuentran en Whatsapp, un nicho de poder que los convierte en
pequeños dictadores. Lo primero es nombrar lugartenientes o moderadores de su
confianza que, como inquisidores, no permitan la mínima falta a los reglamentos
que dicten para el buen transitar del grupo. He visto algunos que no permiten
entre semana o nunca, el envío de fotografías, mensajes de texto, videos ni
audios.
Todo mensaje debe ser dicho en su
propia voz; en un grupo en que participo, había una integrante que todos los
días, compartía una frase, una vez estaba afónica, por lo que decidió hacerlo
por escrito y el resultado fue una amonestación pública.
Otros, dictan reglamentos donde
obligan a participar por lo menos dos veces por semana, de lo contrario serán
expulsados; hay horarios para desarrollar temas específicos y si por olvido o
error envían una fotografía, reflexión escrita, audio o video, no tiene tiempo
a disculparse pues “las fuerzas del orden” lo expulsarán antes que se de cuenta
del porqué está fuera. Si abordó una temática ajena al grupo o empleó una
palabra disonante, a criterio de los moderadores, no hay pie a la disculpa,
porque ya estará fuera por irrespetuoso.
Claro que también existen grupos
donde las cosas fluyen en mayor armonía, con llamados de atención al privado y
con normas de convivencia más racionales.
Si es la persona ciega quien se
integra a grupos de personas que ven, algunas veces pedirán que describan las
fotografías o mensajes en imagen; es posible que pocos participantes lo hagan;
pero de no adaptarse a la dinámica grupal, tendrá que salirse, decepcionado de
no encontrar eco a su petición de accesibilidad.
Whatsapp pertenece a Facebook, que
lo compró en cerca de 19 mil millones de dólares y yo aún no se como les genera
recursos, al ser gratuito; y cuando se anunció que sería de pago anual para la
plataforma de Android, aparecieron productos alternativos que ponían en riesgo
el crecimiento de esta importante herramienta. También ahora se pueden hacer
llamadas nacionales e internacionales gratuitas por Whatsapp, y a esto sí le
sacan provecho quienes no ven; si lo hacen en términos generales, no así a las
videoconferencias, donde las personas ciegas consideran que no es necesario su
uso. Aquí, como en las fotografías, pienso que si la persona carece de visión,
no tiene porqué colocar en la misma condición a su interlocutor y si él no ve,
las demás personas pueden disfrutar de las fotografías que capturaron un
momento interesante donde participó o verlo mientras conversa.
Ya es posible tener whatsapp en el
ordenador o computadora, pero me parece que para las personas ciegas poco
avezadas en el manejo de las mismas, resulta algo engorroso, por lo que espero,
sea un asunto de tiempo su fácil manejo.
Autor: Roberto Sancho
Álvarez. San José, Costa Rica.