Cenizas de hielo

 Este relato es de amor. De mucho amor; es que es lo mejor. Hace mucho leí una cita que decía:

“Donde no hay amor pon amor y encontrarás amor, aunque sólo sea el que tú has puesto.

 

 

 Contra todo pronóstico

Hoy...

Contra todo ya...

Y aquí surge la negación:

 No. No.

 No te has ido, es cierto, porque mi nariz percibe tu olor envolvente. Luminosa, de color día claro, llega tu voz a mis oídos. Noto tu calor que hace desaparecer el frío de mi cuerpo, cuando la memoria de los poros de mi piel te recuerda. De mi saquito del saber conozco el hilo que me permite recorrer laberintos sin confusión enfrentando al minotauro del miedo que, camuflado, aguarda.

 Hay caminos llenos de calma, del “andar” del que habló Machado. Regalos como palabras de amor, como diálogos. Canciones que rellenan vacíos y vacíos repletos de encuentros.

 Por siempre jamás estará libre el lugar que ocupabas en mi hoguera, y en el cuenco de mis manos podrás beber, si te sorprende la sed con las tuyas ocupadas.

 En mi casa, no hay hueco para tu ausencia ni rincones oscuros que protejan al desamor, las puertas y las ventanas están abiertas de par en par, ya sabes, para que vengas cuando quieras.

 Mi deseo: tenso, alerta, buscador, vibrante, cual piel de tambor, te descubre en cualquier parte: si hay ruido son tus susurros los que escucho, si silencio, oigo los latidos de tu corazón.

 Y cae pétalo a pétalo la margarita:

ssíi

n                      oo

no

 en el no, se queda el tiempo que deberíamos haber vivido juntos. En el sí, puedo imaginar estar a tu lado, toda la vida (por lo menos).

 

 Esta historia, tuya y mía, me gustaría que acabara como aquel cuento que concluía diciendo

.....y fueron fel... y com... p...

Picolisto

 

Autora: ángeles Sánchez Herrero. Madrid, España.

montondepaja@gmail.com

 

*Breve presentación de la autora.

 

 

 

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